Cercano
al Barrio de la Macarena, se encuentra este hospital, declarado en 1964
Monumento Histórico Artístico, que hoy me dispongo a visitar.
Aquí en la rotonda de San Lázaro con
la SE 30, terminaban unos antiguos caminos que llegaban de las Puertas de
Córdoba, de la del Sol, y de la Macarena, aquí se cruzaban y partían uno hacía Córdoba
y otro hacía Extremadura, por tanto como en todos los cruces o inicio de
caminos había una cruz de piedra, de las llamadas de Humilladero.
Lógicamente, en la actualidad estos
caminos ni la cruz existen, esta se puede ver en la placita de Santa Marta donde
se encuentra.
Estamos ante el hospital más
antiguo de Sevilla, como institución
hospitalaria se ha mantenido interrumpidamente desde su fundación en el siglo
XIII hasta el presente. Durante su larga vida, el edificio ha estado sometido a
diversas reformas y transformaciones.
Recién conquistada Sevilla en 1248 por el Rey San
Fernando III el Santo, mandó que a extramuros, en este sitio de las afueras de
la Macarena, lo edificaran, para que en él fuesen alojados individuos con
enfermedades contagiosas como la lepra.
El Rey Alfonso X el Sabio, su hijo y sucesor, participó
en la construcción, concediéndole diversos privilegios, así como Ordenanzas
para su utilización.
Todos los reyes, especialmente los Reyes Católicos, le
favorecieron con cuantiosas donaciones.
La puerta principal del edificio, cuya fachada fue
construida por Alfonso X, y reconstruida en el s. XVI tiene un frontón curvo y
roto, sobre un hueco adintelado, flanqueado por dos columnas con entallamiento
liso y coronada por un balcón.
El edificio se edificó sobre
los terrenos de una finca árabe, con una torre llamada de los hermanos
Gausines.
La portada
principal de la iglesia, hoy cegada, es de estilo gótico, de ladrillo con un
arco de medio punto y sobre ella un azulejo del siglo pasado que representa al
Santo titular, la figura es un leproso atacado por dos perros, por los rotos de
las ropas se le ven las manchas de la lepra por todo el cuerpo, se apoya en una
vara que sostiene bajo el brazo.
Aunque no pude entrar en la iglesia, porque debido a su mal estado, se encuentra cerrada desde 1998, sí os puede contar su interior, ya que tuve la ocasión de visitarla en ocasiones anteriores. Es una iglesia pequeña, de tres naves, la central prolongada por el ábside.
El retablo que la preside tiene obras del siglo XVI ejecutadas por el pintor Villegas Marmolejo[1], que representan: La Resurrección de Lázaro; el Martirio de San Lázaro; Cristo en la calle de la Amargura; Cristo con el Cirineo; la Magdalena; y la Aparición de Cristo a la Magdalena.
En la sacristía se guardaba la gorra o sombrero, que la
tradición supone que usó el santo, y una muy antigua leyenda dice: “que
aquellos que tengan o padezcan enfermedades de la piel y toquen la gorra del santo con sus manos se
curan”.
La pila del bautismo, actualmente en
el Museo de Bellas Artes, es una pieza
de enorme mérito de la alfarería sevillana,
probablemente de finales del s. XV, consta de un gran vaso, de forma
semiesférica que ofrece en su ancha zona superior un tallo serpenteante que la
rodea con piñas en relieve, descansa en un pedestal decorado de la misma manera,
toda la pieza esta vidriada de verde.
La portada lateral de
la iglesia, da a un patio interior de estilo renacentista.
Actualmente la
torre de los Gausines, una joya del siglo XIII, se encuentra en muy mal estado,
al igual que la iglesia, hay proyectos de rehabilitarlas, estamos en 2014 y no
se acometen los trabajos.
[1] Pintor
nacido y fallecido en Sevilla 1.519-1.596, está
enterrado en la iglesia de San Lorenzo.
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