miércoles, 29 de enero de 2014

LA MACARENA Y LA LEYENDA DEL VASO DE VINO.


LA MACARENA Y LA LEYENDA DEL VASO DE VINO.
         
          En la mañana de Viernes Santo, mientras esperábamos que la Virgen llegara, nos reuníamos alrededor de la abuela Rosario, para que nos contara alguna historia o leyenda sobre la Virgen Macarena.
          Recuerdo un año, que la abuela después de pedirnos que escucháramos en silencio, nos dijo: “ahora no os voy a contar ninguna historia, solo os voy a pedir que cuando el “paso” de la Virgen se pare delante de nuestra puerta, os fijéis atentamente en todos los detalles, luego cuando la Virgen se haya recogido os contaré el significado de cada uno de ellos”.
           Más tarde, de nuevo con la abuela, comentó uno de nosotros:           ”He observado que la Virgen tiene una pequeña mancha en su mejilla izquierda”. Otro: “he visto que lleva unas joyas en el pecho que se mueven”; y así le fuimos diciendo todo lo que nos había llamado la atención, como la pluma de oro, las vírgenes entre la candelería o el llamador del “paso”.
          Efectivamente, habéis visto bien, y cada una de esas cosas tiene su historia o leyenda.
          LA LEYENDA DEL VASO DE VINO.
          Voy a empezar a contaros, la curiosa leyenda de la mancha de la cara, que la conozco porque al igual que yo a ustedes, a mí también me la contó hace muchos años mi abuela.
          Primero os diré, que esta leyenda, tiene una base en la que se apoya el pueblo para creer que es cierta, y es que la Virgen Macarena desde hace muchos años presenta una mancha en la mejilla izquierda, esta mancha y la superstición popular hizo que la leyenda creciera y se transmitiera oralmente en el tiempo, pero vayamos al cuento:
            Una lejana mañana de Viernes Santo, de regreso la Virgen y paseando por las calles del barrio, un joven muchacho que estaba en una taberna bebiendo con los amigos, al pasar la Virgen salió a la calle y plantándose ante Ella, la llenó de requiebros ¡Ole Macarena bonita! ¡La más guapa! ¡La que más quiero!
          Y sin saber lo que hacía, lleno de ciega exaltación, le tiró a la Virgen lo que llevaba en la mano creyendo que era el sombrero, y era un vaso de vino, que fue a estrellarse en la cara de la hermosa imagen, dejándola marcada para siempre.
          Fue detenido y llevado a la cárcel donde pasaría largos años por atentar contra una imagen religiosa. Por el camino arrepentido, exclamaba llorando: ¡ No he sido yo, ha sido el vino! ¡Sí amo a la Macarena, como si fuera mi madre! ¡No quise lastimarla, era el sombrero lo que quise tirarle en prueba de mi cariño!
          No creáis que fue un acto de irreverencia, ni un atentado contra la religión, fue un impulso de amor desmedido e incontrolado, amor desbordado irreflexivamente, que es capaz de gritarle que la quiere,  de pelear por Ella o de tirarle el sombrero.
           Y aquí os quiero hacer una reflexión, huir siempre de esta forma impulsiva de expresar las emociones ante las imágenes o en otra cualquier causa, pensar dos veces y tranquilamente el modo de actuar.
          Sigo el relato, aunque todo el barrio afeaba su acción, hubo voces que se alzaron en su favor, diciendo que era un buen muchacho, que cuidaba de su madre que se encontraba enferma, y que moriría al tener a su hijo preso.
          Al fin fue perdonado, pero tendría que hacer la penitencia de salir con una pesada cruz detrás de la Virgen.
          Y así todos los años sufría el martirio de cargar con la cruz, descalzo y con los pies encadenados. Lloraban las mujeres al verlo sufrir, cansado y fatigado, pero él gustoso con cumplir su penitencia, no despegaba los ojos de la imagen sabiendo que Ella lo había perdonado.
          LA VERDAD DE LA MANCHA EN LA MEJILLA.         
          Ya de mayor, pasados años de las narraciones de la abuela, tuve conocimiento del informe técnico sobre el estado real de la Virgen, pedido en 1977 por el Hermano Mayor Sr. González Reina[1] al profesor Don Francisco Arquillo Torres, que en referencia a la mancha dice: “En el perfil izquierdo de la cara una restauración antigua que seguramente, por ser al óleo, ha torcido el color, ennegreciendo la belleza de la imagen, acusando el levantado y perdida de la policromía de esta zona, que se corresponde con la unión de la mascarilla”. Aquí está la mancha y su causa.
          En base a dicho informe, en 1978 se realiza la restauración.           Consistiendo el tratamiento de la mejilla en reducir el grosor y la intensidad del oscuro. Limpiada la policromía de la mejilla izquierda, la mancha se conserva atenuada como una de las peculiaridades de la Virgen Macarena.
          Finalizada la restauración, toda Sevilla expectante se preguntaba ¿Sería la misma? El Señor González Reina anuncia: “Las ilusiones que teníamos se han confirmado, la Virgen es la que era, con su bello rostro…” Y así lo comprobaron los muchos devotos y curiosos que estuvieron en el besamanos en que fue expuesta la Virgen.
          Ahora sabemos que a historia del vaso de vino que nos contó la abuela, es tan solo una bonita leyenda, de esas populares que corren de boca en boca y que llegan a ser creídas por muchas gentes. La realidad, como hemos visto, suele ser más normal y menos interesante.
          En los próximos días, publicaré otras de las historias sobre la Macarena que nos contó la abuela.



