domingo, 14 de septiembre de 2014

LA IGLESIA DE SAN LORENZO.

LA IGLESIA DE SAN LORENZO.
          

           Al igual que otros templos que hemos visitado, este fue una de las veinticinco parroquias o collaciones en que se dividió la ciudad tras la Reconquista.  
          Tras las remodelaciones y reformas de los siglos XVIII y XIX, de su primitivo estilo gótico-mudéjar, tan solo queda la parte inferior de la torre-fachada, la tapiada portada ojival de los pies y poco más.

PORTADA PLAZA SAN LORENZO AL FONDO LA TORRE CAMPANARIO.
          La torre mudéjar cuyo campanario es del siglo XVIII domina todo el entorno.
           Unos magníficos retablos dedicados al  Cardenal Spínola, a las Ánimas Benditas,  a la Virgen del Dulce Nombre, al Señor del Gran Poder y a la Virgen de la Soledad, lucen en las fachadas de este templo.
          Las dos portadas son de piedra y realizadas a principios del XVII,  accedo al interior por la que da a la plaza, que tiene en la parte superior una hornacina con la figura del Santo.
          Son tantas las obras de arte que desde el siglo XIV se acumulan en esta iglesia, que podemos decir que estamos en un museo.
          Entre todas destacamos el barroco retablo mayor, cuya figura central es San Lorenzo llevando en una mano una parrilla de plata y en la otra la palma atributos de su martirio.
          San Lorenzo fue un santo español, que en el año 258 por el hecho de ser cristiano, fue condenado en Roma a morir martirizado. Para hacerlo sufrir, fue atado vivo a una parrilla puesta al fuego, fue tanta su entereza, que según la leyenda, dijo a sus torturadores: “Dadme la vuelta que por este lado estoy hecho”.
          Muy interesantes son las capillas y retablos que se reparten por todo el templo, desde la capilla Sacramental presidida por la imagen de la Inmaculada, hasta la de las Ánimas Benditas, pasando por las que albergan las imágenes de las Hermandades del Dulce Nombre, vulgo “la bofetá” y de la Soledad, que tienen su  sede en este templo y que procesionan en Semana Santa.
          Entre sus muchos imágenes resaltamos dos de ellas fechadas en el siglo XIV, una la Virgen del Carmen realizada  en alabastro,  la otra la pintura mural de la Virgen de Recamador, cuya devoción es de origen francés, y como curiosidad os diré, que los Niños que acompañan a estos dos vírgenes llevan un pajarillo en sus manos.
          No podemos terminar este breve repaso, sin dejar de mencionar las bellas cerámicas que cubren algunos de sus muros, en particular los paños de azulejos de la capilla de las Ánimas y los del retablo de la Virgen de Rocamador fechados en 1609.
         

          

2 comentarios:

  1. Magnífico el retablo de la Virgen de Rocamador. Una de las pinturas murales más antiguas de Sevilla. (Aunque está muy retocada posteriormente).

    ¡Un abrazo, Manuel Ángel!

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  2. muy bueno e ilustrativo,


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