EL
RETABLO DEL CRISTO DEL AMOR.
En
la calle Villegas, frontero con la Cruz de las Culebras bajo un airoso tejaroz
de madera, se encuentra este esplendido
retablo cerámico de grandes dimensiones que
representa al Cristo del Amor a tamaño real. Esta magnífica obra se realizó en
1930 por el pintor ceramista Enrique Mármol Rodrigo.
Pero fijaos bien, al dibujo de este azulejo le falta un
detalle, efectivamente me diréis, falta el pelicano del Amor con mayúscula, que
caracteriza a este Cristo y a su Hermandad.
Entrad
en el templo y en el altar donde se venera a veréis el pelicano a sus pies.
Este Cristo magnifica talla de Juan de Mesa, que va derramando
Amor por las calles cada Domingo de Ramos, se acompaña en el “paso” por la
escultura de un pelicano que se hiere el pecho para dar de comer a sus
polluelos, símbolo del Amor de Jesucristo que dio su sangre y su vida por todos
nosotros.
Desde muy antiguo la tradición cristiana simboliza el
pelicano con el amor maternal, se creía que esta ave marina cuando no tenía con
que alimentar a sus crías, se picoteaba el pecho para darles su propia sangre.
Esta creencia pudo tener su base en
que el pelicano se presiona el pecho con el pico, como si se lo estuviera
apuñalando, para regurgitar hacia la bolsa los peces a medio digerir que tiene
en el estomago y así alimentar a sus crías.
Mañana seguiré de paseo por esta calle
Villegas.
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