[1]  LIBRO ESPERANZA MACARENA XXV ANIVERSARIO CORONACION CANONICA.

sábado, 25 de enero de 2014

CORONACIÓN DE LA MACARENA EN LA RESOLANA.

CORONACION DE LA MACARENA EN LA RESOLANA.
        
       Ya comente que los vecinos del “Corral las Verzas” de Resolana 12, estaban tristes porque el Viernes Santo de 1964 sería el último que veían a la Virgen pasar por delante de sus balcones, se tenían que marchar por encontrarse la casa en ruinas. Los próximos años volverían de su destierro a Verla desde la acera de la calle.
          Pero este año de 1964 tuvieron una gran alegría, en el próximo 31 del mes de Mayo la Virgen Macarena sería coronada canónicamente.
          En esa fecha aún vivirían en la casa, y tendrían ocasión de verla de nuevo, por tanto tan gran acontecimiento se tenía que celebrar por todo lo alto, había que despedirse tirando la casa por la ventana, y nada mejor dicho que tirar, porque la casa pronto iba a ser tirada, digamos derribada.
          No bastaba con tan solo un blanqueo, la Virgen se merecía una  mejor despedida y había que hacer algo grande para adornar la fachada.    
EL 12 DE RESOLANA EN 1964 CORONACION VIRGEN MACARENA.[1]
          
