jueves, 26 de enero de 2017

FRAY DIEGO DE DEZA.


FRAY DIEGO DE DEZA.

EL ARZOBISPO Y EL LEÓN.





FRAY DIEGO DE DEZA. DETALLE DEL CUADRO LA APOTEOSÍS DE

SANTO TOMÁS DE ZURBARAN.

A fray Diego de Deza que figura arrodillado en el óleo pintado por Zurbarán titulado “la Apoteosis de Santo Tomás de Aquino”[i] le voy a dedicar la página de hoy.

          Este fraile dominico (1443-1523) que fue preceptor del Infante Juan hijo de los Reyes Católicos, amigo y valedor de Cristóbal Colon ante la Corte, Inquisidor General, y Arzobispo, zamorano nacido en Toro, no es sevillano pero como si lo fuese, aquí vivió gran parte de su vida, ya que durante diecinueve años (desde 1504 a 1523) fue Arzobispo de Sevilla, era tan caritativo y generoso con los necesitados, que el pueblo le dio el apelativo de fray Diego “el bueno”.

          En nuestra ciudad falleció y fue enterrado, para honrar su memoria el municipio le tiene dedicada una calle[ii].

          Aquí en estas líneas, no me voy a extender en sus datos biográficos, solo me voy a referir a dos curiosas singularidades: Al león que tuvo como mascota y al hecho que su tumba en la Catedral se encuentre vacía.

          Fray Diego padecía la enfermedad de la gota, mal que le producía intensos dolores en las articulaciones y dedos de los pies, por desgracia en la época existían pocos remedios para su curación o alivio.

          Amigos  o deudos le regalaron un cachorro de león, en la creencia supersticiosa de que posando los pies sobre la piel del animal sentiría alivio o incluso podría curarse.

          El cachorro, que llevaba como lazarillo a todas partes, se había capado, quitado la dentadura y garras, fue criado por Deza que le daba de comer con su propia mano. Pasado los años y convertido en poderosa fiera que asustaba a todos los que se acercaban, le seguía mansamente y en las misas de la Catedral reposaba tranquilamente a sus pies.

          Curioso sería ver por las calles de Sevilla un arzobispo acompañado por un león como mascota.

           

            A su muerte el nueve de Junio de 1523, fue enterrado en la iglesia del Colegio de Santo Tomás de Aquino del que era fundador.

          Siglos más tarde en 1810, los invasores franceses, saquearon su suntuoso sepulcro en busca de posibles objetos de valor, profanando sus restos que se perdieron para siempre.

          A mediados del siglo, estando exclaustrado el Colegio por la Desamortización y convertido en cuartel, el Cabildo Municipal para evitar nuevas profanaciones, decide que el monumento funerario se traslade a la Catedral, quedando en 1884 instalado en la Capilla de San Pedro.

          Sobre la vacía urna, situada en el lado del Evangelio, la estatua yacente del prelado revestido de pontifical con mitra y báculo, y a sus pies sumiso como lo hacía en vida, su mascota el león.

          Por cierto esta capilla, además de una esplendida reja de cierre y unas artísticas vidrieras, contiene varias obras de Zurbarán, una Inmaculada y otras con escenas de la vida de San Pedro. 

          En los próximos días seguiré por el Museo contemplando los óleos de Zurbarán.

         



[i]       VÉASE LA ENTRADA “LA APOTEOSIS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO”.

[ii]  LA CALLE FRAY DIEGO DE DEZA SE ENCUENTRA ENTRE LAS CALLES MARQUES DE PARADAS Y PEDRO DEL TORO.

miércoles, 18 de enero de 2017

BODAS IMPERIALES EN SEVILLA.


BODAS IMPERIALES EN SEVILLA.

ESPONSALES DEL EMPERADOR CARLOS I CON ISABEL DE PORTUGAL.



EL EMPERADOR CARLOS I  y V DE ALEMANIA. DETALLE DEL CUADRO

 LA APOTEOSIS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO PINTADO POR ZURBARÁN.

