LA
CALLE PIMIENTA.
Don José Sebastián y Bandarán (Sevilla 1885-1972) canónigo
de la Catedral hispalense, académico de la sevillana de Buenas Letras y de la
de Bellas Artes, al que está dedicada esta su calle de la Pimienta[i],
fue un modelo de entrega a Dios y al prójimo. Personaje
tan entrañable merece ser recordado, vayan estas letras para mi humilde
homenaje.
LA
CALLE PIMIENTA ESTRECHA Y PEATONAL TÍPICA
DEL
BARRIO DE SANTA CRUZ.
Se entregó con tanto amor a los necesitados, que las puertas de su casa estaban siempre abiertas
para todos los que llegaban a pedirle ayuda de algún problema fuera de la
índole que este fuera.
Como sevillano fue un gran amante de nuestras tradiciones,
sobre todo de la Semana Santa, a cuyas Hermandades estuvo muy vinculado, fue
director espiritual de la Hermandad de la Esperanza de Triana, estando enterrado
a los pies de la Virgen en la capilla de los Marineros de la calle Pureza .
Después de este breve recuerdo, vayamos a la leyenda del
nombre de esta calle. Dice la tradición que en ella vivía un judío comerciante
en especias, que se lamentaba de lo mal que le iba el negocio debido
precisamente a la escasez de esta demandada planta, originaria de la India y
considerada la reina de las especias.
Un día jurando y blasfemando a la puerta de su negocio,
pasó un vecino cristiano que le dijo, no tomes el nombre de Dios en vano, que
este te lo da todo y proveerá, y vaya si proveyó, a la mañana siguiente había florecido
en su jardín un árbol de la pimienta, el judío lloraba de felicidad y dicen que
por cada gota de llanto que caía al suelo crecía una rama de pimienta, a los pocos días fue a la iglesia cristiana a
convertirse.
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