martes, 23 de mayo de 2017

LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN.


LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN.



PORTADA DE LA CALLE SAN ESTEBAN.

En días pasados alargué mi paseo hasta Santiponce para  visitar el Monasterios de San Isidoro del Campo, hoy de nuevo de paseo por la ciudad, me encuentro en la calle San Esteban ante la iglesia del mismo nombre.

Esta iglesia, al igual que otras que hemos visitado a lo largo de estas páginas, fue en el siglo XIV reedificada en arquitectura gótico-mudéjar, estilo que se caracteriza: por un templo de una nave con tres cuerpos separados por pilares, el central más alto y ancho que los laterales, techumbre de madera de artesanado mudéjar, torre de ladrillos, portadas adosadas de cantería con arcos ojivales y elementos decorativos almohade.

Antes de pasar al interior, me recreo contemplando las dos portadas góticas. La que da a la calle San Esteban se remata con una hornacina con la figura del santo titular, y tiene  una característica que la hacen única y es que el arco ojival exterior está adornado con puntas de piedra en forma de diamantes.



DETALLE  PORTADA SAN ESTEBAN. PUNTAS DE DIAMANTES.

Estas puntas de diamantes, hacen crecer la dificultad que la Hermandad de San Esteban, cuya sede se encuentra en este templo, tiene para sacar en Semana Santa al Señor de la Salud y Buen Viaje y a la Virgen de los Desamparados.

Y todos los años, la abnegación, amor y esfuerzo de los hermanos costaleros, producen el prodigioso milagro de ponerlos en la calle para iniciar su Estación de Penitencia.

Concretamente el   el “paso” de la Virgen, una portada  de menores dimensiones que el palio, convierten esta salida en uno de los lugares más interesantes y clásicos de la Semana Santa sevillana.

En esta misma fachada se encuentra la ventana por la que durante todo el año se venera al Cristo de la Salud y Buen Viaje, popularmente “el Cristo de la ventana”.

     Antiguamente los viajeros que partían por la Puerta de Carmona, se detenían para rezarle y pedirle un buen viaje.

         

          Sigo por el exterior hasta la calle Medinaceli, en ella antiguamente había un arquillo o pasadizo por el que los Duques accedían desde su palacio a la iglesia.

          Aquí a los pies del templo, se encuentra la otra portada gótico-mudéjar, presidida por una escultura del Salvador y a los lados bajo dosel las figuras de San Lorenzo y San Esteban, la belleza de esta puerta se completa con unas figuras geométricas propias del arte islámico almohade que parecen encajes, como los que adornan las iglesias de Ómnium Sanctórum y San Marcos y con mayor esplendor la Giralda[i].





DETALLE DE LA PORTADA DE LS PIES.

Antes de entrar al templo, contemplo la torre y el gótico ábside hexagonal, con contrafuertes y almenas dentelladas.


TORRE Y ABSIDE DEL TEMPLO.



En el interior destacan las pinturas del Retablo Mayor dedicadas a la vida de Jesucristo y otros santos, algunas de ellas como las de San Pedro y San Pablo atribuidas al genial Zurbarán.

Diversas capillas y retablos se reparten por el templo, como las dedicadas a San José, a Santa Ana, a la Virgen de la Luz, y la Sacramental, cubierta con una semiesfera de yeserías fechada en 1676, y presidida por la Inmaculada.

          Salgo de la Iglesia declarada en 1968 Monumento Bien de Interés Cultural, y continúo calle abajo en dirección a la Puerta de Carmona, y a la izquierda a pocos pasos, entro por una callejuela muy curiosa, larga y estrecha, de trazado irregular en forma de zeta, que resulta que es una barreduela sin salida, ni ruidos ni  tráfico, parece encontrarse uno en época medieval[ii].







[i] ESTOS ADORNOS DE DECRACION SE LLAMAN SEBKA.

[ii] [ii] LLRVA EL NOMBRE DE VIRGEN DE LA LUZ POR LA IMAGEN QUE SE VENERA EN LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN.  .

sábado, 13 de mayo de 2017

EL MONASTERIO DE SAN ISIDORO DEL CAMPO. SANTIPONCE.


EL MONASTERIO DE SAN ISIDORO

DEL CAMPO.








Estos días atrás he estado visitando el Monasterio de la Cartuja, hoy voy a dedicarlo a otro Monasterio, el de San Isidoro del Campo, que se encuentra en Santiponce muy cerca de Sevilla, y que desde 1872 es Conjunto Histórico-Artístico de interés nacional.