          Voy a dedicar esta entrada al Emperador Carlos I de España y V de Alemania, no solo porque esté representado en el cuadro “la Apoteosis de Santo Tomás de Aquino” de Zurbarán[i], óleo al que dedique la entrada anterior, sino porque el diez de Marzo de 1526 situó a nuestra ciudad en el centro del imperio, al celebrar en ella sus esponsales con la Infanta Isabel de Portugal.

          Sevilla en el siglo XVI se encuentra en todo su desarrollo y esplendor, estando considerada capital del Nuevo Mundo y una de las ciudades más importantes de Europa.

          Pero Sevilla, además de grandeza tiene magia y embrujo, un matrimonio que se había concertado por razones de estado, aquí en el marco incomparable de los Reales Alcázares, escenario de grandes amores, se convertirá en una intensa historia de amor.

          Fueron varias las candidatas para casarse con el Emperador, el monarca más poderoso de Europa[ii], pero definitivamente por razones políticas y económicas, la elegida fue la infanta Isabel de Portugal que además de su belleza, aportaba una cuantiosa dote y tenía la edad ideal (23 años) para concebir un futuro heredero, de hecho fue la madre de cinco infantes, entre ellos  Felipe II que sería el sucesor del imperio “donde no se ponía el sol”.

          Los novios, que no se conocían personalmente, se casaron por poderes en el palacio de Almeirin (Portugal) tras haber llegado desde el Vaticano la dispensa papal, permiso necesario para el casamiento, por el impedimento para casarse que existía entre ellos por su parentesco de primos hermanos.

          Sus madres, hijas de los Reyes Católicos eran hermanas, Doña Juana de Castilla (la Loca) madre de Don Carlos  y Doña María de Aragón de la Infanta Isabel.

          Unos días después de celebrado el matrimonio y terminados los festejos, el treinta de Enero de 1526 la Emperatriz Isabel parte con su séquito para Sevilla, donde se celebrara la ceremonia nupcial, ciudad a la que llega el tres de Marzo y en los Reales Alcázares esperara a su esposo el Emperador.

          Don Carlos llega el diez de Marzo, siendo recibido al igual que lo fuera la Emperatriz, por la nobleza, clero y autoridades.

          La solemne entrada, con la diferencia entre uno y otro de una semana, la realizan por la Puerta de la Macarena, recorriendo la calle Real hasta llegar primero a la Catedral y más tarde a los Alcázares, durante el trayecto engalanado por siete arcos triunfales[iii] en los que se ensalzan las virtudes del Emperador, son aclamados por todo el pueblo sevillano que los recibe con grandes muestras de alegría.   

          En los Alcázares al verse por primera vez, quedan profundamente enamorados con una pasión que duraría 13 años, hasta 1539 con el fallecimiento de Isabel, tanto la quiso que no volvió a casarse.

          Los desposorios por palabra de presente, se celebran el mismo día diez oficiando el Cardenal Salvioti legado del Papa Clemente VII. 

          Durante los dos meses de luna de miel en Sevilla, hasta el 23 de Mayo que marchan hacia Granada, vivirán su profundo amor, de noche juntos en sus aposentos, de día paseando por los jardines bajo el embrujo de la primavera sevillana.

          Este enlace fue la ocasión y motivo, para que el Consistorio Municipal, decida construir en la Plaza de San Francisco, anexo al convento del mismo nombre, un edificio acorde con tanta  grandeza[iv].

          La próxima entrada irá dedicada a fray Diego de Deza que también se encuentra  representado en el cuadro la Apoteosis de Santo Tomás de Aquino.











[i]       VÉASE EN ESTE BLOG LA ENTRADA TITULADA “LA APOTEOSIS DE SANTO TOMAS DE AQUINO”.