       Para ello todos los vecinos colaboraron en cubrir los balcones con colchas y reproducciones de la Virgen.
          Ángel hijo de Pastora, con su habilidad innata para convertir el cartón y la purpurina en bellas obras de arte, fue el principal organizador, de sus manos salieron todos los elementos para levantar un altar.  Aquí quiero dejar un recuerdo para madre e hijo, ambos nos dejaron y seguro que verán su Virgen desde arriba.
           El altar con la fiel reproducción del Arco de la Macarena, la corona y el cartel de la coronación pintados en oro y plata con la inscripción ¡VIVA LA MACARENA! se instaló sobre la fachada, siendo la admiración de propios y extraños.
          La prensa publicó reportajes y fotos,  una de ellas llevaba el siguiente texto:”Los vecinos de la Resolana, en una de las casas, casi enfrente a la iglesia de la Macarena, han engalanado sus ventanas y han instalado un altar portátil, en el que un cuadro de la Macarena recibe con la reproducción del arco y unas modestas macetas, el homenaje sencillo de sus fervorosos devotos”.
          La mañana entre tantos preparativos se fue rápidamente, llegan las siete y media de la tarde, y aparece la Virgen en la puerta de la basílica, la multitud que llena las explanadas de la Resolana y del Hospital desde muchas horas antes, irrumpe en un aplauso fervoroso y emocionado.
          El hermoso palio va adornado con claveles y gladiolos blancos, la Virgen luce el nuevo y suntuoso manto bordado para la Coronación, la banda de música toca la marcha Real, mientras la muchedumbre sigue con sus aplausos.
          La Virgen Macarena es una imagen muy vinculada al Hospital, por lo que el “paso” se sitúa enfrente para que los enfermos puedan verla y rezarle, pasado este emotivo momento continua hasta la Resolana, donde con sentida emoción y entre vítores la vemos pasar hacía la calle Feria.
           Por el mismo itinerario del Viernes Santo, con todas las calles y viviendas del recorrido engalanadas con banderas y gallardetes, después de un recorrido triunfal en olor de multitudes, entrará por la Puerta de San Miguel en la Santa Catedral sobre las doce de la noche.
          Debido al mal tiempo, el regreso a la Basílica, después de ser coronada, se produce el tres de Junio, la llegada al barrio macareno fue apoteósica, en la casa volvimos a disfrutar con su presencia, y después de recorrer las calles del barrio se recogió en su templo a altas horas de la madrugada.
          Ya hemos disfrutado contemplando a la Virgen coronada, ahora solo nos queda esperar el día del traslado al Polígono que será pronto.



[1] FOTO SERRANO. FOTOTECA ARCHIVO MUNICIPAL DE SEVILLA.

miércoles, 22 de enero de 2014

EL VIERNES SANTO DE 1964 EN LA RESOLANA.

EL VIERNES SANTO DE 1.964 EN LA RESOLANA.
       
        La multitud que va llegando muy temprano desde todos los puntos de Sevilla, incluso de los pueblos cercanos, va llenando todos los huecos posibles para contemplar el “paso” de su Esperanza Macarena.
          Los rayos del sol empiezan a calentar al gentío que en la explanada de la Resolana, esperan que la Virgen asome por la esquina de la calle Huerto.

LA VIRGEN POR CALLE HUERTO CAMINO DE LA RESOLANA[1].
          Por Resolana, hacia las callejuelas del barrio, han pasado insignias, numerosos capirotes morados y verdes, y el “paso” de Pilatos con su acompañamiento de “armaos”.
          La Virgen se hace esperar, la entretienen en la calle Parras, pero el clamor de la gente avisa ¡qué viene! ¡que viene! ¡se acerca! el resplandor del “paso” se refleja en las paredes,  no se la ve pero se la siente, hasta que en el instante mágico aparece, y te quedas sin habla contemplando la bella imagen que sonríe y llora a la vez.
          ¡Ya dobla la esquina del bar el Diluvio! ¡Ya está en la Resolana!. ¡La Macarena! ¡La Señora de Sevilla!
          El “paso” se para delante del nº12 el Corral las Verzas, sus balcones repletos de vecinos vitorean a su amada Virgen, que de pasar toda la madrugada en vela, trae ojeras en su cara morena que acentúan su belleza.
          Este año la aclaman con doble ardor, porque será el último que la verán pasar. Han recibido la notificación del Ayuntamiento de que la casa está en ruinas y  tienen que desalojarla, dando de plazo hasta el mes de Julio, fecha que serán trasladados a las casitas provisionales del Polígono Sur.
          De este obligado exilio volverán todos los años a ver pasar su Virgen, desde el mismo sitio donde se encontraba su casa.
          No la verán desde sus balcones, estarán en la acera al pie de los muros de la casa derribada.
          Se encontraran de nuevo, se recordaran con tristeza tiempos pasados; aquellas madrugadas para ver salir a la Virgen; aquellas mañanas de Viernes Santo en la que se estrenaban las mejores galas; aquellos festejos a amigos y familiares que venían a verla desde los balcones; la ilusión con la que días antes se pintaba con cal la fachada y patios; ¡y los garbanzos con bacalao! ¡y las tortillitas! ¡y los tomates y las espinacas! ¡y el arroz con leche!..
          Aunque en estos días de vigilia se mantenga la tradición de cocinar estos platos, no es lo mismo en el Polígono que en la Resolana, ¿a que no saben igual?.
          Algunos vecinos desaparecidos, faltaran a la cita, estos se asomaran a verla desde esa atalaya de privilegio que son los balcones del cielo.
          Los vecinos del Corral de las Verzas, tuvieron la alegría, antes de marcharse al Polígono, de ver en el mes de Mayo pasar por delante de su casa a la Virgen Macarena con motivo de su coronación canóniga.
          Para este acontecimiento adornaron fachada y balcones con motivos alusivos a este gran evento. Pero de esto hablaremos en los próximos días.