Este convento, al igual que otros muchos, fue expropiado a mediados del XIX por la desamortización de Mendizábal, los monjes expulsados, las estancias utilizadas para diversos usos, como cárcel de mujeres o fábrica de cerveza, por fortuna tras la rehabilitación y restauración de hace unos años, podemos disfrutar del gran patrimonio artístico  de este Monasterio convertido en museo.







PATIO DE LOS NARANJOS O ATRIO EXTERIOR.

El primitivo monasterio-fortaleza se construyó sobre el solar de una pequeña ermita, donde según la tradición estuvo enterrado San Isidoro de Sevilla hasta 1.063, en que sus cenizas fueron trasladadas a la Catedral de León.


Su fundación se remonta a 1301, cuando Don Alonso Pérez de Guzmán, conocido históricamente como Guzmán “el Bueno”, cede a los monjes del cister los terrenos para la construcción de este monasterio, a cambio de obtener el privilegio de enterrarse en la iglesia él y su esposa Doña María Coronel.


Los monjes del cister residieron hasta 1.431, que fueron sustituidos por la Orden jerónima, estos realizaron importantes ampliaciones y reformas, dotándolo a lo largo de los siglos de una gran cantidad de obras de arte, pinturas al óleo, esculturas, ornamentos religiosos, murales, etc.


Atravesamos la explanada exterior en cuyo centro se alza una cruz de forja sobre columna romana y tras pasar una bella portada mudéjar, acedemos al interior para iniciar la visita.


Lo primero que llama nuestra atención, es que este Monasterio no tiene una sino dos iglesias iguales o gemelas, ambas unidas y separadas por un gran arco.


En la iglesia primitiva, quedamos maravillados ante el monumental retablo mayor, en la parte superior la imagen de San Isidoro, y en la inferior la de San Jerónimo Penitente de un realismo impresionante.


   RETABLO IGLESIA GUZMAN EL BUENO.



               A ambos lado de este retablo, se encuentran los sepulcros con las figuras orantes del fundador Don Alonso Pérez de Guzmán, “el Bueno” y de su esposa Doña María Coronel.  

          Retablo y esculturas, son obras salidas de las manos del genial Martínez Montañés, conjunto que se puede considerar como una de las joyas del Monasterio.

          La segunda iglesia la mandó construir Don Juan Alonso Pérez de Guzmán, hijo del anterior, para sepultura suya y de sus descendientes.

          El altar mayor lo preside un Calvario compuesto por un Crucificado gótico y a sus pies la Virgen y San Juan.

          En un nicho en el lado del evangelio, se encuentra el sepulcro de Don Juan Alonso, la figura descansa sobre almohadas y las manos sujetando la espada.

En el muro frontero, el sepulcro de su esposa Doña Urraca Osorio, muerta en la hoguera acusada de conspiración contra el rey Don Pedro I, cubre la cabeza con cofia y viste un largo manto que le llega hasta los pies, en la mano izquierda lleva un libro cerrado.





SEPULCRO DE DOÑA URRACA OSSORIO.



A sus pies, la pequeña figura de su fiel y heroica doncella Leonor Dávalos, que al ver que el viento levantaba las ropas de su señora, no dudó en saltar a la hoguera donde esta ardía, para cubrirle honestamente las piernas sujetándole las faldas  y quemándose con ella.


En el zócalo de la tumba se recoge este suceso.




En esta iglesia también se encuentran las sepulturas de otros miembros del linaje de los Guzmanes.


 


SAN ISIDORO Y EL BROCAL DEL POZO.


En el muro de la derecha y tras una reja de hierro, se conserva un pedazo del brocal de pozo con la inscripción “Gutam cavat lapidem, dicho latino que significa “la gota de agua perfora la piedra”.



BROCAL DEL POZO LEYENDA DE SAN ISIDORO.

San Isidoro de joven le costaba concentrarse y tener voluntad para adelantar en los estudios, le gustaba más  estar ocioso, y vagar por los campos.


Según la leyenda, un día se acercó a un pozo para sacar agua, notando que el agua había hecho hendiduras en la dura piedra.           Entonces comprendió que también la perseverancia y la voluntad pueden vencer las duras dificultades de la vida, con esta reflexión regresó con amor a sus libros, llegando a ser uno de los hombres más sabios de su época.


Seguimos la visita pasando por las distintas estancias visitables del convento: el Claustro de los Muertos de un bello estilo mudéjar, cuyo patio sirvió como lugar de enterramiento de los monjes jerónimos; el patio de los Evangelistas con esplendidos frescos murales dedicados a San Jerónimo y otros santos, entre los que destaca uno dedicado al Árbol de la Vida; el Refectorio presidido por el mural de la Santa Cena; la Sacristía y la Sala Capitular.





EL CLAUSTRO DE LOS MUERTOS.

