jueves, 28 de marzo de 2019

PLAZA DE LOS VENERABLES.


PLAZA DE LOS VENERABLES.

          Este lugar donde me encuentro, no es una plaza convencional, aquí no hay fuente, jardines y bancos, es un sitio cuadrado en el que desembocan varias calles, y lo que destaca en ella son sus edificios llenos de historia y leyendas.



PORTADA  DEL HOSPITAL DE LOS VENERABLES SACERDOTES  

QUE DA NOMBRE A LA PLAZA.

                    El más singular e importante que da nombre a la plaza es el antiguo Hospital de los Venerables Sacerdotes.



          Seguimos deambulando y en una placa de cerámica  situada sobre la fachada de una vivienda, leemos que en ella, según el rumor popular nació un hidalgo brabucón, jugador y enamoradizo, que le valió a Don José Zorrilla para crear el personaje universal de Don Juan Tenorio.



          Otro interesante edificio de esta plaza es el bar-restaurante “la Hostería del Laurel” en ella Zorrilla sitúa la primera parte de su obra. Si nos acercamos y cerramos los ojos, podemos sentir la presencia de Don Juan Tenorio cubierto con antifaz, sentado y escribiendo, estamos en carnaval y se siente los gritos y algarabía  de los que la celebran, airado exclama:

¡Cual gritan esos malditos¡

Pero, ¡mal rayo me parta

si en concluyendo la carta

no pagan caros sus gritos ¡

          O aquellos versos de la disputa con Don Luis Mejías sobre quien había realizado las mayores tropelías::

Por donde quiera que fui

la razón atropellé,

la virtud escarnecí,

a la justicia burle

y a las mujeres vendí.

Yo a las cabañas baje,

yo a los palacios subí,

yo los claustros escalé,

y en todas partes deje

memoria amarga de mí.

          Con el recuerdo de Don Juan Tenorio termino mi paseo por esta plaza, y voy a visitar el Hospital de los Venerables.


martes, 19 de marzo de 2019

CALLES DE LEYENDAS.


CALLES DE LEYENDAS.

VISIONES DE MAÑARA.

          El antiguo barrio judío era un conglomerado de callejuelas estrechas y tortuosas, incluso aún más que las actuales, separado de la ciudad por un muro.

               Por estas callejas, algunas desaparecidas y con nombres como Ataúd[i], Guadaña, o Muerte, y otras como las actuales Vida o  Gloria, la leyenda sitúa a Miguel Mañara y Vicentelo de Leca en sus años de juventud corriendo alocadas aventuras. Las macabras visiones que tuvo en algunas de ellas fue el motivo según la tradición, para reflexionar y cambiar a una vida de profunda religiosidad que le llevaría a ingresar en la Hermandad de la Caridad, donde después de años de entrega ayudando a los enfermos y necesitados, muere en olor de santidad el 9 de Mayo de 1629 a los 52 años de edad.

          En realidad la renuncia a los placeres del mundo, es consecuencia de la crisis personal por el dolor de la muerte de su joven esposa. Estas leyendas que nos hablan de su conversión, son relatos sin ningún fundamento de verdad, pero por su interés novelesco las voy a contar a continuación.

          Se dice que un día se cruzó en estas calles con una misteriosa dama, cuyo manto que cubría cuerpo y rostro dejaba entrever las formas de una mujer joven y esbelta, Mañara atrevido y enamoradizo la galantea para que le muestre el rostro, la dama sigue hasta la Catedral donde se descubre y le muestra que su cabeza es una descarnada calavera cuyas vacías órbitas le miran con fijeza, lleno de pavor huye hasta su casa donde se encierra a meditar sobre lo sucedido.

          En otro ocasión una dama le echa desde su balcón una escala invitándole a entrar en su casa, Mañara sin pensar en el peligro sube encontrando aturdido un féretro con el esqueleto de una mujer entre cuatro cirios.

          Quizás el más conocido sea el de la visión de su propio entierro, según cuenta la tradición una noche de vuelta de una de sus aventuras galantes, se encuentra con un cortejo fúnebre compuesto por dos filas de monjes rezando y con cirios encendidos que llevan entre ellos un féretro, asombrado por lo insólito de la hora pregunta ¿a quién lleváis a enterrar? a Don Miguel de Mañara? le contestan, ¿Cómo? eso es imposible, volviendo a insistir ¿díganme a quién llevan en ese ataúd? a Don Miguel de Mañara, y por las filas resuena el eco a Mañaraa.. Mañaraa… Mañaraa…asombrado  y sobreponiéndose al miedo sigue al cortejo hasta la iglesia, allí al descubrir el rostro del cadáver se reconoce así mismo, y aterrorizado por estar ante su propio entierro cae sin sentido al suelo.[ii]

          Vistas las leyendas continúo el paseo por la calle Gloria hasta llegar a la Plaza de los Venerables.







[i]   LA LEYENDA SOBRE LA CALLE DEL ATAUD LA PUBLIQUE EN ESTE BLOG  EL 8 DE OCTUBRE DE 2018.

