sábado, 2 de marzo de 2019

CALLE DE LA JUDIA SUSONA.


CALLE DE LA JUDIA SUSONA.

          Entre la Plaza de Doña Elvira y la calle Pimienta se encuentra la antigua de la Muerte, que desde mediados del siglo XIX lleva el nombre de la judía Susona.



          A la mediación concretamente en el número 10, donde la calle se bifurca en un ángulo recto, encontramos sobre sus fachadas un azulejo con una calavera, y un paño de cerámica que nos dice que aquí estuvo colgada la cabeza de la hermosa Susona, que arrepentida por haber traicionado a su padre, así lo dispuso en su testamento.


          Estos azulejos nos estan diciendo que detrás de ellos se oculta una interesante y trágica historia, y efectivamente así es, para conocerla nos tenemos que remontar al siglo XV reinando los Reyes Catolicos.

          En 1478 estos monarcas crean la Inquisición Española, institución que llegaría a ser la más poderosa y aterradora de su época. Sevilla la primera ciudad del orbe por su importancia y riquezas, es elegida para el establecimiento de la primera sede de sus tribunales, lo que se realiza en el convento dominico de San Pablo el 1 de Enero de 1481.

          Iniciaron su actividad con tanto celo que pronto sus calabozos estuvieron llenos de presuntos herejes, sobre todo de judios conversos o neocristianos, acusados de judeizar o sea practicar es secreto la ley judia.

          La llegada de los inquisidores causó un verdadero  terror en la población judía, tanto que varios conversos, importantes personajes de la sociedad civil sevillana comandados por Diego de Susón,se confabularon para levantarse en armas y apoderarse del gobierno de la ciudad.

          Diego Susón tenia una hija de gran belleza, Susona que así se llamaba a espaldas de su padre mantenía relaciones amorosas con un caballero cristiano, enterada del complot y temiendo por la vida de su amante denunció a los conspiradores, poco tardó el Tribunal de la Inquisición en abortar la conjura, apresar a los conjurados, juzgarlos y enviarlos a la hoguera[i].

          Susona a la muerte de su padre arrepentida entró en un convento, y tras su muerte se cumplió su voluntad de colgar su cabeza de un garfio a la puerta de la que fuera su casa.

          Sigo y mis pasos me llevan a la calle Pimienta que tiene una bella leyenda.





[i] SEGÚN SE RECOGE EN EL INTERESANTE LIBRO HISTORIA DE LA JUDERIA DE SEVILLA DE MARIO MENDEZ BEJARANO, DEL QUE HE TOMADO ALGUNOS DATOS, LOS PRINCIPALES CONJURADOS FUERON QUEMADOS EL 6 DE FEBRERO DE 1481.

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