Entre
la Trinidad y la Puerta Osario, se encuentra este espacio verde, con una
riqueza vegetal que comprende más de cincuenta especies diferentes, entre
ellas: acacias, jacarandas, palmeras, damas de noche, naranjos, limoneros, eucaliptos,
etc.
Si queréis disfrutar del paseo, en un ambiente lleno de paz
y tranquilidad, gozando de la fragancia de sus muchos árboles y flores, en
plena ronda del casco antiguo, este es el lugar ideal.
Nada más agradable que sentarse en un banco y contemplar
entre los árboles, el tramo de muralla del siglo XII, que protege los jardines
y que formaban parte del recinto amurallado que unía las Puertas de Osario y la
de Sol.
De todos los restos que se conservan
del cerco de murallas de la ciudad, este con sus tres torreones, es el segundo
en extensión, después de los de la Macarena.
Estos jardines, y sus edificios hoy desaparecidos, tienen
una larga historia que se remonta al siglo XV, cuando en estos parajes, los
franciscanos levantan el Convento del Valle.
Convento que con la Desamortización cayó en poder de
particulares, siendo utilizado en diversos menesteres, incluso sirvió como casa
de vecinos.
En 1886 la Marquesa de Villanueva lo adquiere para fundar
el Colegio del Sagrado Corazón.
Durante años, el Colegio del Valle, como era conocido, fue
un lugar privado y cerrado para el público en general, incluso una tapia
ocultaba los jardines, a la curiosidad de los transeúntes que pasaban por la
calle María Auxiliadora.
El Colegio cierra sus puertas a mediados del siglo XX, y a
partir de ahí cae en la ruina y abandono, las instalaciones incluida la
iglesia, son desbastadas por grupos de vándalos, hasta el punto, que la policía
tiene que custodiarlas.
En 1976 los jardines,
son comprados a la comunidad de religiosas, por una inmobiliaria que solicita
la licencia para la construcción de viviendas. El Ayuntamiento la deniega, y la
Audiencia Territorial en Agosto de 1980, sentencia que la inmobiliaria tiene
derecho a construir. Momento crucial para los jardines, están a punto de
desaparecer, y convertirse en bloques de pisos.
Afortunadamente, gracias a la lucha que durante años,
mantuvieron movimientos ciudadanos y ecologistas, se pudo evitar tan grave
atentado, con el acuerdo entre Ayuntamiento e Inmobiliaria, para pasar los
jardines a la propiedad pública y convertirlos en zona verde para todos los que
quieran disfrutarlos.
Imaginaos lo ardua que tuvo que ser la lucha que tuvieron
que sostener estos movimientos ciudadanos.
En la parte interior de la portada principal, una placa de
cerámica lo recuerda en su dedicatoria:
A
los Ecologistas del Valle
y
a
las personas
que
hicieron posible
la
apertura de este jardín
para
el disfrute de todos
los
sevillanos y sevillanas.
Las monjas dejaron en el jardín un monumento dedicado a
Santa Rita de Casia, se trata de un retablo de cerámica adosado a un paramento
de ladrillos, que se eleva sobre unos peldaños.
He disfrutado de una agradable mañana, y salgo de los
Jardines del Valle, recitando los versos que Aquilino Duque dedicara a la:
COLEGIALA DEL VALLE.
“VA ENTORNANDO LA CURVA DEL TRANVIA
TUS OJOS SOÑOLIENTOS COLEGIALA.
LENTA LA MADRUGADA DESIGUALA
LAS CLARIDADES…LLUEVE TODAVÍA.
SUBE TU VIDA EN GRISES POR LA ESCALA
DE LA RUTINA Y LA MELANCOLÍA.
TRIANGULO DE SUEÑOS QUE RESBALA
COMO UNA FLOR DE TRIGONOMETRÍA.
QUE LETANÍA DE CONJUGACIONES
AULAS, PASILLOS, INTRANQUILIDADES
DE TUS OCULTAS LÁGRIMAS INTENSAS.
SALTA AL JARDIN DE LAS DESILUCIONES
COLEGIALA SIN FLORES NI CIUDADES,
A JUGAR A LA COMBA CON TUS TRENZAS”[1].
[1] ESTOS VERSOS SE ENCUENTRAN EN UN AZULEJO
COLOCADO EN EL INTERIOR DE LA PUERTA PRINCIPAL. SU AUTOR AQUILINO DUQUE NACIDO
EN SEVILLA EN 1931, TIENE NUMEROSOS PREMIOS LITERARIOS, ENTRE ELLOS EL PREMIO
NACIONAL DE LITERATURA.
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