FRAY
DIEGO DE DEZA.
EL
ARZOBISPO Y EL LEÓN.
FRAY
DIEGO DE DEZA. DETALLE DEL CUADRO LA APOTEOSÍS DE
SANTO
TOMÁS DE ZURBARAN.
A
fray Diego de Deza que figura arrodillado en el óleo pintado por Zurbarán titulado
“la Apoteosis de Santo Tomás de Aquino”[i]
le voy a dedicar la página de hoy.
Este fraile dominico (1443-1523) que fue preceptor del
Infante Juan hijo de los Reyes Católicos, amigo y valedor de Cristóbal Colon
ante la Corte, Inquisidor General, y Arzobispo, zamorano nacido en Toro, no es
sevillano pero como si lo fuese, aquí vivió gran parte de su vida, ya que
durante diecinueve años (desde 1504 a 1523) fue Arzobispo de Sevilla, era tan
caritativo y generoso con los necesitados, que el pueblo le dio el apelativo de
fray Diego “el bueno”.
En nuestra ciudad falleció y fue enterrado, para honrar su
memoria el municipio le tiene dedicada una calle[ii].
Aquí en estas líneas, no me voy a extender en sus datos
biográficos, solo me voy a referir a dos curiosas singularidades: Al león que
tuvo como mascota y al hecho que su tumba en la Catedral se encuentre vacía.
Fray Diego padecía la enfermedad de la gota, mal que le
producía intensos dolores en las articulaciones y dedos de los pies, por
desgracia en la época existían pocos remedios para su curación o alivio.
Amigos o deudos le
regalaron un cachorro de león, en la creencia supersticiosa de que posando los
pies sobre la piel del animal sentiría alivio o incluso podría curarse.
El cachorro, que llevaba como
lazarillo a todas partes, se había capado, quitado la dentadura y garras, fue
criado por Deza que le daba de comer con su propia mano. Pasado los años y
convertido en poderosa fiera que asustaba a todos los que se acercaban, le
seguía mansamente y en las misas de la Catedral reposaba tranquilamente a sus
pies.
Curioso sería ver por las calles de
Sevilla un arzobispo acompañado por un león como mascota.
A su muerte el
nueve de Junio de 1523, fue enterrado en la iglesia del Colegio de Santo Tomás
de Aquino del que era fundador.
Siglos
más tarde en 1810, los invasores franceses, saquearon su suntuoso sepulcro en
busca de posibles objetos de valor, profanando sus restos que se perdieron para
siempre.
A
mediados del siglo, estando exclaustrado el Colegio por la Desamortización y
convertido en cuartel, el Cabildo Municipal para evitar nuevas profanaciones, decide
que el monumento funerario se traslade a la Catedral, quedando en 1884
instalado en la Capilla de San Pedro.
Sobre
la vacía urna, situada en el lado del Evangelio, la estatua yacente del prelado
revestido de pontifical con mitra y báculo, y a sus pies sumiso como lo hacía
en vida, su mascota el león.
Por
cierto esta capilla, además de una esplendida reja de cierre y unas artísticas
vidrieras, contiene varias obras de Zurbarán, una Inmaculada y otras con escenas
de la vida de San Pedro.
En los próximos días seguiré por el
Museo contemplando los óleos de Zurbarán.
[ii] LA CALLE FRAY
DIEGO DE DEZA SE ENCUENTRA ENTRE LAS CALLES MARQUES DE PARADAS Y PEDRO DEL
TORO.
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