IGLESIA
DE SAN JUAN DE LA PALMA.
SALON
DE EXPOSICION DE LA HERMANDAD DE LA AMARGURA.
Estamos ante otro de los templos, que
tras la Reconquista se levantaron sobre una antigua mezquita musulmana, y que
en el siglo XIV se reconstruyeron en el estilo gótico-mudéjar. De esta iglesia,
muy reformada en los siglos XVII y XVIII, tan solo quedan de la arquitectura
primitiva: la portada, la bóveda de la capilla Sacramental y la parte inferior
de la torre.
SAN
JUAN DE LA PALMA. ESPADAÑA-CAMPANARIO, VENTANA SEÑOR DE LOS
AFLIGIDOS
Y PORTADA GÓTICO MUDÉJAR.
Sobre el alminar de la mezquita, se levantó en el siglo
XVIII la esbelta espadaña-campanario que admiramos desde la calle Feria.
Damos una vuelta por el exterior donde contemplamos unos
hermosos retablos, nos paramos ante la ventana por la que se le tributa
devoción al Señor de los Afligidos, y pasando bajo la portada ojival entramos
en el templo sede de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el
Desprecio de Herodes y María Santísima de la Amargura Coronada.
Muchas son las obras de arte y
riquezas que se pueden admirar en sus altares y capillas, pero la visita de hoy
la voy a dedicar a ver la Sala de Exposiciones de la Hermandad.
Esta sala se encuentra en la planta alta y muchos son los escalones que hay que subir, la escalera es alta, pero merece la pena llegar hasta arriba para contemplar los tesoros que forman el esplendido patrimonio.
El conjunto de los ricos enseres que se exhiben, los podemos admirar en todo su
esplendor el Domingo de Ramos en la calle durante la estación de penitencia.
La Virgen de la Amargura con su belleza e intenso dolor y
acompañada por San Juan Evangelista, se pasea bajo su rico palio, varales de
plata, palio, manto bordado en oro, y con toda su candeleria encendida, componiendo
una autentica joya que deslumbra y embarga de emoción a todo el que asiste a su
paso por las calles de Sevilla.
Emotivo es ver el “paso” de la Virgen de la Amargura en la
calle, pero fijarse en los pequeños detalles es complicado, en muchos sitios
las “bullas” no te permiten acercarte suficientemente.
Por ello aconsejo, que vengáis a las
dependencias de la Hermandad, aquí tranquilamente, ante las vitrinas
expositoras podéis deleitaros con la magnificencia de mantos, túnicas, sayas,
palio, varales, candelaria, cruz de guía, banderas y otros enseres dignos de
admiración.
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