miércoles, 9 de abril de 2014

LA PLAZA Y EL CONVENTO DE SANTA ISABEL.


          Esta plaza, una de las más bonitas de Sevilla, está situada a espaldas de la iglesia de San Marcos, es recoleta y muy agradable por su ambiente de quietud y tranquilidad, que le dan los conventos cercanos.  
          Me siento en unos de sus bancos a disfrutar de tan bello entorno, sobre mi cabeza las ramas de los granados me dan sombra, el azahar deja su perfume en el aire, el agua de la fuente canta mientras cae en la taza, unas palomas beben y otras revolotean por la plaza.
          Mis ojos, en esta paz, no se cansan de contemplar la magnífica portada del convento de Santa Isabel, a la que franquean dos altos olmos.

                                                                               PLAZA DE SANTA ISABEL.
          Es obra de Alonso de Valdelvira de 1609, en piedra y de estilo renacentista, a los lados dos pares de columnas estriadas, entre las que se disponen cuatro hornacinas vacías.
          Se remata con un esplendido altorrelieve, muy deteriorado, realizado por Andrés de Ocampo[1], cuyo grupo escultórico de siete figuras representa la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, destacan las figuras de la Virgen con un amplio manto, y la de Santa Isabel que hace una genuflexión.

         El convento de Santa Isabel fue  fundado en 1490 para la Orden de religiosas de San Juan, la espadaña que se alza sobre la plaza, ostenta la cruz de la Orden.  
          Con la desamortización de 1835 estas monjas fueron exclaustradas, pasando a ser cárcel de mujeres, posteriormente fue  reformatorio femenino, conocido popularmente como Casa de las Arrepentidas.
          Desde 1869 es sede de la congregación de religiosas filipenses, que fundara la Madre María de los Dolores Márquez, dedicada a la enseñanza.
          La Orden desarrolla una obra social muy importante, con el cuidado, protección y acogida de menores y de mujeres maltratadas.
          Además por una ventana de su acogedor compás, presidido por un paño de cerámica de la Madre María Dolores, se reparten diariamente entre los necesitados, más de trescientos bocadillos.

MADRE MARIA DOLORES MARQUEZ.
               La iglesia, a la que accedemos por el patio que da a la calle Hiniesta, guarda un gran patrimonio en obras de arte, incluso a pesar de las pinturas que se perdieron al ser expoliadas por los franceses.
          El retablo mayor, que preside una Dolorosa, es obra de Juan de Mesa, de este mismo escultor es el Cristo de las Misericordias.
          Otros retablos realizados por Juan de Oviedo y Martínez Montañés, además de pinturas entre las que destacan las de Juan del Castillo se reparten por el templo.
          En el coro bajo se encuentran enterrados los cuerpos de la Madre María Dolores Márquez y del promotor de la fundación, el Padre Francisco García Tejero.
          Vista la iglesia, salgo a la calle Hiniesta desde donde caminaré hasta San Julián y por la Ronda llegar a la Macarena para terminar el paseo de hoy.
          No me he olvidado de la iglesia de San Marcos, la visita la dejo para dentro de uno días.


         




[1]   ANDRÉS DE OCAMPO 1550-1623 ESCULTOR JIENNENSE, RESIDIÓ Y REALIZÓ SU MAYOR PRODUCCIÓN EN SEVILLA, ES AUTOR ENTRE OTRAS MUCHAS OBRAS DEL CRISTO DE LA FUNDACION DE LA HERMANDAD DE LOS NEGRITOS. 

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