domingo, 25 de septiembre de 2016

ENCRUCIJADA DE CALLES.


ENCRUCIJADA DE CALLES.

         

          Si os situáis en la calle Cabeza del Rey Don Pedro, en el mismo lugar donde se encuentra la hornacina con el busto del Rey, observad que estáis en la encrucijada de cinco estrechas y sinuosas calles que recuerdan a la Isbilia árabe.

          Por este paraje, que antiguamente era conocido por su configuración como la Afluencia, voy a pasear al tiempo que cuento sus historias.

          -CORRAL DEL REY. Se cree que esta calle debe su nombre a un antiguo corral de vecinos. Desde muy antiguo fue una prolongación de la calle Real, por ella pasaban las comitivas regias que entraban por la Puerta de la Macarena en dirección a los Reales Alcázares.

          -AUGUSTO PLASENCIA. Calle muy estrecha, que se ensancha formando una plazuela delante de la iglesia de San Isidoro.           Dedicada a Don Augusto Plasencia y Fariñas Conde de Santa Bárbara, nacido en 1837 en San Fernando (Cádiz). Fue militar y político, como militar-artillero ideó y construyó diversas piezas para la artillería. Como político fue en 1890 Alcalde de Sevilla ciudad donde residía, y en la que falleció en 1903.

          -ALMIRANTE HOYOS. Don Francisco de Hoyos y Larabiedra, nació en la provincia de Burgos en 1782 y falleció en Cádiz en 1854. Fue un gran militar y astrónomo que dedicó toda su vida a la marina española. Este burgalés, estuvo muy relacionado con Sevilla donde fue Director de la Academia Naval, residiendo precisamente en esta calle que hoy y desde 1875 lleva su nombre.

          -MUÑOZ Y PABÓN. Calle en honor de Don Francisco Muñoz y Pabon (Hinojos Huelva 1886- Sevilla 1920) escritor y canónigo de la Catedral de Sevilla. Aunque onubense, por su amor a Sevilla y a sus tradiciones, fue un sevillano en toda la extensión de la palabra.

          Pluma de oro para la Virgen Macarena. Al comentar sobre esta gran personalidad, hay que mencionar lo sucedido con esta pluma, recordando que por sus escritos en la prensa, manifestándose a favor de que los funerales de Joselito el Gallo se celebraran en la Catedral, le fue regalada por suscripción popular una  pluma de oro y piedras preciosas[i].

          Aceptó el obsequio con la condición que fuera la Virgen Macarena la que luciera dicha pluma. Desde entonces 1920, la Virgen Macarena durante la Estación de Penitencia en la Madrugada del Viernes Santo, lleva  colgada de su saya esta valiosa joya.

          De su obra costumbrista, destacamos su interesante libro “Siluetas de la Semana Santa de Sevilla” recopilación de diversos artículos suyos publicados en la prensa, donde cuenta muchas anécdotas llenas de gracia y salero sevillano.

          Voy a referir lo que cuenta[ii] que le pasó a `Pilatos el de la Sentencia de la Macarena.

          Una “madruga” de hace muchos años, estaba el “paso” del Señor arriado en la calle Cuna, cuando de pronto empezó a llover torrencialmente, el prioste se subió al “paso “con unas cuantas capas con las que cubrió perfectamente la Sagrada Imagen y hasta algunos sayones y judíos.

          Iba a bajarse, cuando el Mayordomo le grita: Pero ¿y Pilato, hombre? Contestando el prioste: ¿¿Pilato…?? Por mi parte, que la beba en pie. ¿No quería agua? ¡! Po que se jarte!!

         

         





[i]  VÉASE EN ESTE BLOG: LA PLUMA DE ORO DE LA MACARENA PUBLICADO EL 4 DE FEBRERO DE 2014.

[ii]  VÉASE EL LIBRO SILUETAS DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA DE JUAN FRANCISCO MUÑOZ Y PABON, NOTAS Y PRÓLOGO DE ALBERTO RIBELOT. EDICIONES MARSAY.

jueves, 15 de septiembre de 2016

LAS JUSTICIAS DEL REY DON PEDRO DE CASTILLA.


LAS JUSTICIAS DEL REY DON PEDRO.

EL ARCEDIANO Y EL ZAPATERO.

       Muchas son las leyendas sobre este rey, algunas de ellas recogidas en páginas anteriores de este blog, ahora quiero contar   una de las más interesantes titulada:  “El arcediano  y el zapatero”.       En ella se resalta la peculiar forma de aplicar la justicia  por este rey, igualando con el mismo rasero a personas de baja condición social con las más altas y poderosas.

          Se cuenta que un Arcediano (cargo en el Cabildo catedralicio) tuvo una disputa con un zapatero, en la pelea por desgracia, este último cayó muerto.

          En aquellos tiempos la aplicación de la justicia estaba dividida en dos: la eclesiástica que juzgaba a los religiosos y miembros de la Iglesia, y la justicia del rey que se aplicaba al resto de los mortales.

          A  los tribunales del clero, se dirigió el hijo del muerto, también zapatero, pidiendo justicia y alegando que su padre había muerto asesinado.