[1] LA SEVILLA QUE SE FUE DIARIO 16.

sábado, 18 de enero de 2014

VIERNES SANTO JUNTO AL ARCO.

VIERNES SANTO JUNTO AL ARCO.

El lugar junto al Arco donde se encuentra el monumento con el busto de Rodríguez Ojeda, es un sitio de privilegio para ver  a la Virgen Macarena el Viernes Santo.
Este bordador, que tanto contribuyó al realce de su belleza, ahora en la Madrugada rodeado de un gran gentío que La espera, ¿sentirá esa emoción, que se palpa en el ambiente? ¿pensará en las siguientes  palabras?
 “Ya están abriendo la puerta, ya mismo estará saliendo, con la cintura bien puesta.
Sevilla Té está esperando, Sevilla Té reza inquieta, y es un río incontenible del Arco a la calle Feria.
¡Es esa cara tan guapa! ¡ Es tu belleza morena!. Sevilla ¡estará contigo, Esperanza Macarena!”[1].   

¿ O en estas otras que preludian la salida?[2]
“Otra vez, otro año más-si Dios quiere- la veremos en ese trono de ensueño que es el “paso”, su “paso” de palio, creado para Ella por hombres y mujeres con mentes de ángeles.
 Otra vez, otro año más, mimada y cantada por el poema de cientos de flores blancas, brindándole-a Ella-el retozo de unos rizos de cera.
Otro año más, arrullada por la cadencia de los flecos de madroño jugando entre el varal.
Otro año, cuajada de joyas que son exvotos y promesas pagadas.
Otro año, llevada con amor por hombres recios, doseles de corazones grandes como la tierra.
Otro año más, por las calles de Sevilla, comunicándola su pena y dejando que la ciudad-enternecida-se ablande con la fe y la plegaria...
Otro año más, otra vez más, desde el Arco hasta la Catedral, desde la Catedral hasta el Arco, ¡Reina y Señora, Virgen y Madre de los sevillanos, la Esperanza Macarena!”.

La Virgen ha salido, ya marcha por calle Feria, aún se oye la conmoción y alegría que despierta a su paso, la gente se dispersa, Rodríguez Ojeda queda solo, no importa, por la mañana estará de nuevo aquí rodeado de multitudes, que volverán a aclamarla entre rezos y llantos, hasta que las puertas de la basílica se cierren con Ella dentro.







[1]    DON LUIS MORALES CANTERO ABC SEVILLA ABRIL 1.966.
 2  DON JOSE LUIS PEINADO MARCHANTE PREGON DE SEMANA SANTA 1.985.


[2]

martes, 14 de enero de 2014

RODRIGUEZ OJEDA Y LA MACARENA II.

RODRIGUEZ OJEDA Y LA MACARENA II[1].
EL ESPLENDOR MACARENO.
En esta segunda entrada sobre Rodríguez Ojeda, voy a comentar otras aportaciones suyas a la Hermandad de la Macarena, que causaron en sus estrenos grandes sensaciones en toda Sevilla, como la corona de oro, la túnica de los nazarenos,  el manto de tisú, o las ropas de los “armaos”.

