lunes, 17 de febrero de 2020


LA CALLE DE GUZMÁN EL BUENO.



          Estos días atrás he paseado por la calle de Abades, en ella y frente al Palacio de los Pinelo comienza la de Guzmán el Bueno que se extiende hasta la de Mateos Gago,
De esta calle con numerosas casas residenciales y señoriales, lo que nos interesa en este escrito, es resaltar el personaje tan singular al que está dedicada.

Se trata de Don Alonso Pérez de Guzmán, caballero de la nobleza castellana, nacido en León en 1256 y conocido con los sobrenombres de “el Bueno” y “el héroe de Tarifa”.

Aunque su historia o leyenda son muy conocidas, en esta su calle la vamos a recordar.

Todo comienza en 1292 cuando el rey Sancho IV le confía la defensa de Tarifa, ciudad cercada por los moros aliados con el traidor Infante Don Juan que luchaba contra el rey su hermano.

El Infante que llevaba en su séquito en calidad de paje al hijo de Don Alonso de 9 años de edad, viendo que no conseguían la rendición de la plaza, ideo un ignominioso y cruel plan, consistente en pregonar que se rendía o contemplaría la muerte de su pequeño hijo.

Terrible tendría que haber sido la lucha interna de este padre, pero pudo más la lealtad a su rey, y sobreponiéndose a su estado de ánimo, tiró desde las almenas su propio puñal para que con él se cometiera el infame crimen, al tiempo que decía: “Matadlo con este, que más quiero honra sin hijo que hijo con mi honor manchado.

Ante la entereza y valor de Don Alonso los moros alzaron el cerco, comenzando la fama de su hazaña y el sobrenombre “El bueno”.

Este valiente caballero falleció en 1309 en un enfrentamiento con los moros en la serranía de Gaucin-Malaga. Su cadáver fue enterrado en el Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce que junto a su esposa había fundado.

Este monasterio merece ser visitado.




sábado, 8 de febrero de 2020

LA CALLE ÁNGELES.

     Hace pocos años, en cualquier calle o esquina se encontraba un retablo, hoy salvo en la fachada de algunas Iglesias pocos quedan.
    Aquí a mediación de la calle Mateos Gago, en la rotulada Ángeles, estrecha y desigual, peatonal de muy poco tránsito, y que desemboca en la de Abades, encontramos uno o lo que queda de él.
    Entramos en la calle y en una de sus fachadas, vemos un retablo muy oscurecido por el paso del tiempo con una cruz de madera, según la tradición unos angelitos que tenía pintados y hoy desaparecidos, le dieron a la calle el nombre de Ángeles.
    En esta calle situó el gran poeta Cano y Cueto, en sus Tradiciones Sevillanas la leyenda “UN BESO POR CASTIGO” en la que es protagonista el Rey Don Pedro I.
   La leyenda trata de una joven y bella judía, que enamorada de Don Pedro y celosa al no ser correspondida, ciega de ira decide atentar contra la vida del monarca.
   Sabido es que el rey gustaba de salir de noche a pasear por la ciudad, una de esas noches al pasar por la esquina de esta calle, ella que lo acechaba, se abalanza con un puñal sobre él para cumplir su obsesión, propósito que no cumple porque el rey precavido lo impide sujetándole el brazo.
    Al saber que los motivos que la judía tenia para intentar matarlo, eran los celos de una mujer enamorada, le impone como pena el castigo de un beso, galante la besa en los labios y continúa a recogerse en los Reales Alcázares.
  Nosotros con el recuerdo de aquel rey, justiciero para unos y cruel para otros,también nos marchamos a seguir callejeando.