          Después de mucho debatir y reconociendo que el zapatero había perdido la vida en el lance, el tribunal falló condenando al Arcediano a un año de no decir misa.

          Al hijo del zapatero, no le convenció la sentencia, pensó que era una burla y decidió tomarse la justicia por su mano. Días más tarde, en la procesión del Corpus Christie presidida por el propio rey, y en cuyo cortejo participaba el arcediano, aprovechó la aglomeración de gente y  acercándose le clavó un cuchillo matándolo en el acto, había vengado a su padre.

          De inmediato fue detenido y llevado a presencia del rey, los clérigos pedían que se hiciera justicia y que fuese condenado a muerte, el reo en cambio suplicaba perdón diciendo que solo había vengado a su padre. 

          Don Pedro, pidió que le contaran los hechos, una vez conocidos dijo: “El padre de este zapatero fue muerto por el arcediano, y los tribunales eclesiásticos lo condenaron a un año de no ejercer su sagrado ministerio,  Yo el Rey aplicando la ley en un plano de equidad, condeno a este hombre a que durante un año no pueda coser zapatos”.

          Mañana continuaré mi paseo por las calles que confluyen en el lugar que se encuentra situado el busto de Don Pedro, más adelante os contaré alguna que otra leyenda de este rey.


lunes, 5 de septiembre de 2016


LOS RESTOS DE DON PEDRO I DE CASTILLA EN LA CATEDRAL DE SEVILLA.



          En 1362, el mismo año que las Cortes declaran a Doña María de Padilla como reina consorte a título póstumo, Don Pedro otorga testamento, en el que dispone que a su muerte fuera sepultado en una capilla nueva que pensaba hacer en la Catedral  de Sevilla, y que a cada lado de su sepultura, se enterrasen a su hijo Juan de Castilla y a la Reina Doña María de Padilla.

          Desgraciadamente esta nueva capilla nunca se construye, bien por las guerras de estos años o por su prematura muerte en 1369.  

          Como él quería, y de todos es sabido, sus restos mortales junto con sus hijos Alfonso y Juan de Castilla, y Doña María, se encuentran sepultados en la cripta de la capilla Real de nuestra Catedral. 

          Lo menos conocido es que los restos de Don Pedro estuvieron a punto de perderse, y que no llegaron al lugar donde descansan hasta pasados más de 500 años de su muerte. 

          La odisea de su cadáver a lo largo de los siglos, es la que pretendo contar en estas líneas.

          Sabemos que tras la derrota en 1369 de la batalla de Montiel, Don Pedro traicionado por Bertrand du Guesclin es asesinado a manos de su hermanastro Enrique de Trastamara[i].

          El odio que sentía el Trastamara por Don Pedro, no se apaga con la muerte de este y la usurpación del trono, había que ultrajarlo y humillarlo aunque fuera después muerto. Para ello Enrique hizo pasear la cabeza del rey clavada en una lanza por diversas ciudades y castillos, mientras el cuerpo colgaba de las almenas del castillo de Montiel[ii].

          Posteriormente su cuerpo es enviado a la Puebla de Alcocer[iii], donde sin ninguna pompa ni ceremonia es enterrado en la iglesia de Santiago. Aquí sus restos permanecieron hasta 1446, año en el que el rey Don Juan II dispuso, a petición de Doña Constanza de Castro nieta del rey Don Pedro, que fueran trasladados al Convento de Santo Domingo el Real en Madrid donde profesaba como religiosa.

          Septiembre de 1868: levantamiento revolucionario que toma el nombre de la Gloriosa y que supuso el destronamiento de la reina Isabel II. Durante este periodo en pro del progreso, para la ampliación y reformas de espacios públicos, se derriban numerosos conventos y templos, así cae bajo la piqueta el Convento de Santo Domingo el Real.

          ¿Y qué pasa con los restos de nuestra rey Don Pedro? Se introducen en un vulgar cajón de madera y se depositan provisionalmente en el Museo Arqueológico Nacional.

          Aquí quedan olvidados durante varios años, hasta que en Agosto de 1876 el periodista sevillano Manuel Sánchez Silva publica y denuncia en el periódico El Universal, la precariedad en que se encuentran los restos y la indiferencia de la ciudad de Sevilla por un rey que tanto la quiso.

          Esta denuncia, hace que en los ambientes culturales y políticos sevillanos, se muestre gran interés porque los restos del monarca se traigan a Sevilla. El Ayuntamiento aprueba y solicita al gobierno que se trasladen a nuestra ciudad, para ser sepultados en ella tal y como el rey quería.

          El 5 de Enero de 1877, los despojos llegan por ferrocarril a la antigua estación de Córdoba o de Plaza de Armas. Han pasado más de cinco siglos y por fin los huesos de Don Pedro van a descansar definitivamente en su ciudad.

















[i]  VÉASE EN ESTE BLOS LA ENTRADA :LA CABEZA DEL REY DON PEDRO.

[ii]  DATOS TOMADOS DE WIQUIPEDIA  HISTORIADOR ZURITA Y CASTRO 1512-1580.

[iii]  M UNICIPIO EXTREMEÑO PROVINCIA DE BADAJOZ.