miércoles, 11 de marzo de 2015

EL CASTILLO DE SAN JORGE. LA INQUISICION SEVILLANA.

EL CASTILLO DE SAN JORGE.
LA INQUISICION SEVILLANA.
       El pasado domingo estuve paseando por Triana, concretamente por la plaza del Altozano para visitar los restos del Castillo de San Jorge, situados en los bajos del Mercado de Abastos.
          De los restos arqueológicos de la que fue sede de la Inquisición sevillana, lo primero que nos llama la atención es su gran extensión, aquí se ubicaban además de las salas de interrogatorios y torturas, los calabozos y viviendas para los inquisidores, administrativos, carceleros y porteros, unos atriles temáticos nos dan una amplia información.
          La historia de este castillo se remonta a época medieval, años más tarde en 1171 los almohades construyen el puente de barcas, y para custodiarlo y proteger la ciudad, convierten el castillo en una gran fortaleza con torreones, murallas y foso. 

          Fernando III  reconquista Sevilla en 1248 y el castillo es entregado a la Orden Militar de San Jorge, de donde toma el nombre, estos caballeros  lo ocupan hasta 1280.
          Siglos de paz disminuyen su importancia defensiva quedando a la espera de ser utilizado.
          En 1478 los Reyes Católicos crean la Inquisición Española, institución que llegaría  a ser la más poderosa y aterradora de su época. Sevilla por su importancia y riquezas, es elegida en Enero de 1481 para el establecimiento de la primera sede de sus Tribunales, nuestra ciudad tenía  lo que era más apetecible para los verdugos inquisidores, una gran población judía y de conversos, muchos de ellos ocupando altos cargos en la administración de la ciudad.
          Pronto comienzan sus macabras funciones, en Febrero de 1481 realizan el primer auto de fe, donde se queman vivas a seis personas.
           Primero se instalan en el convento de San Pablo, actual parroquia de la Magdalena, pero eran tantos los apresados que  se queda pequeño y se trasladan a este Castillo de San Jorge bastante más espacioso.   
          Aquí estuvieron tres siglos, y durante todo este tiempo fueron numerosos los presuntos herejes y conversos o falsos cristianos que pasaron por sus cárceles, de los que muchos fueron condenados y enviados a la hoguera.
          En 1785 debido a la mucha antigüedad del edificio y al deterioro por las inundaciones de los continuos desbordamientos del río, el Santo Oficio se traslada a la calle Becas, el castillo es demolido y en 1823 sobre el solar se construye el Mercado de Abastos.
           Actualmente, después de largos años de excavaciones y estudios arqueológicos, el Ayuntamiento abre en el año 2009 el recinto al público como Espacio de la Tolerancia, donde se puede reflexionar sobre el mal abuso del poder religioso o político, que produjo y produce tantas víctimas en el pasado y en el presente.
          Sobre aquellos siglos de oscurantismo y persecuciones etnicas y religiosas, podemos ver en una triple pantalla una película sobre la escalofriante y desgraciada historia de Marcela, cuyo único delito que la llevó a morir en la hoguera, fue el de ser una joven culta con conocimientos sobre medicina y plantas curativas, así como el gusto de estudiar las estrellas.
          En unos paneles se muestran los retratos de diversas personas relacionadas con la Inquisición, algunas perseguidas y condenadas, como María Dolores López una beata ciega que debido a sus delirios religiosos acabó en la hoguera, esta mujer condenada en Agosto de 1781 fue la última víctima de la Inquisición española.
          Como podemos ver Sevilla tuvo el dudoso honor de ser la primera y la última en donde la Inquisición quemó personas.          El recorrido termina ante unos paneles con artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en ellos se nos recuerda, que nadie puede ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
          Así como el derecho que tenemos todos a la libertad de pensamiento, de religión o creencias, sin distinción de raza, color, sexo, religión, nacimiento, posición social o económica.
          Por desgracias estos derechos fundamentales de la persona humana, se violan y pisotean frecuentemente en diversas partes del mundo. Está claro que no aprendemos de los errores del pasado.
          Finalizo aconsejando la visita a los restos del Castillo, y a este Museo sobre la Tolerancia, os será  muy interesante y enriquecedor.



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