LA CASA-PALACIO DE LOS
MARQUESES
DE LA ALGABA.
CENTRO DEL MUDÉJAR.
En la
plaza de Calderón de la Barca, a espaldas del Mercado de la calle Feria y de la
Iglesia de Ómnium Sanctórum, se encuentra este señorial palacio.
Fue levantado en el siglo XV por Don
Juan de Guzmán primer Señor de la Algaba, de esta primera construcción nos
queda su bella y espectacular portada
gótico-mudéjar.
A LA IZQUIERDA LA PORTADA GÓTICO-MUDEJAR DEL PALACIO,
AL FRENTE EL ÁBSIDE DEL TEMPLO DE OMNIUM SANCTORUM, A LA DERECHA EL MERCADO DE
LA FERIA.
Sus
sucesores enriquecen el palacio, siendo Don Rodrigo de Guzmán III Señor de la
Algaba el que lo remodela en estilo renacentista, ampliándolo e instalando en
la parte trasera, colindantes con la calle Arrayan y hasta San Basilio, los
jardines y las caballerizas. A partir de 1568 el palacio adquiere su mayor relevancia,
este año el rey Felipe II concede el marquesado al señorío de la Algaba, que
ostentaba Don Francisco de Guzmán y Manrique.
Tras
una larga época de esplendor, los marqueses de la Algaba dejan de tenerlo como
residencia principal, años más tarde se vende, y comienza durante los siglos
XIX y XX un paulatino abandono, se
derriba el pasadizo elevado que unía al palacio con la parroquia de Ómnium
Sanctorum, adornos, herrajes, labores arabescas, columnas, puertas talladas,
finos alicatados, ricos techos artesonados, y los grandes y hermosos jardines, todo desaparece.
Parte
de las instalaciones se habilitan para teatro y el resto para arrendamiento como
casa y corral de vecinos, en los jardines se instala el cine de verano Arrayan.
El Ayuntamiento de Sevilla lo adquiere en
1990, y después de unos años de profunda rehabilitación y reconstrucción, se
instalan unas dependencias del Ayuntamiento y en el año 2013 se abre al público
como Centro del Mudéjar.
Por
una esplendida escalera subimos a la planta superior donde se encuentran las
salas que conforman el Museo del Mudéjar.
El
término mudéjar es voz árabe que significa “domestico o vasallo sometido” o sea
se refiere a los musulmanes que siguieron viviendo en los territorios
reconquistados.
Estos
mudéjares en su mayoría albañiles, ceramistas y carpinteros, realizaban sus
bellos trabajos con materiales de bajo coste, como el ladrillo, el yeso o la
madera, estilo que tomó el nombre de Arte Mudéjar.
Con
la unión del mudéjar y el gótico, entre los siglos XIII al XVI se crearon
edificios religiosos y civiles de gran belleza arquitectónica, entre los
primeros destacamos los templos de Santa Marina, San Marcos o San Esteban, en
los civiles: el palacio de Don Pedro I en el Alcázar, la Casa de Pilatos o este
palacio de los Marqueses de la Algaba donde nos encontramos.
Pero
entremos a visitar el Museo, donde en las más de 100 piezas que se exponen, se
reúne una colección de objetos de carpintería, cerámicas, lápidas, vasijas y
yeserías mudéjares y góticas, aquí no nos cansamos de admirar este bello y
decorativo estilo tan presente en edificios monumentales sevillanos.
Recomiendo
la visita a este hermoso palacio que afortunadamente no hemos perdido, en su
interior podremos imaginarnos el gran esplendor que disfrutaron los Marqueses
de la Algaba.
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