LAS
TÚNICAS BORDADAS DEL SEÑOR
DEL
GRAN PODER.
EL
RETABLO DE LA CALLE CERVANTES.
Esta
calle dedicada a Don Miguel de Cervantes el gran genio de la literatura
universal, se encuentra entre las plazas de San Martin y de San Andrés.
Calle muy interesante de visitar, en ella sobre la fachada
de un antiguo palacio, podemos contemplar un hermoso retablo con la imagen del
Señor del Gran Poder vestido con la llamada Túnica Perdida[i].
RETABLO
EN CALLE CERVANTES.
La historia de esta túnica es interesante, fue bordada en
los talleres de Manuel María Ariza, estrenada por el Señor y vestida por única
vez en la Semana Santa de 1854.
Ese año terminados los días santos, al desvestir al Señor
la túnica sufrió una rotura, siendo enviada al bordador para que la recompusiera.
Solucionado el arreglo, la Hermandad le pidió su entrega, Ariza
para devolverla exigió el pago de la cantidad que le quedaba por cobrar. Esta
exigencia ocasionó un conflicto entre ambas partes, la Hermandad no tenía el
resto, ya que las cuantiosas aportaciones recibidas para la financiación de la
túnica no cubrían el total del coste, después de mucho pleitear se llegó al
siguiente acuerdo: el bordador se quedaba con la túnica y devolvía a la Hermandad las cantidades cobrada a
cuenta.
A pesar que esta bella túnica, por los motivos expuestos,
no se encuentra desde 1854 en el ajuar del Señor, su foto sirvió de modelo para este y otros
retablos.
Aquí, delante de este retablo de la calle Cervantes me
digo, esta túnica no la tiene, pero sí otras cuatro ricamente bordadas como: la
de “la corona de espina”, “la de los cardos”, y “la persa” con las que
procesionaba con anterioridad al año 1910, además de “la guardilla” de 1927.
La Hermandad en 1910
aprobó, que para la Estación de Penitencia de la Madrugada del Viernes de ese
año y para los sucesivos, vestir la sagrada imagen con túnica de terciopelo
liso y sin adornos, considerando que el Señor con túnica lisa parecería más
humano.
Lo cierto es, que
desde entonces, salvo en dos Semanas Santas, nosotros ni otras generaciones
anteriores hemos podido contemplarlo con esas lujosas ropas bordadas de oro.
Las dos excepciones en estos más de 100 años fueron: en la
Semana Santa de 1948 con motivo de cumplirse el séptimo centenario de la
Reconquista de Sevilla por el rey Fernando III, que vistió con la túnica
bordada llamada “de la corona de espinas”, realizada en 1857 por la bordadora
Teresa del Castillo.
La otra fue en la Madrugada del Viernes Santo del 2008, a
esta más cercana en el tiempo tuve la suerte de asistir.
En aquella fría madrugada del mes de Marzo, estuve en la
Plaza de San Lorenzo para ver la salida del Señor luciendo su restaurada túnica
de “los cardos”, una impresionante pieza bordada en oro sobre terciopelo
granate y con amatistas incrustadas, obra de las hermanas Antúnez en 1881.
SEMANA
SANTA 2008 TÚNICA DE LOS CARDOS[ii].
El ambiente estuvo expectante y cargado de emociones, las
opiniones eran dispares, unos comentaban la belleza de los bordados que le
daban a la figura una gran majestad, otros que con ella el Señor perdía el
efecto de andar y moverse que le daba la túnica lisa.
Puede que los bordados le den una realeza que parezca más
distante, y en cambio las ropas lisas
mayor humanidad y cercanía, yo creo, que el Señor del Gran Poder es
humano, humilde y cercano a todos nosotros, vista como se vista.
De las otras túnicas, “la persa” bordada en 1908 por Juan
Manuel Ojeda, de “la guardilla” realizada en 1927 por María Teresa de Fraguas, así como de las
salidas extraordinarias, fuera de la Semana Santa, que realizó el Señor con su
imagen vestida con túnica bordada, quizás lo cuente en otra ocasión.
[i] ARTICULO DE ANA CRUZADO DÍAZ SOBRE LAS TRES
TÚNICAS BORDADAS MAS ANTIGUAS DEL SEÑOR EN HISTORIA DE NUESTRO PATRIMONIO.
[ii] DIARIO DE
SEVILLA MARZO 2008.
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