[ii]        ERA  EL REY CARLOS I  DE CASTILLA Y LEÓN Y EL EMPERADOR CARLOSV  DEL SACRO IMPERIO ROMANO GERMANICO

[iii]        UNA DETALLADA DESCRIPCIÓN DE LOS ARCOS TRIUNFALES SE PUEDE LEER EN LOS ANALES DE SEVILLA DE ORTIZ DE ZÚÑIGA.

[iv]   VÉASE EN ESTE BLOG LA ENTRADA TITULADA EL AYUNTAMIENTO DE SEVILLA I HISTORIA Y FACHADA RENACENTISTA PUBLICADA EL 15 DE JUNIO 2014.

martes, 10 de enero de 2017

ZURBARAN LA APOTEOSIS DE SANTO TOMÁS.


ZURBARAN LA APOTEÓSIS

DE SANTO TOMÁS.

       Hace unos días estuve contemplando el monumento que a este pintor le tiene dedicada Sevilla en la Plaza de Pilatos.



ZURBARAN LA APOTEOSIS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO.

          Hoy me encuentro en la planta baja del Museo de Bellas Artes de Sevilla sala V[i], aquí en un mismo testero, se encuentran tres magníficos óleos de Zurbarán titulados: “Cristo coronando a San José”, “el Padre Eterno” y “la Apoteosis de Santo Tomás de Aquino”.

          A este último cuadro de armoniosa y bella composición, que pintara este artista para el desaparecido Colegio Mayor de Santo Tomás, le voy a dedicar estas líneas.

          Esta pintura de grandes dimensiones, 4,86 x 3,85 metros, realizada en 1631, es una exaltación del santo como Doctor de la Iglesia.

          En la parte superior o gloria se representa a Santo Tomás de Aquino bajo la paloma del Espíritu Santo, en el momento de recibir la inspiración divina para escribir su obra cumbre: La Suma Teológica, tratado en que expone la doctrina católica.

          Este santo nacido en Italia (1224-1274) dominico, filósofo y teólogo, declarado Doctor por la Iglesia en 1567, se encuentra flanqueado por los otros cuatros Doctores en aptitud de conversar: San Gregorio, San Agustín, San Jerónimo y San Ambrosio.

          Sobre ellos, en un lado el Dios Padre y el Dios Hijo con la Cruz, en el otro San Pablo y Santo Domingo.

            En el centro de la parte inferior o terrenal, un libro con los Estatutos, el pliego de la bula fundacional con la firma de Zurbarán, y un birrete o gorro de graduación, alusivo a que en este Colegio se formaban doctores en teología.

          A la derecha, de rodillas y con los ojos fijos en el Santo, del que era devoto, así como benefactor del Colegio, se encuentra Carlos V, ataviado como rey-emperador con manto, espada y ciñendo la corona del Sacro Imperio Germánico, tres personajes le acompañan.

          A la izquierda también arrodillado, mirando con devoción a Santo Tomás y acompañado por tres frailes dominicos, Fray Diego de Deza que fue Inquisidor General, protector de Cristóbal Colón, Arzobispo de Sevilla, y fundador en 1517 de este colegio sevillano de Santo Tomás, institución que alcanzó el rango universitario, germen de la actual Universidad sevillana.

          Es tan interesante la biografía de este religioso, e importante el hecho de que el Emperador celebrara sus bodas con Isabel de Portugal en nuestra ciudad, que voy a dedicarles las próximas entradas.       



[i]   EN ESTA SALA V ANTIGUA IGLESIA DEL CONVENTO DE LA MERCED, SE ENCUENTRAN LAS PINTURAS QUE MURILLO REALIZARA PARA LOS CAPUCHINOS DE SEVILLA. VÉASE EN ESTE BLOG: MURILLO Y LOS CAPUCHINOS PUBLICADO EL 6 DE DICIEMBRE 2015.
          TAMBIEN SE EXCIBEN EN ESTA SALA LA APOTEOSIS Y EL TRANSITO DE SAN HERMENEGILDO PUBLICADOS EL 28 DE DICIEMBRE 2015 Y 5 DE ENERO DE 2016.