LA CORONA DE ORO.
Al igual que el manto de malla o el palio rojo, que vimos en la anterior entrada, esta corona es uno de los enseres emblemáticos de la Hermandad de la Macarena.
Rodríguez Ojeda que no deja de imaginar los mejores ornamentos para su Virgen, le diseña en 1912 una esplendida corona en estilo barroco y que ha de hacerse en  oro de ley.
El proyecto consta de imperiales y ráfagas que terminan en dieciocho estrellas y se remata con una cruz sobre la bola del mundo. Sobre un ancho aro aparecen doce rosetas labradas entre pilastras, de donde penden paños drapeados que entrelazan los escudos en esmalte de España y Sevilla en la parte delantera y el de la Hermandad y San Gil por detrás.








La corona se fabricó en los talleres de la joyería Reyes en 1.913. Tuvo un coste de 12.500 pesetas, y fue sufragado por un festival taurino organizado por el torero Joselito el Gallo, y por las aportaciones de los sevillanos, que contribuyeron con gran generosidad, entregando joyas, monedas y piezas de oro.
 Era tanta la ilusión popular, que un obrero que no disponía de oro, ofrece los cincuenta y cinco céntimos que tenia para el almuerzo.
Posteriormente se fue enriqueciendo con brillantes y piedras preciosas. Con ella la Virgen Macarena se coronó canónicamente el 31 de Mayo de 1964.
Una réplica en bronce de esta corona, con un peso de ochenta kilos y ciento cuarenta centímetros de altura, se halla situada en la fachada principal de la Basílica.

EL NUEVO NAZARENO MACARENO.
Los nazarenos de la Macarena llevaron túnicas negras hasta mediados del siglo XIX, fecha en que se cambian a color blanco de cola, y antifaces color morado para el Cristo y verdes para la Virgen.
Rodríguez Ojeda con sus ideas de hacer de la Hermandad de la Macarena una de las más suntuosas de la Semana Santa, diseña con su portentoso talento artístico, una nueva túnica para los cofrades macarenos.
El estreno se produce en la Madrugada del Viernes Santo de 1.889, se abren las puertas de la parroquia de San Gíl y comienzan a salir nazarenos.
La multitud asistente queda boquiabierta al contemplar con  ojos asombrados por la admiración, este nuevo nazareno que luce capirote de terciopelo verde esperanza, verde macareno, túnica y capa de lana merina con vuelo circular, y escudos bordados en oro.
La muchedumbre ante este nazareno espectacular con vestiduras de tanta riqueza, irrumpe en un espontaneo aplauso colectivo.
Con el paso del tiempo este nazareno “macareno” creará escuela a imitar por el resto de Hermandades.
Este mismo año el Señor de la Sentencia estrena la túnica bordada por Ojeda, conocida como de “los cardos” por sus bordados en forma de grandes vegetales.

EL MANTO DE TISÚ.
En la Semana Santa de 1930, la Virgen estrena el manto de tisú, bordado en hilo de oro sobre la tela de tisú, una de las mejores obras de Rodríguez Ojeda. Meses más tarde el 29 de Noviembre de 1930 fallece este gran artista y diseñador, siendo este manto la última creación salida de sus portentosas manos.
La Hermandad con el fin de recaudar fondos para sufragar los costes del manto, hizo una encendida llamada a los sevillanos para que con sus donativos participaran en el proyecto:
“Manto nuevo de la Virgen de la Esperanza, verde como esas praderas que aguardan la siembra fecunda, para dar su cosecha de espigas de oro, ¡Sembremos en él nuestro grano, semilla de esperanza, devoción y gratitud…! Sevillanos que el manto de la Madre nos junte a todos en un mismo sueño, que al verla pasar en la Madrugada solemne y augusta, todos podamos mirarla con emocionado orgullo, al pensar que en su manto va el afán de un día, de una hora, de un minuto de nuestra vida”.

