lunes, 20 de abril de 2020


LA IGLESIA DE SANTA MARIA LA BLANCA.


FACHADA PRINCIPAL.
Situada en la calle que lleva su nombre, arteria principal de la Puerta de la Carne, tiene una extensa y dilatada historia. Durante la ocupación árabe fue mezquita, años más tarde reconquistada la ciudad y en una época de tolerancia religiosa que no duraría mucho, el rey Alfonso X el Sabio concede a la aljama judía sevillana tres mezquitas para que levanten sus sinagogas, estas en el programo de 1391i fueron destruidas y pocos años más tarde, sobre sus solares se construyen las parroquias cristianas de de San Bartolomé, de Santa Cruz y esta de Santa María la Blanca donde me encuentro.
Antes de entrar, doy un paseo por el exterior desde donde admiro la bella portada principal, y en la calle lateral contemplo la antigua portada que nos recuerda que esta parroquia fue sinagoga.


PORTADA DE LA ANTIGUA SINAGOGA.
RETABLO MAYOR PRESIDIDO POR LA VIRGEN DE LAS NIEVES.

HERMOSAS YESERÍAS DE LA NAVE CENTRAL.
Ya en el interior quedamos absorto antes las vistosas yeserías que adornan techos y bóvedas.
Además de los techos son tantas las bellezas y obras de arte que reúne este templo, que en estas lineas nos vamos a limitar a comentar tan solo algunas de sus obras pictóricas.
La mayoría de estas pinturas son unas buenas copias de los originales que pintara Murillo para esta iglesia y que fueron expropiados por el mariscal francés Soult.
Las dos obras cuyo tema son el patricio Juan y el Papa Liberio y que representan el origen milagroso de la fundación de Santa Maria la Mayor de Roma, volvieron a España y se encuentran en el Museo del Prado, otras se perdieron para siempre como la Inmaculada Concepción que se halla en el Museo del Louvre de París, o el Triunfo de la Fe y la Eucaristía que se encuentra en Londres.




EL PATRICIO JUAN REVELANDO SU SUEÑO AL PAPA LIBERIO. COPIA DEL ORIGINAL PINTADO POR MURILLO QUE SE ENCUENTRA EN MADRID
MUSEO DEL PRADO.


EL SUEÑO DEL PATRICIO JUAN COPIA DEL PINTADO POR MURILLO QUE SE ENCUENTRA EN
MADRID MUSEO DEL PRADO.


LA INMACULADA COPIA DEL ORIGINAL DE MURILLO QUE SE ENCUENTRA EN EL
MUSEO DEL LOUVRE EN PARÍS.

LA SANTA CENA ORIGINAL DE MURILLO QUE SE ENCUENTRA EN ESTA
IGLESIA DE SANTA MARIA LA BLANCA. 



DESCENDIMIENTO DE LUIS DE VARGAS




DESLUMBRADO CON TANTAS OBRAS DE ARTE, QUE RECOMIENDO VENIR A VERLAS, HE INSERTADO ALGUNAS FOTOS HECHAS POR MI EN LA PROPIA IGLESIA, FINALIZANDO MI VISITA A ESTE HERMOSO TEMPLO.



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miércoles, 1 de abril de 2020


LA CALLE SANTA MARÍA LA BLANCA

Y SU ENTORNO.



LA CALLE SANTA MARIA LA BLANCA.
   Hace unos días recordaba a la desaparecida Puerta de la Carne hoy voy a pasear por las calles de su entorno.

  Dejamos atrás la calle Cano y Cueto, donde hemos contemplado el rehabilitado palacio de Buenavista y admirado el retablo cerámico que representa al Rey Fernando III el Santo. Esta cerámica nos recuerda aquella antigua leyenda que dice, que el monarca la noche anterior a su entrada triunfal en la conquistada ciudad durmió en esta casa.

   Con la mente en la mencionada leyenda, entramos en la calle Santa María la Blanca, vía que divide a la antigua judería en dos barrios plenamente diferenciados, el famoso y legendario Barrio de Santa Cruz, y el de San Bartolomé barrio solitario y más tranquilo.

   El paseo nos lleva hasta una barreduela estrecha y sin salida de nombre Canarios, de la que nos dice el historiador Luis de Peraza en su libro Historia de Sevilla escrito en el siglo XVI, que cuando se ganaron las Islas Canarias y fueron traídos de ellas muchos canarios a Sevilla, les fue mandado que posasen allí.
   Enfrente en la otra acera, se encuentra la calle Doncellas llamada antiguamente Mangagaban por su irregular trazado y que desemboca en la calle Cruces.

   Seguimos adelante hasta una calle frontera con la iglesia de Santa Maria la Blanca rotulada con el curioso nombre de Archeros.
  Archeros era un cuerpo militar de élite, que en 1526 con motivo de la boda del Emperador Carlos V con su prima hermana Doña Isabel de Portugal vino escoltando al monarca.  
   Esta fuerza militar que entre sus armas utilizaban una larga cuchilla sujeta al extremo de un asta llamada archa (de aquí el nombre de Archeros) se cree que se acuarteló en esta calle.

Los regios esponsales del Emperador, en cuyos dominios no se ponía el sol, convirtió a Sevilla en la ciudad más importante del mundo conocido.
    Los cónyuges que se casaron por poderes en un matrimonio concertado, llegaron a nuestra ciudad por separado y sin conocerse, y aquí en la encantadora Sevilla nada más verse, salto la chispa de un amor que duraría para siempre.
   No fueron muchos los años que duró este matrimonio, a los 13 años de casada y con tan solo 36 de edad Doña Isabel fallece de parto prematuro, el monarca desconsolado por la pérdida de su amada esposa, nunca volvió casarse.

    Seguimos paseando dejando atrás la iglesia de Santa María la Blanca, templo que visitaremos otro día, y me encuentro ante el encantador hotel Las Casas de la Judería, cuyo interior está formado por 27 casas del antiguo barrio judío conectadas unas a otras por galerías y pasillos.

   Anexo a este hotel se encuentra la barreduela denominada Dos Hermanas, que tomó este nombre, según nos dice Don Santiago Montoto en su libro “Las calles de Sevilla”, porque en algunas de sus casas habitó el Marqués de dicho titulo.

    A continuación se halla el Palacio de Altamira, rehabilitado a finales del siglo pasado y en la actualidad sede de la Consejería de la Junta de Andalucía, y catalogado como Monumento Bien de Interés Cultural.
    De este palacio poco vamos a escribir, de sus bellezas podéis disfrutar ustedes mismos, ya que hay visitas guiadas gratuitas que se hacen conjuntamente con el Palacio de Mañara.