Muy cerca de la Casa natal de Santa Ángela de la Cruz, se
encuentra la que fuera iglesia de Santa
Lucía.
Cuantas
veces hemos pasado indiferentes, sin prestar la más mínima atención a este
templo. No pensamos, que fue una de las 24 parroquias o collaciones, en que
dividió la ciudad el arzobispo Don Remondo, a raíz de la reconquista en 1248 por
Fernando III.
Iglesia fernandina, reconstruida en el siglo XIV en estilo
gótico-mudéjar, formó parte del patrimonio histórico-religioso-cultural, hasta
lamentablemente el año 1868, cuando la Junta Revolucionaria la cerró al culto religioso.
SANTA LUCÍA ACTUAL SIN TORRE Y SIN LA PORTADA GÓTICO MUDEJAR.
A partir de aquí, pasó
ruinas y abandono, siendo dedicada a diversas actividades, almacénes, fabrica
de fosforo, con la perdida de los techos se utilizó como cine de verano.
Fue tan grave el maltrato del edificio, que en estado
ruinoso perdió la torre mudéjar, que solo podemos conocer por antiguas fotografías.
Actualmente se encuentra ubicado en ella, el Centro de
documentación de las Artes Escénicas de la Junta de Andalucía.
Gran parte de su
patrimonio pasó a la Parroquia de San Julián, bienes que se perdieron en el
incendio que sufrió esta iglesia en 1932, salvándose del fuego tan solo la
imagen de la Inmaculada Concepción atribuida al escultor Alonso Cano.
Por
fortuna, tan bien se libraron del expolio dos piezas muy importantes: la pila
bautismal donde recibió el bautismo Madre Ángela, que se puede ver en la casa
número 5 de la calle Santa Lucía y la portada principal gótico-mudéjar, que fue
colocada en la iglesia de Santa Catalina por mediación de Don Rafael González-Abreu.[1]
Los atentados cometidos al patrimonio histórico y cultural en
el siglo XIX no fue solo a este templo, fueron por desgracia innumerables, sin
ir muy lejos, cerca de aquí, la Puerta del Sol y la parte de murallas que la
unía a la Puerta de Córdoba, se perdieron al ser derribadas en 1871.
Fue un siglo tan nefasto en cuanto a pérdidas
de riquezas artísticas y arqueológicas, que el próximo escrito lo voy a dedicar
a ese patrimonio perdido y a sus causas.
[1] Rafael González Abreu, nacido en Santa
Clara de Cuba en 1864, y fallecido en Sevilla en 1933 fue un mecenas cubano,
afincado en Sevilla y amante de la ciudad, compró diversos edificios religiosos
destinados a la piqueta del derribo. Uno de ellos fue el exconvento carmelita
de los Remedios donde fundó el Instituto de Estudios Hispano-Cubano, también se
hizo con las huertas del exconvento dominico de San Pablo, actual iglesia de la
Magdalena, para cedérselas al ayuntamiento que las urbanizó creando varias
calles, a una de ellas en 1920 se le puso su nombre.
La portada principal de la iglesia de
Santa Catalina perteneció a la Iglesia de Santa Lucía y fue donada por él. Su colección de obras de artes las donó al
Museo de Bellas Artes de Sevilla. El rey Alfonso XIII le concedió el titulo de
Vizconde de los Remedios.
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