LOS “ARMAOS” CENTURIA MACARENA.
Rodríguez Ojeda no crea  la centuria romana, solo la transforma, aunque no salían con regularidad, ya existía desde al menos mediados del siglo XVII, esta primitiva cohorte estaba compuesta por unos veinticinco vecinos del barrio macareno.  
En el XVIII  y XIX hubo varios intentos sin éxito, de reorganizar la centuria, periodos de normalidad se alternan con otros de penuria y de no salir, incluso hay indisciplina y enfrentamientos con la Junta de Gobierno, llegando esta a suprimirles la salida.
No es hasta 1897 en que se reorganiza definitivamente tal como hoy la conocemos, salvo las anacrónicas vestimentas, que el genio de Ojeda considera que hay que cambiarlas.
Estos romanos a su criterio no son los que el Señor de la Sentencia se merece que lo acompañen. Sus vestimentas bordadas en oro y luciendo falsas pedrerías, los hacen parecer comparsas de opereta teatral, y no a los que conquistaron el mundo conocido en aquella época.
Ojeda decidido a transformar la centuria en unos romanos más sevillanos, dibuja en 1915 el atuendo del “armao macareno” compuesto de coraza plateada llamada de “costilla” y enaguas de terciopelo rojo vino rematada con flecos dorados.
Estos “armaos” que actualmente en Semana Santa vemos desfilar con sus penachos de plumas ondeando al viento y llenando las calles de alegría, lucen las vestiduras por él diseñadas.
En los años 50 del pasado siglo se cambian las corazas de “costilla” por otras labradas en forma de “escamas” y se le añaden las correas de cuero rematadas por cabezas de león.

LA BARBERÍA.
Cuando Rodríguez Ojeda viste a los “armaos” con sus nuevas ropas, la disposición de las figuras del “paso” de la Sentencia no es la misma que la actual, en la foto que se adjunta podemos ver como era.

El Señor va de espaldas en dirección a la marcha enfrentado a Poncio Pilatos. Pero el detalle curioso es que dos de los judíos van sentados, y aquí entra la sabiduría popular que puso al “paso” el nombre de “la barbería”,  y decían: “los judíos parecen estar en la barbería, esperando su turno para ser enjabonados con el agua de la palangana y ser afeitados por Pilatos”.

Aquí termino estas notas sobre Rodríguez Ojeda, perdonad su brevedad, el conjunto de sus obras de bordados y diseños son tan amplias, que no se pueden describir en unas breves líneas.




[1] SOBRE RODRIGUEZ OJEDA VÉASE EL LIBRO ESPERANZA MACARENA SEVILLA 1.989.-LA SEMANA SANTA ANTES Y DESPUÉS DE RODRÍGUEZ OJEDA POR JULIO MARTINEZ VELASCO ABC FEBRERO 1.985. Y-EL ARTE SEVILLANO DE VESTIR IMÁGENES. PALOMERO PARAMO ABC  MARZO 1.985.

RODRIGUEZ OJEDA Y LA MACARENA I.

RODRIGUEZ OJEDA Y LA MACARENA I.
EL ESPLENDOR MACARENO.

Junto al Arco, con la mirada en dirección a la Basílica, donde se halla la Virgen de sus amores, podemos contemplar el monumento a la memoria del bordador y diseñador Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1853-1930).        

Al pasar ante este monumento, deteneos y recordad que la Semana Santa que hoy conocemos, tan esplendorosa, llena de riquezas, palios, insignias y mantos bordados, que emociona y exalta a propios y extraños, se debe fundamentalmente a los cambios introducidos por este insigne artista, que marcan un antes y después en la Semana Santa sevillana[1].
Su busto en bronce se encuentra sobre un pedestal de mármol, en cuyo frontal se reproducen dos relieves: el escudo de la Hermandad de la Macarena y un detalle del famoso manto de malla o “camaronero” con los angelitos y la leyenda “Esperanza Nuestra”. Una inscripción sobre el mármol nos dice:”A Juan Manuel Rodríguez Ojeda con el reconocimiento y la gratitud de la Hermandad de la Macarena. Sevilla 18 de Diciembre de 2.000”.
   Rodríguez Ojeda y la Macarena.
        En 1877 se incorpora como prioste a la Hermandad de la Macarena, y se encuentra  con un “paso” de Virgen con palio de cajón rígido de plata, y un misterio de ínfima calidad artística.
     Su talento de diseñador comienza a crear en su mente, las grandes transformaciones que había que hacer en todo lo que rodeaba a la Virgen, todo en su entorno tenía que servir para resaltar su belleza sin igual, destacándola entre todas las imágenes.
     Por tanto, al tiempo que desempeña diversos cargos en la Junta de Gobierno, comienza a realizar una profunda renovación artística en la Hermandad, hasta  convertir a la Virgen Macarena en la Dolorosa sevillana por excelencia.
De estos cambios recojo algunos de los más significativos, como el palio rojo, el manto de malla y el tocado o rostrillo.

