lunes, 25 de abril de 2016

MONUMENTO A CLARA CAMPOAMOR.

MONUMENTO A CLARA CAMPOAMOR.
       En la Plaza de la Pescadería al final de la Cuesta del Rosario, se encuentra un pequeño monumento realizado en bronce, en el que una niña lee, rodeada y sentada sobre libros.

          Al verlo, os preguntareis lo mismo que me pregunto yo: ¿Monumento a la juventud leyendo? ¿A la lectura juvenil? ¿A los libros?.. Frio, frio, creo que no lo acertareis nunca. Para saber a quien se homenajea, acercaos a leer la placa descriptiva que dice:
          “La ciudad de Sevilla en memoria a Clara Campoamor, por su inigualable contribución a la libertad de las mujeres, la que fue su lucha forma parte del presente de nuestros derechos”[i].
          Por más que demos vueltas alrededor observando a la niña, no encontraremos la relación que pueda unir a Clara Campoamor con este monumento.

          Al parecer, se ha querido representar ¿un símbolo a la formación intelectual de la mujer? ¿Si Sevilla quería rendirle homenaje, no hubiera sido más digno haber puesto su busto o estatua?
           CLARA CAMPOAMOR (MADRID1888-LAUSANA-SUIZA-1972).           Este nombre irá siempre ligado a una de las precursoras del feminismo en España, luchadora por la igualdad de derechos entre ambos sexos.       Y sobre todo, será siempre recordada por conseguir en la Constitución de 1931, el sufragio femenino o sea el derecho de la mujer española a votar.
          Puede parecer increíble, pero hasta entonces a la mujer, en una sociedad conservadora y machista, no se le reconocía este derecho. Un Decreto de 1931  le permitió presentarse a las elecciones, sin reconocerle el derecho al voto, este fue el caso de la propia Clara Campoamor, que fue votada y elegida como diputada al Congreso, pero sin ella poder votar[ii].
          Esta gran mujer, de ascendencia modesta, a la muerte del padre trabaja como dependienta y ayudando a la madre que era costurera, a pesar de ello estudia y gana las oposiciones al cuerpo auxiliar de Correos.
          En 1914 vuelve a ganar otras oposiciones, esta vez con el número uno, para profesora en el Ministerio de Instrucción Pública.            
          Años más tarde ingresa en la Facultad de Derecho, compaginando  el trabajo y los estudios en dos años finaliza la carrera, es el año 1924 y tiene 36 años.
          Llegan tiempos de grandes transformaciones  sociales y políticas, su ideología republicana y liberal,  le llevan a afiliarse al Partido Radical, con el que se presenta en 1931 a las elecciones para las Cortes Constituyentes de la II República Española.
         
          Formó parte de la Comisión encargada de la elaboración de la nueva Constitución, donde se incluyeron diversos derechos de la mujer, como la no discriminación por razón de sexo, el divorcio, o la igualdad entre los hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio.
          Pero el gran obstáculo que tuvo, fue conseguir el consenso necesario para el reconocimiento del derecho femenino al voto.     
          En la defensa parlamentaria de este derecho se encontró sola, manteniendo un intenso debate que la enfrentó a la mayoría de los partidos de izquierdas, incluyendo el suyo propio el Radical, el argumento principal de los contrarios, era que la mujer española muy influenciada por la Iglesia votaría a las derechas.
          Otro enfrentamiento verbal lo tuvo con la diputada Victoria Kent, que si bien creía que la mujer debía tener el derecho, el reconocimiento debería aplazarse, porque la mujer aún no estaba preparada.
          Clara defendía y tenía muy claro: “…que la mujer era persona al igual que los miembros del otro sexo, por tanto no reconocerlo era discriminatorio”.        
          En su discurso incluyó frases como: “…solo aquel que no considera a la mujer ser humano, es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y el ciudadano, no deben ser los mismos para la mujer…”
          Su lucha y tenacidad tuvo éxito, consiguió por 161 votos a favor y 121 en contra, que el artículo 34 de la Constitución tuviera la siguiente redacción: “los ciudadanos de uno y otro sexo mayores de veintitrés años tendrán los mismos derechos electorales, conformen determinen las leyes”.
          Este triunfo fue su muerte política, en 1933 las primeras elecciones en que votaban las mujeres, no salió elegida y ganaron las derechas.
          La culpable según las fuerzas de izquierdas, era ella y el voto femenino. Esto históricamente no es cierto, la causa principal fue la desunión de los partidos de izquierdas y republicanos, que rompieron la coalición de San Sebastián, la prueba evidente, es que en las elecciones de 1936 triunfaron los partidos de izquierdas integrados en el Frente Popular.
          Decepcionada abandona la política y escribe su libro “El voto femenino y yo. Mi pecado mortal” donde razona los motivos que le llevaron a defender este derecho.
          Llega la Guerra Civil y se exilia a Buenos Aires y años más tarde a Lausana-Suiza donde muere en 1972 con gran añoranza de España.
          Valgan estas breves líneas para un sentido homenaje a esta luchadora mujer.

         



[i]  CREACION DE LA ESCULTORA ANNA JONSSON INSTALADA EN MARZO 2007. AREA DE IGUALDAD AYUNTAMIENTO DE SEVILLA. ASOCIACION DE MUJERES GABIANA.

[ii]  EN LAS ELECCIONES DE 1931 DE LA II REPUBLICA ESPAÑOLA FUERON ELEGIDAS LAS TRES PRIMERAS MUJERES DIPUTADAS: CLARA CAMPOAMOR, VICTORIA KENT Y MARGARITA NELKEN.

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