Al pasear por estas dependencias hemos contemplado y admirado sus pinturas murales realizadas entre los siglos XV al XVII, entre todas forman un grandioso conjunto que por su calidad artística, lo podemos considerar como otra de las joyas del Monasterio.


Pobre es mi pluma para describir tantas bellezas, por ello recomiendo venir a verlas, la entrada es gratuita.


 






              



              

 




              











 




 


 


         


 


 


                

 


 


 






 


 


 






           

miércoles, 3 de mayo de 2017

CRISTOBAL COLON Y LA CARTUJA DE SEVILLA.


CRISTOBAL COLON Y  EL MONASTERIO DE LA CARTUJA DE SEVILLA.

       En los jardines cercanos a la Puerta de las Cadenas y al lado de un ombús o árbol de la buena sombra, que según la tradición



OMBÚS, ZAPOTE O ÁRBOL DE LA BUENA SOMBRA.

plantara hace unos quinientos años Hernando Colon hijo del Almirante, se encuentra la estatua de Cristóbal Colon.

          Monumento que levantara en 1857 la Marquesa viuda de Pickmán, en recuerdo de que en la iglesia de este Monasterio, estuvieron sepultados los restos del Descubridor durante veintisiete años.

          No solo muerto, en vida Colón se hospedó en numerosas ocasiones en esta Cartuja, como veremos en los párrafos siguientes.


           


MONUMENTO A COLON EN LA CARTUJA.

          Colon con el conocimiento  de sus muchas navegaciones y el estudio de cartografías,  elabora  un  proyecto consistente en abrir una nueva ruta para llegar a las costas occidentales de Asia.

          Esta hipótesis, se basaba en que al ser la tierra una esfera redonda, se podría llegar hasta las Indias Occidentales navegando hacia el oeste y cruzando el Mar Tenebroso o sea el Océano Atlántico.

          Proyecto que donde se presentaba era rechazado y tomado como una quimera impracticable, incluso fue motivo de escepticismo, incomprensión y burla.

          Pero no todos a los que participaba sus ideas e ilusiones estaban en contra, entre los muchos valedores que tuvo hay que destacar al monje cartujo Gaspar Gorricio con el que mantuvo  una gran amistad.

          Colon entre los años 1484 a 1492 y a la espera de ser recibido por los Reyes Católicos y presentarles su proyecto, frecuenta en numerosas ocasiones el Monasterio de la Cartuja sevillana, siendo muy bien acogido por el pleno de la comunidad covitana,  aquí consulta y estudia en la biblioteca, con Gorricio debate sobre navegación y astronomía, al tiempo que prepara los informes a presentar en las cortes.

          En Abril de 1492 terminada la conquista de Granada, los Reyes Católicos aceptan el proyecto de Colón, nombrándole Almirante del Mar Océano, Virrey y Gobernador de las tierras que descubra.

          Colon realiza cuatro viajes al Nuevo Mundo, del último realizado entre Mayo de 1502 y Noviembre de 1504 vuelve deprimido y enfermo, residiendo en la Hospedería de la Cartuja donde goza de paz y tranquilidad.

          En la primavera de 1506, el Descubridor viaja a Valladolid con el deseo de entrevistarse con el Rey Don Fernando, se encuentra cansado, envejecido y enfermo, males que el día 20 de Mayo le producen la muerte, siendo sepultado en el convento de San Francisco.

          En este convento descansará  poco tiempo, a los tres años en 1509, sus restos por decisión familiar, son exhumados y llevados al Monasterio de la Cartuja de Sevilla, donde serán enterrado en la capilla de Santa Ana.           

          Con este traslado comienza el peregrinaje de Colon muerto, si en vida fue un constante viajero, sus huesos no lo serán menos.

          En 1536 su nuera María Toledo, para cumplir la voluntad testamentaria del Almirante, exhuma los restos de Colon y de Diego su esposo para llevarlos a la Catedral de Santo Domingo en la Republica Dominicana.      

          En 1795 por el Tratado de Basilea en el que España cede a Francia su parte en la isla de Santo Domingo, los restos de Cristóbal Colon se envían a la Catedral de La Habana.

          En 1898 con la independencia de Cuba los restos se trasladan de nuevo, y llegan a Sevilla en cuya Catedral se guardan en un magnifico mausoleo[i].

          Con esta página sobre Cristóbal Colon, termino la serie de artículos dedicados a la Cartuja sevillana, en los próximos días visitaré en Santiponce el Monasterio de San Isidoro del Campo.







[i]    SOBRE LOS RESTOS DECOLON VÉASE EN ESTE BLOG: CATEDRAL DE SEVILLA. MONUMRNTO FUNERARIO DE CRISTOBAL COLON. PUBLICADO EL 30 DE NOVIEMBRE DE 2014.