[ii]   SOBRE MAÑARA MUY INTERANTE EL LIBRO MIGUEL MAÑARA DE LA COLECCIÓN VIDAS EDITORIAL ATLAS MADRID 1943.

lunes, 11 de marzo de 2019

LA CALLE PIMIENTA.


LA CALLE PIMIENTA.



          Don José Sebastián y Bandarán (Sevilla 1885-1972) canónigo de la Catedral hispalense, académico de la sevillana de Buenas Letras y de la de Bellas Artes, al que está dedicada esta su calle de la Pimienta[i], fue un modelo de entrega a Dios y al prójimo.           Personaje tan entrañable merece ser recordado, vayan estas letras para mi humilde homenaje.



LA CALLE PIMIENTA ESTRECHA Y PEATONAL TÍPICA

DEL BARRIO DE SANTA CRUZ.

          Se entregó con tanto amor a los necesitados, que  las puertas de su casa estaban siempre abiertas para todos los que llegaban a pedirle ayuda de algún problema fuera de la índole que este fuera.

          Como sevillano fue un gran amante de nuestras tradiciones, sobre todo de la Semana Santa, a cuyas Hermandades estuvo muy vinculado, fue director espiritual de la Hermandad de la Esperanza de Triana, estando enterrado a los pies de la Virgen en la capilla de los Marineros de la calle Pureza         .

          Después de este breve recuerdo, vayamos a la leyenda del nombre de esta calle. Dice la tradición que en ella vivía un judío comerciante en especias, que se lamentaba de lo mal que le iba el negocio debido precisamente a la escasez de esta demandada planta, originaria de la India y considerada la reina de las especias.

          Un día jurando y blasfemando a la puerta de su negocio, pasó un vecino cristiano que le dijo, no tomes el nombre de Dios en vano, que este te lo da todo y proveerá, y vaya si proveyó, a la mañana siguiente había florecido en su jardín un árbol de la pimienta, el judío lloraba de felicidad y dicen que por cada gota de llanto que caía al suelo crecía una rama de pimienta,  a los pocos días fue a la iglesia cristiana a convertirse.





[i]  TIENE DEDICADA A SU RECUERDO UNA CALLE EN EL POLIGONO SUR.

sábado, 2 de marzo de 2019

CALLE DE LA JUDIA SUSONA.


CALLE DE LA JUDIA SUSONA.

          Entre la Plaza de Doña Elvira y la calle Pimienta se encuentra la antigua de la Muerte, que desde mediados del siglo XIX lleva el nombre de la judía Susona.



          A la mediación concretamente en el número 10, donde la calle se bifurca en un ángulo recto, encontramos sobre sus fachadas un azulejo con una calavera, y un paño de cerámica que nos dice que aquí estuvo colgada la cabeza de la hermosa Susona, que arrepentida por haber traicionado a su padre, así lo dispuso en su testamento.


          Estos azulejos nos estan diciendo que detrás de ellos se oculta una interesante y trágica historia, y efectivamente así es, para conocerla nos tenemos que remontar al siglo XV reinando los Reyes Catolicos.

          En 1478 estos monarcas crean la Inquisición Española, institución que llegaría a ser la más poderosa y aterradora de su época. Sevilla la primera ciudad del orbe por su importancia y riquezas, es elegida para el establecimiento de la primera sede de sus tribunales, lo que se realiza en el convento dominico de San Pablo el 1 de Enero de 1481.

          Iniciaron su actividad con tanto celo que pronto sus calabozos estuvieron llenos de presuntos herejes, sobre todo de judios conversos o neocristianos, acusados de judeizar o sea practicar es secreto la ley judia.

          La llegada de los inquisidores causó un verdadero  terror en la población judía, tanto que varios conversos, importantes personajes de la sociedad civil sevillana comandados por Diego de Susón,se confabularon para levantarse en armas y apoderarse del gobierno de la ciudad.

          Diego Susón tenia una hija de gran belleza, Susona que así se llamaba a espaldas de su padre mantenía relaciones amorosas con un caballero cristiano, enterada del complot y temiendo por la vida de su amante denunció a los conspiradores, poco tardó el Tribunal de la Inquisición en abortar la conjura, apresar a los conjurados, juzgarlos y enviarlos a la hoguera[i].

          Susona a la muerte de su padre arrepentida entró en un convento, y tras su muerte se cumplió su voluntad de colgar su cabeza de un garfio a la puerta de la que fuera su casa.

          Sigo y mis pasos me llevan a la calle Pimienta que tiene una bella leyenda.





[i] SEGÚN SE RECOGE EN EL INTERESANTE LIBRO HISTORIA DE LA JUDERIA DE SEVILLA DE MARIO MENDEZ BEJARANO, DEL QUE HE TOMADO ALGUNOS DATOS, LOS PRINCIPALES CONJURADOS FUERON QUEMADOS EL 6 DE FEBRERO DE 1481.