miércoles, 29 de enero de 2020


EL ANTIGUO BARRIO DE LOS ABADES.

       Este azulejo nos dice, que esta calle junto con otra cercana llamada Abades Baja, formaban un enclave conocido como Barrio de los Abadesi, por los muchos canónigos y otras personas del clero al servicio del Palacio Arzobispal y de la Santa Catedral, que en este barrio tenían sus residencias.
     Calles que a mediados del XIX se rotularon con los nombres actuales de Abades y Don Remondo respectivamente.
     Abades comienza en la de Bamberg, de la que hemos hablado en el anterior escrito, su trayecto largo, estrecho y sinuoso que al final se quiebra en un recodo en forma de ele que desemboca en la de Mateos Gagos.
   Entre su diverso caserío destaca la señorial Casa-Palacio de los Pinelo, construida en el siglo XVI por el canónigo Don Diego Pinelo miembro de una rica familia de genoveses afincados en Sevilla.
    Se trata de una lujosa mansión prototipo de la nobleza medieval sevillana, donde se conjugan los motivos arquitectónicos renacentistas y mudéjares.
FACHADA EXTERIOR. BELLO MIRADOR CON TRACERÍA GÓTICA CALADA.



ESPLENDIDA ESCALERA CUBIERTA CON UNA CÚPULA OCTOGONAL MUDÉJAR Y SOBRE LA PARED 
UNA EXCELENTE COPIA DEL CUADRO DE MURILLO SANTA ISABEL DE HUNGRÍA CURANDO A LOS TIÑOSOS


LOS ARCOS DE ESTE PATIO PRINCIPAL ESTÁN ADORNADOS
CON BELLAS YESERIAS PLATERESCAS.

     Su historia en cuatro lineas es la siguiente.ii A mediados del siglo XVI los Pinelo la donaron al Cabildo catedralicio, que la utilizó durante siglos para viviendas del clero.
      Como otros muchos bienes de la iglesia tuvo sus vicisitudes, siendo expropiada en el XIX por las Leyes Desamortizadoras, pasando su propiedad a manos privadas que le dieron varios usos, colegio, talleres, alquiler de caballos y pensión etc.
     En 1954, fue declarada Monumento Nacional y por fortuna en Febrero de 1.966 la adquiere el Ayuntamiento de Sevilla, que la rehabilita, siendo en la actualidad, sede de las Reales Academias sevillanas de Buenas Letras y Bellas Artes de Santa Isabel de Hungria. Termino mi paseo por esta calle de Abades, aconsejando visitar este hermoso palacio de Pinelo.


i SOBRE ABADES VÉASE EL LIBRO LAS CALLES DE SEVILLA DE DON SANTIAGO MONTOTO.
DATOS TOMADOS DE CASA DE LOS PINELOS EN WIKIPEDIA.

lunes, 20 de enero de 2020


LA CALLE BAMBERG.
ENCRUCIJADA DE CALLES.

     En la calle donde me encuentro, que lleva desde muy antiguo el mismo nombre que la ciudad alemana Bamberg, seguramente por comerciantes bávaros en ella instalados, confluyen un conglomerado de calles estrechas y con trazados irregulares, que nos recuerdan el intricado urbanismo de la Sevilla medieval.

    Desde esta confluencia parten una serie de bocacalles, como Argote de Molina por la que he llegado desde la Cuesta del Bacalao; la del Aire calle de las más estrechas de la ciudad; la de Mármoles donde se encuentran las tres famosas columnas restos arqueológicos de la Híspalis romana; la del Corral del Rey que fuera prolongación de la calle Real; Pajaritos que lleva el nombre al parecer por una taberna así conocida; la de Estrella por un antiguo retablo de la Virgen y Abades a la que dedicaremos el próximo escrito.
    Quizás esta calle Bamberg sea poco transitada por los sevillanos y muchos no sepan ni donde se encuentra, pero a los que nos gusta callejear en Semana Santa, para ver los “pasos” en los mejores lugares sí es conocida, ya que es vía de unión entre calles con ambientes cofrades.
    Pongo algunos ejemplos: si queréis llegar sin bullas, desde la Cuesta del Rosario o la Alfalfa, hasta la Plaza Virgen de los Reyes, la calle Mateos Gago o la Cuesta del Bacalao, tomar en Cabeza del Rey Don Pedro por Corral del Rey hasta Bamberg y continuar por Abades o Argote de Molina.
     Si en Bamberg os desviáis por Aire y Mármoles llegáis a San Nicolás y Santa María la Blanca.
     El próximo paseo lo daré por la calle Abades.




sábado, 11 de enero de 2020



         LA CALLE ARGOTE DE MOLINA.
       En el lateral oeste del Palacio Arzobispal se encuentra la calle Placentines, que lleva este nombre porque antiguamente la zona la ocupaban comerciantes de la ciudad italiana de Placensa, pasamos por ella y llegamos a la de Argote de Molina por donde va a transcurrir el paseo de hoy.
       Calle con trayecto muy desigual, el ancho tramo donde me encuentro, se extiende entre las calles Alemanes y Placentines en forma de curva y con pendiente muy pronunciada.
           En este lugar, más conocido por los sevillanos como Cuesta del Bacalao, por la muestra de un gran bacalao publicitario en la esquina con Placentines, se viven momentos inenarrables durante los días de Semana Santa.


          Pero antes de seguir el paseo, me pregunto ¿Quién fue este Argote de Molina, cuya memoria se honra dando su nombre a esta calle? Pues fue paisano nuestro, nacido en Sevilla en 1548, enterrado en Las Palmas de Gran Canaria donde falleció en 1596.
         Santiago Montoto en su libro Las Calles de Sevilla, califica a este polifacético personaje, como insigne sevillano, animoso caudillo, buen caballero, ilustre poeta y sabio genealogista.
          ¿Que se puede añadir a estas meritorias calificaciones? Que fue un verdadero prototipo del hombre renacentista, que desempeñó los cargos de veinticuatro de la ciudad y el Alférez Mayor de Andalucía, que en referencia a las armas, entre otras contiendas participó, con apenas veinte años, en doblegar la rebelión de los moriscos de Granada.
       En su vida cultural fue un gran bibliófilo y coleccionista, reuniendo en su residencia un magnifico museo de libros y manuscritos antiguos, obras pictóricas, armas, monedas, etc.

          De su producción literaria destacamos la obra “LA NOBLEZA DE ANDALUCÍA” una descripción histórica y genealógica de los linajes nobiliarios andaluces.

         Pero no solo escribió obras propias, sino que también fue editor de varias obras maestra de la literatura medieval española, como la titulada EL CONDE DE LUCANOR escrita en el primer tercio del siglo XIV por Don Juan Manuel príncipe de Villena y nieto del rey San Fernando.
          Este libro, con el que he pasado con su lectura muy agradables momentos, se compone de una recopilación de relatos, donde Petronio ante un dilema que le plantea el conde, le aconseja con un cuento y su correspondiente moraleja.
           Ya conocemos algunos datos biográficos de este prohombre, y es el momento de continuar el paseo, ahora por el tramo largo y estrecho que finaliza en el cruce con la calle Bamberg. Antes de llegar al final de la calle, me detengo ante el número 13, en cuya casa situó el escritor Armando Palacios Valdés la vivienda de Gloria protagonista de la novela la Hermana San Sulpicio, como nos recuerda el paño de azulejos situado en la fachada.
     Termino el paseo, recomendándoos el libro EL CONDE DE LUCANOR, con la lectura de este clásico de las letras castellanas, pasareis muy buenos momentos.