CABEZA
DEL REY DON PEDRO.
Esta imagen del rey Don Pedro, realizada por el escultor
Marcos Cabrera en 1630, nos hace recordar el crimen que el mismo cometió, y que
hemos relatado en la anterior entrada sobre la calle Candilejo[i].
Con ella sobre la pared, cumplía su promesa de que la cabeza del asesino del Guzmán
colgaría en el lugar donde se cometió el crimen.
En el interior de una hornacina, vemos al rey de medio
cuerpo cubierto con corona y manto real, en la mano derecha lleva el cetro que
apoya sobre el hombro, y sobre la espada posa la mano izquierda. En la parte
baja el emblema del nomadejado del ayuntamiento y el escudo de Castilla.
Aunque nacido en la ciudad de Burgos en Agosto en 1334, a
este rey por su mucha vinculación con nuestra ciudad, lo podemos considerar
como sevillano. Aquí desde muy niño tuvo su residencia en los Reales
Alcázares, a los que reedificó en el bello estilo mudéjar que hoy contemplamos
admirados. Aquí tuvo su corte y vivió con Doña María de Padilla su gran amor. Sus restos como él quería, reposan en nuestra
Catedral, y en muchos lugares de la ciudad encontramos alguna leyenda o
tradición con él relacionada.
¿Pero quien fue este monarca, tan cantado en coplas y
romances, llamado por unos “el Cruel” y por otros “el Justiciero”?.
Hijo de Alfonso XI y Doña
María de Portugal, a la muerte de su padre en 1350 fue coronado rey, aún
no había cumplido los dieciséis años.
Durante los diecinueve años que duró su reinado no lo tuvo fácil,
tuvo continuos enfrentamiento con las diversas facciones de la nobleza que
luchaban por el poder, así como con sus hermanastros, sobre todo con Enrique
que ambicionaba el trono.
Fue un buen gobernante, hombre de gran personalidad, valeroso
y gran pericia en lo militar, como demostró en las diversas guerras en las que
participó.
Para el buen gobierno, el orden y la tranquilidad en el
reino, aplicó por igual a pobres y poderosos una justicia rigurosa y ejemplar,
por ello el pueblo le dio el sobrenombre de “Justiciero”. Estos versos de Quevedo así lo reconocen:
¿Pues
Don Pedro de Castilla,
tan
valiente y tan severo,
¿Qué
hizo sino castigo,
y
que dio sino escarmientos?
Quieta
y próspera, Sevilla
pudo
alabar su gobierno,
y
su justicia las piedras
que
están en el Candilejo.[ii]
Aunque no fue un santo, tampoco fue tan cruel como las
crónicas de su vida y reinado lo describen. Me explico:
-Su hermanastro Enrique de Trastamara, en la batalla de
Montiel (Ciudad Real) con engaños lo atrae a su tienda, donde ayudado por el
mercenario francés Bertrand du Guesclin, que pronuncia aquella famosa frase que
quedó en la historia “ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor” lo asesina clavándole
la espada en el pecho, era el año 1369 tenía 35 años.
-Enrique, que durante años luchó por poseer la corona de
Castilla, no tenía derecho a ella al ser hijo bastardo de Alfonso XI.
- Una vez el usurpador en el trono, tenía que legitimarse
ante sus súbditos, y que mejor manera de mandar a Don Pero López de Ayala que
estaba a su servicio, escribir la crónica de Don Pedro donde se le describe
como persona capaz de cometer toda clase de atrocidades y crímenes, y por otro
lado que él Enrique, no quería el trono por ambición personal, sino para salvar
a Castilla del nefasto reinado de su hermanastro.
Esta crónica, la única de este rey que
se conoce, es la que dio pie a la leyenda de Don Pedro el Cruel. Yo, a pesar de
todo lo negativo escrito sobre él, creo que fue más justiciero que cruel. Pero
volvamos a la Cabeza que es el propósito de este escrito, y aquí tengo que
decir, que esta Cabeza que vemos no es la primitiva, esa fue otra Cabeza, cuya
interesante historia os la comentaré en la próxima entrega.
[ii] ASI LO DECRIBE NUESTRO INMORTAL DON FRANCISCO
DE QUEVEDO EN SU POEMA SATIRICO “ JOCOSA DEFENZA DE NERON Y DEL SEÑOR REY DON
PEDRO DE CASTILLA.
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