LA
IGLESIA DE SAN VICENTE.
La
leyenda de esta iglesia, sitúa su creación como basílica cristiana, nada menos
que a principios del siglo IV en época visigoda.
De esta fundación legendaria, no hay pruebas documentales
que lo confirmen, sí es más cierto que fue una de las veinticincos parroquias
en que dividió la ciudad tras la Reconquista el Obispo Don Remondo, y el
estudio arquitectónico del inmueble nos dice que fue edificada en el siglo XV
en el estilo gótico-mudéjar.
En la actualidad se encuentra muy modificada por las
reformas de los siglos XVIII y XIX.
PORTADA
RENACENTISTA.
El día que paseo ante esta iglesia de San Vicente Mártir, la
encuentra cerrada, por tanto voy a dar una vuelta por el exterior, que también
tiene muchas cosas interesantes de ver.
A la calle Cardenal Cisneros se abre una portada
renacentista, sobre el dintel en un frontón triangular, un artístico
relieve con la figura del padre eterno y
el lema DOMUS DEI ET PORTAL COELI= Puerta de la Casa de Dios, Puerta
del Cielo.
En la fachada a un lado de esta portada, una lápida de mármol en castellano antiguo, nos
cuenta varias leyendas, una nos dice: que según la tradición este templo se
fundó sobre el año 300; otra que el rey de las vándalos Gunderico en el año 426
intentó profanarlo y robar sus riquezas, siendo muerto violentamente por el
demonio; y otra hace referencia a la muerte y tránsito de San Isidoro.
Los sucesos que narra esta lápida, difícilmente pudieron
haber sucedido, al estar fechada la construcción de este templo en el siglo XV,
por tanto se quedan en unas curiosas e interesantes tradiciones legendarias.
Los vándalos al mando de Gunderico llegaron a Sevilla en el año 426, si bien no
saquearon esta iglesia, sí desbastaron y asolaron la ciudad, dejándonos la
lamentable herencia del término vandalismo= aptitud o inclinación a cometer
acciones destructivas sin consideración alguna hacia los demás.
Al otro lado de esta puerta un hermoso retablo de azulejos dedicado
a Jesús de las Penas.
Seguimos hacia la calle San Vicente donde se encuentra la portada
de los pies del templo, uno de los pocos restos que quedan de su construcción
gótico-mudéjar.
En esta parte se alza la torre campanario, sí miramos hacia
arriba, veremos que está rematada con una airosa veleta que lleva la figura de un
cuervo con un garfio en el pico, símbolo del martirio de San Vicente.
La leyenda sobre este Santo, nos dice que por no renunciar
a su religión católica, fue martirizado hasta morir, y sus restos arrojados a
un basurero para que fueran pasto de los animales salvajes, un cuervo se posó
sobre el cadáver impidiendo que fuese devorado. Por este motivo se suele
representar con un cuervo.
Damos la vuelta hasta la plaza de Doña Teresa Enríquez, donde
nos paramos ante la artística ventana de la capilla Sacramental que se remata
con una custodia.
En esta plaza, donde termino el recorrido de hoy, se
encuentra otra portada de acceso al
templo realizada en ladrillos con arco de medio punto.
Al estar cerrada la iglesia, la visita al interior la dejo
para mejor ocasión, recordando que este templo es la sede de las Hermandades de
las Penas y de las Siete Palabras, que procesionan el Lunes y Miércoles Santo
respectivamente.
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