lunes, 2 de marzo de 2015

LA CASA-PALACIO DE LOS MARQUESES DE LA ALGABA. CENTRO MUDEJAR.

LA CASA-PALACIO DE LOS MARQUESES
DE LA ALGABA.
CENTRO DEL MUDÉJAR.

        En la plaza de Calderón de la Barca, a espaldas del Mercado de la calle Feria y de la Iglesia de Ómnium Sanctórum, se encuentra este señorial palacio.
          Fue levantado en el siglo XV por Don Juan de Guzmán primer Señor de la Algaba, de esta primera construcción nos queda su bella  y espectacular portada gótico-mudéjar.


A LA IZQUIERDA LA PORTADA GÓTICO-MUDEJAR DEL PALACIO, AL FRENTE EL ÁBSIDE DEL TEMPLO DE OMNIUM SANCTORUM, A LA DERECHA EL MERCADO DE LA FERIA.

Sus sucesores enriquecen el palacio, siendo Don Rodrigo de Guzmán III Señor de la Algaba el que lo remodela en estilo renacentista, ampliándolo e instalando en la parte trasera, colindantes con la calle Arrayan y hasta San Basilio, los jardines y las caballerizas. A partir de 1568 el palacio adquiere su mayor relevancia, este año el rey Felipe II concede el marquesado al señorío de la Algaba, que ostentaba Don Francisco de Guzmán y Manrique.
Tras una larga época de esplendor, los marqueses de la Algaba dejan de tenerlo como residencia principal, años más tarde se vende, y comienza durante los siglos XIX y XX  un paulatino abandono, se derriba el pasadizo elevado que unía al palacio con la parroquia de Ómnium Sanctorum, adornos, herrajes, labores arabescas, columnas, puertas talladas, finos alicatados, ricos techos artesonados, y los grandes y  hermosos jardines, todo desaparece.
Parte de las instalaciones se habilitan para teatro y el resto para arrendamiento como casa y corral de vecinos, en los jardines se instala el cine de verano Arrayan.
El Ayuntamiento de Sevilla lo adquiere en 1990, y después de unos años de profunda rehabilitación y reconstrucción, se instalan unas dependencias del Ayuntamiento y en el año 2013 se abre al público como Centro del Mudéjar.



  Ahora que conocemos algunos datos de su historia, pasemos al interior y admiremos su bello patio central. Entre las estancias que se abren a este patio, se encuentran las dedicadas a Don Rodrigo y a Doña Leonor, siendo el techo de esta el único que conserva el original artesonado renacentista.
Por una esplendida escalera subimos a la planta superior donde se encuentran las salas que conforman el Museo del Mudéjar.
El término mudéjar es voz árabe que significa “domestico o vasallo sometido” o sea se refiere a los musulmanes que siguieron viviendo en los territorios reconquistados.
Estos mudéjares en su mayoría albañiles, ceramistas y carpinteros, realizaban sus bellos trabajos con materiales de bajo coste, como el ladrillo, el yeso o la madera, estilo que tomó el nombre de Arte Mudéjar.
Con la unión del mudéjar y el gótico, entre los siglos XIII al XVI se crearon edificios religiosos y civiles de gran belleza arquitectónica, entre los primeros destacamos los templos de Santa Marina, San Marcos o San Esteban, en los civiles: el palacio de Don Pedro I en el Alcázar, la Casa de Pilatos o este palacio de los Marqueses de la Algaba donde nos encontramos.
Pero entremos a visitar el Museo, donde en las más de 100 piezas que se exponen, se reúne una colección de objetos de carpintería, cerámicas, lápidas, vasijas y yeserías mudéjares y góticas, aquí no nos cansamos de admirar este bello y decorativo estilo tan presente en edificios monumentales sevillanos.
Recomiendo la visita a este hermoso palacio que afortunadamente no hemos perdido, en su interior podremos imaginarnos el gran esplendor que disfrutaron los Marqueses de la Algaba.  











               

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