domingo, 1 de diciembre de 2013

CALLE BUSTOS TAVERA.


CALLE BUSTOS TAVERA.
LA ESTRELLA DE SEVILLA.

          Hay calles por las que pasamos y leemos indiferentes  sus nombres, sin pensar que detrás de ellos, puede haber una interesante historia o una curiosa leyenda, como es el caso de la calle Bustos Tavera, situada al final de la calle San Luis entre las plazas de San Marcos y de los Terceros.
          Calle que a lo largo de su larga historia tuvo varios nombres, entre ellos el de Inquisición Vieja, porque en ella estuvo instalado durante unos años el Tribunal del Santo Oficio, nombre que a pesar del Santo hacía temblar.
          Esquina con la actual calle Doña María Coronel se encontraba la Casa-Palacio de la familia Tavera, donde a finales del siglo XIII vivían los hermanos Bustos y Estrella Tavera, miembros de una familia de la nobleza sevillana. Este monumental palacio fue desgraciadamente derribado en los años 70 del pasado siglo.
          Bustos Tavera, que da nombre a la calle desde 1845, era un joven caballero sevillano, Estrella tenía tan gran hermosura que era conocida como la “Estrella de Sevilla”, y estaba prometida para casarse con el joven Sancho Ortiz de las Roelas.
          Y aquí viene la legendaria historia de lo sucedido entre estos hermanos y el rey Sancho IV de Castilla,[1] hijo de Alfonso X el sabio.
Sancho al igual que otros reyes, instaló la corte en Sevilla, una gran ciudad con un magnifico Alcázar donde residir.

          Era un rey joven, que le gustaba enamorar a las mujeres, ver y quedar prendado de Estrella fue todo uno, según la obra de Lope de Vega al verla preguntó:
¿Quién es la que en un balcón yo miré?
¿Quién es la que rayos son
sus dos ojos fulminantes?

Es Doña Estrella Tavera
su nombre, y por maravilla
la llama Estrella Sevilla.
         
          A toda costa quiso conseguir sus favores, para ello con sobornos pudo llegar hasta su dormitorio, Bustos lo descubre y lo hace huir antes de que consiga su propósito.
          El rey herido en su orgullo decide vengarse haciendo matar a Bustos, encargo que da a Sancho Ortiz de las Roelas, uno de sus nobles de más confianza. Sancho al saber el nombre de la persona  que tenía que matar, duda entre obedecer matando a su cuñado, o no cumplir la orden del rey.
          La obediencia a la autoridad real, se impone a los lazos familiares por lo que mata a Bustos, es preso y pide que lo ejecuten:
¡He muerto a mi hermano!
Soy un Caín sevillano,
que vengativo y cruel,
maté un inocente Abel,
matadme, él muere por mí,
yo quiero morir por él.

          Ante la muerte de su hermano y un casamiento imposible Estrella se retira a vivir en un convento, Sancho que no fue ejecutado, marchó a luchar contra los moros, perdiendo la vida en una de las batallas.

          Pero no quedan aquí las leyendas que podemos encontrar en esta calle.
          En el desaparecido convento de la Paz, del que tan solo queda su bello compás y la iglesia, donde tiene su sede la Hermandad de la Sagrada Mortaja que procesiona el Viernes Santo, un azulejo nos recuerda la siguiente leyenda: Después de la

COMPÁS CONVENTO DE LA PAZ.

Reconquista, un delincuente huyendo de la justicia se refugió en la iglesia de Santa Marina, encontrando en un hueco de la torre una pequeña imagen de la Virgen con su hijo muerto en los brazos, a la que pidió que tuviera piedad y lo salvara de la justicia, esta lo salvó, y sobre esta imagen de gran devoción popular, que tomó la advocación de la Piedad se constituyó años más tarde una Hermandad. La imagen se guarda en las dependencias de la iglesia como un valioso tesoro.

          Aquí termino hoy, y marcho hacia la cercana Plaza de San Marcos, pasando por delante del Convento de clausura Santa María del Socorro de monjas franciscanas.






[1] Esta legendaria historia sirvió de base a la obra “La Estrella de Sevilla” atribuida a Lope de Vega, 1562-1635, uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro. Obra  que nos ha servido para escribir estos apuntes.

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