El palio rojo.
Cuando en Semana Santa, vemos pasar a la Esperanza Macarena bajo su palio bordado sobre terciopelo granate, con su genuino “andar macareno” que tanto nos conmueve, estamos ante una de las obras cumbres que diseñara Rodríguez Ojeda.
En este palio se supera a sí mismo, en él introduce unos cambios revolucionarios en la estética cofradiera, que nunca serán superados.
Por primera vez las caídas o bambalinas se construyen en malla de oro calada para dar mayor transparencia al interior, se sitúan por dentro de los varales, y no por la parte de afuera, su forma triangular hace que al andar se balanceen y choquen contra los varales.
El conjunto del palio resulta un prodigio de gracia y elegancia, el caminar de la Virgen con este bamboleo que se mueve en las “levantás” y “chicotás” al ritmo del paso de los costaleros, constituyó los que los cofrades llaman “el saber andar macareno” con el que la Virgen Macarena se pasea desde 1908.
Los bordados del techo representan a la Virtudes Teologales en el centro y los evangelistas en las esquinas.
Con este palio se  inicia la gran transformación de la Semana Santa andaluza y sevillana, la mayoría de Hermandades encargaron modelos similares, y podemos decir que desde entonces la Semana Santa se “macarenizó”.

El manto de malla.
Este magnífico y fabuloso manto realizado por Rodríguez Ojeda en 1900, es el más antiguo de los tres de salida procesional que tiene la Virgen Macarena, está bordado en malla de oro sobre terciopelo verde, con angelitos en relieve y flores en seda de colores.
Popularmente es conocido como “manto camaronero” porque la malla imita a la red de pescar camarones de los pescadores del rio Guadalquivir.
De este fabuloso manto, nos cuenta Don Santiago Montoto[2]: “Recuerdo, como si lo estuviera viendo, el estreno del sorprendente manto llamado de malla de oro de la Virgen.
Estuvo expuesto durante varios días en los grandes escaparates de un bazar y tienda de tejidos de la calle Francos. De día y de noche, la multitud llenaba la calle, por la que era imposible transitar, pues los miles de curiosos se estacionaban ante los escaparates, ávidos de admirar tanto arte y riqueza. ¿Qué manto había que pudiera comparársele?
Los macarenos, que digo macarenos, todos los sevillanos, se enorgullecían de aquella magnifica ofrenda a la Virgen de la Esperanza. Y un día y otro pasaba y repasaba la muchedumbre los escaparates, para admirar aquella catarata de oro y arte que luciría la Virgen”.
Como curiosidad os diré, que este manto fue prestado en dos ocasiones, la primera fue en 1941 para la bendición de la Esperanza Macarena de Madrid, la segunda en 2006 a la Virgen de las Mercedes de la Hermandad de Santa Genoveva en el 50º de su fundación.

El tocado de la Virgen.
El “tocado” un velo en forma de “rostrillo” que enmarca la cara, cuello y pechos de la vírgenes, eran zonas habitualmente tapadas con unas especies de tocas monjiles.
Rodríguez Ojeda viste a la Macarena con un “rostrillo” en tul, asimétrico y muy suelto, que permite descubrir la frente y el cuello de la imagen. Paso a paso, con el transcurso de los años, la va convirtiendo en la Virgen por él soñada.

En la próxima entrada comentaré otros cambios y aportaciones suyas a la Hermandad Macarena.  


