sábado, 12 de abril de 2014

LA CALLE SAN LUIS



ANTIGUA CALLE REAL.

Me encuentro en el Arco de la Macarena, donde voy a iniciar mi caminar por esta larga y estrecha calle, tan llena de historia.
El nombre actual de San Luis, se le puso en 1845 por la iglesia jesuita del mismo nombre, situada a su mediación.
Anteriormente era conocida como calle Real,  debido a que era la entrada habitual de los reyes cuando llegaban a la ciudad, monarcas como Alfonso XI, Fernando el Católico o el Emperador Carlos I entre otros, pasaron con sus comitivas regias por esta calle, para llegar a su residencia en los Reales Alcázares.
En mi paseo dejo atrás la iglesia de San Gil, una de las parroquias más antiguas de Sevilla, y sigo hasta la Plaza de Pumarejo,  llamada con este nombre, por la casa-palacio que construyera en el siglo XVIII el Veinticuatro de Sevilla Don Pedro Pumarejo.

PORTADA CASA-PALACIO PUMAREJO.
Esta parte de la calle Real era muy estrecha, siendo conocida antiguamente como los Cuatros Cantillos, o las Cuatro Esquinas[i].
Estos cuatro cantillos al atardecer, eran el punto de reunión para los mocitos y perdonavidas de Santa Marina y de San Gil, además, escondidos por sus esquinas los regatones, estraperlistas que hasta mediados del siglo pasado, ofrecían pan blanco, aceite y otros productos.
          Sigo hasta Santa Marina y durante un rato contemplo su portada gótico-mudéjar.
          Frente a esta iglesia se encuentra la calle Divina Pastora, que anteriormente se llamó Adelantado, porque en esta esquina estuvo el palacio de los Per Afán de Riberas, Adelantados de Sevilla, aquí vivieron hasta que edificaron su “Casa de Pilatos” Doña Catalina de Ribera, su esposo Don Pedro Enríquez y sus hijos Fadrique y Fernando.
          Sobre lo que fuera este palacio, los jesuitas construyeron su noviciado de San Luis.
          Actualmente en parte del edificio se ubica el Instituto Andaluz de las Artes y las Letras, en su interior se encuentra la poco conocida iglesia domestica de San Luís.
Más adelante, nos encontramos ante la fachada de una hermosa joya, la iglesia de San Luis Rey de Francia, que le da nombre a la calle, estando considerada como la más suntuosa de todas las iglesias barrocas sevillanas.
FACHADA IGLESIA SAN LUIS.
Enfrente hay una calle muy estrecha, que llega hasta San Julián, con el nombre del escultor y retablista Duque Cornejo, que vivió en esta calle, siendo el autor de muchas de las obras que contemplaremos en la visita a esta iglesia.
          A continuación se encuentra el Colegio La Salle-Purísima, frontero a este estuvo el Hospicio para niños expósitos.
          Otro edificio asistencial que no existe, es el Hospital de San Cosme y San Damián, popularmente conocido como de los locos o inocentes[ii], aquí estuvo internado el loco Amaro, personaje muy singular del que pronto hablaremos.
          Frente al que fuera Hospital de los Inocentes, hoy Centro Deportivo San Luis, hay un callejón sin salida con el nombre de Padilla, donde según la leyenda el rey Don Pedro conoció a Doña María de Padilla, el gran amor  de su vida.
          Más adelante, en un azulejo situado sobre la fachada del número trece, se lee que en 1875 en un humilde cuartito del antiguo edificio, se fundó con cuatro hermanas la institución religiosa de las Hermanas de la Cruz, para ayuda y servicio a los pobres.
Y San Marcos, donde termino mi paseo de hoy, de las notas tomadas de los lugares vistos, voy a escribir unas páginas individuales que iré publicando en este blog.





[i][i]  VÉASE ESQUINAS Y CONVENTOS DE DON SANTIAGO MONTOTO.

[ii][ii] LA CALLE ESQUINA A ESTE EDIFICIO LLEVA EL NOMBRE DE INOCENTES POR LOS QUE FUERON RESIDENTES EN DICHO HOSPITAL.

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