sábado, 8 de febrero de 2020

LA CALLE ÁNGELES.

     Hace pocos años, en cualquier calle o esquina se encontraba un retablo, hoy salvo en la fachada de algunas Iglesias pocos quedan.
    Aquí a mediación de la calle Mateos Gago, en la rotulada Ángeles, estrecha y desigual, peatonal de muy poco tránsito, y que desemboca en la de Abades, encontramos uno o lo que queda de él.
    Entramos en la calle y en una de sus fachadas, vemos un retablo muy oscurecido por el paso del tiempo con una cruz de madera, según la tradición unos angelitos que tenía pintados y hoy desaparecidos, le dieron a la calle el nombre de Ángeles.
    En esta calle situó el gran poeta Cano y Cueto, en sus Tradiciones Sevillanas la leyenda “UN BESO POR CASTIGO” en la que es protagonista el Rey Don Pedro I.
   La leyenda trata de una joven y bella judía, que enamorada de Don Pedro y celosa al no ser correspondida, ciega de ira decide atentar contra la vida del monarca.
   Sabido es que el rey gustaba de salir de noche a pasear por la ciudad, una de esas noches al pasar por la esquina de esta calle, ella que lo acechaba, se abalanza con un puñal sobre él para cumplir su obsesión, propósito que no cumple porque el rey precavido lo impide sujetándole el brazo.
    Al saber que los motivos que la judía tenia para intentar matarlo, eran los celos de una mujer enamorada, le impone como pena el castigo de un beso, galante la besa en los labios y continúa a recogerse en los Reales Alcázares.
  Nosotros con el recuerdo de aquel rey, justiciero para unos y cruel para otros,también nos marchamos a seguir callejeando.




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