         
         
       












[1]-SOBRE RODRIGUEZ OJEDA VÉASE EL LIBRO ESPERANZA MACARENA SEVILLA 1.989.-LA SEMANA SANTA ANTES Y DESPUÉS DE RODRÍGUEZ OJEDA POR JULIO MARTINEZ VELASCO ABC FEBRERO 1.985. Y-EL ARTE SEVILLANO DE VESTIR IMÁGENES. PALOMERO PARAMO ABC  MARZO 1.985.

[2] DON SANTIAGO MONTOTO ABC MAYO 1964.

viernes, 3 de enero de 2014

EL ARCO DE LA MACARENA

EL ARCO DE LA MACARENA.
          Sigo paseando por la Macarena, hoy me encuentro ante el Arco. Si hay monumento propio y característico del barrio de la Macarena, este es sin duda el Arco, que le da su propia personalidad, siendo el centro de la vida de los macarenos.      
De su primitiva construcción como Puerta almohade allá por el siglo XII, cuando estos ampliaron el cerco de murallas, no le queda nada, en las diversas remodelaciones que tuvo a lo largo de los años, le desaparecieron todos los adornos arquitectónicos musulmanes, siendo en la última reforma de finales del siglo XVIII, cuando se le añaden las airosas torrecillas que le dan ese aire garboso tan sevillano y se construye el techo de bóveda de cañón en forma de arco, por el que popularmente se conoce como Arco de la Macarena.
El Arco que hoy contemplo es el mismo de hace años cuando yo mozalbete jugaba por  aquí.  Aunque mirando las antiguas postales, observaremos algunos cambios en el propio Arco y en su entorno. Fijaos en las torrecillas de la primero foto, ¿Qué falta? ¿Lo veis? Falta el azulejo de la Virgen de la Macarena.
Este retablo de cerámica se colocó el 7 de Mayo de 1923, por tanto la foto es anterior a esta fecha, y lleva la siguiente inscripción: Esperanza nuestra, Ella es Madre de Dios y Puerta del Cielo, a los lados los escudos de España, Sevilla y de la Hermandad de la Macarena.
      Actualmente no se instalan tenderetes en los alrededores del Arco, hace años durante el verano, existía la costumbre de instalar puestos para la venta de melones y sandías.
          Las casas a la derecha y al fondo del inicio de la calle San Luis hoy no existen, en sus solares se inició en 1941 la construcción de la Basílica de la Macarena, obras que finalizaron en 1949, siendo bendecida la iglesia  por el Cardenal Segura Arzobispo de Sevilla.

        La siguiente foto es del Arco visto desde la calle San Luis, al fondo la calle Don Fadrique, aquí vemos elementos hoy desaparecidos, como el trozo de muralla a la izquierda del Arco, y la casa adosada a la muralla que tiene instalada una barbería.

          En estas postales[1], se contempla un ambiente muy diferente al actual, el señor con capa y sombrero, los obreros con blusas y gorras, las mujeres con faldas hasta los tobillo, los niños en su mayoría con babis y alpargatas, observar que no hay vehículos a motor, sino carros tirados por mulos y burros con angarillas, en fin un mundo ya desaparecido no sé si mejor o peor, a pesar del dicho “ningún tiempo pasado fue mejor”.
          Averiguar la procedencia del nombre Macarena es complicado, hasta los que saben de esto no se ponen de acuerdo, se cree que deriva del latín Macarius, nombre de un romano propietario de una finca cercana o por Macaria su hija. O que también puede derivar de Macarea, nombre de una princesa árabe.
          Lo cierto, es que el nombre es muy antiguo, cuando en el siglo XII los almohades levantan esta puerta, el camino que partía de aquí, aunque tuvo otros nombres,  era conocido como Calzada de los Macarenos.
          La creencia popular  de que la Virgen Macarena da nombre al barrio no es correcta, es el barrio el que da nombre a Ella.
No hace falta decir, que el acontecimiento más importante del año en el Arco, es en Semana Santa cuando la Virgen Macarena y “Pilatos” pasan por debajo.






[1] FOTOS EDITADAS POR LA COMISERIA DE LA CIUDAD DE SEVILLA  PARA 1992.