A la calle Pajería, conocida desde muy antiguo con este
nombre porque en esta zona estuvo el antiguo mercado de la paja, se le puso en
1845 el nombre de Zaragoza, homenaje de Sevilla a la ciudad cuyos habitantes
hombres y mujeres mantuvieron una gloriosa resistencia contra las poderosas fuerzas
francesas en la Guerra de la Independencia. Quien no recuerda haber
contemplado, la bella estampa de la joven e intrépida Agustina de Aragón
prendiendo la mecha del cañón y disparando contra el enemigo francés.
Nada más entrar, al
inicio de la calle, se encuentra la casa-palacio del siglo XVI conocida
popularmente como “La Casa de los Leones, en este edificio estuvo instalada
durante muchos años la Escuela de Artes y Oficios, y actualmente restaurada es
sede de dependencias de la Junta de Andalucía.
Admiramos la bella portada de piedra de dos cuerpos, el
inferior flanqueado por columnas corintias, en el superior un balcón con unas
figuras de león a cada lado, todo el
conjunto se remata con un escudo nobiliario dentro de un frontón curvo.
El interior es magnífico destacando el hermoso patio de
columnas de mármol.
LA
PORTADA DE LA CASA DE LOS LEONES.
Pero sigamos por
esta calle larga y curvada, llena de casas señoriales con patios sevillanos
y balcones con cierres de cristales, que nos llevará hasta la Plaza Nueva.
En el número 20, sobre la fachada de una hermosa casa
convertida en restaurante, una lápida de mármol y bronce nos dice que allí
nació (Sevilla 1861-Madrid 1924) el dramaturgo y poeta Juan Antonio Cavestany.
LÁPIDA
A JUAN ANTONIO CAVESTANY.
Una de sus obras más sevillana es el poema dedicado al
Parque de María Luisa, escrito con la “grasia” y salero del acento andaluz, del
que inserto unos versos.
Escuche usté, amigo:
¿Ha estao usté en Sevilla?
¿Ha visto usté el parque
de María Luisa?
¿Qué no lo conoce?
¿Qué no ha estao usté allí?
Pues…usté no sabe
Pues…usté no sabe
lo que es un jardín.
No seño,
no lo sabe usté,
Y
hemos llegado casi al final de la calle, al número 60 donde se encuentra la
conocida como CASA DE SANTA TERESA.
Porque sí, la Santa de Avila estuvo en Sevilla poco más de un año entre
Mayo de 1575 y Junio de 1576.
CASA DE SANTA TERESA CALLE ZARAGOZA.
Fue
un mal año para ella, en Sevilla no se encontró a gusto, según sus palabras una
ciudad de pecado donde el diablo anda suelto.
Encontró
dificultades por parte de las autoridades eclesiásticas sevillanas para fundar
un convento de su Orden, misión para la que había venido, con la Inquisición
tuvo problemas por falsas denuncias, a sus monjas tuvo que alojarlas en una
precaria y húmeda vivienda arrendada en la calle Armas (actual Alfonso XII) y
sobre todo el calor, acostumbrada a los fríos de las tierras castellanas, este
la agobiaba y enfermaba.
Pero
entre tantas penurias, al final de su estancia tuvo algunas alegrías, el
reconocimiento de Sevilla, la sentencia absolutoria de la Inquisición, y el ver
instaladas a sus monjas en esta señorial casa-palacio de la calle Pajería, con zaguán,
huertos y patio sevillano.
El traslado
de sus hermanas a esta esplendida casa se realiza en los primeros días de Junio
de 1576, días después concretamente el 4 parte para su Ávila natal.
Una placa
en el zaguán nos la recuerda: “CASA DE SANTA TERESA, ASÍ LLAMADA POR HABER
MORADO EN ELLA CONVENTUALMENTE CON LAS PRIMERAS RELIGIOSAS DE SU FUNDACIÓN DE SEVILLA,
LA MÍSTICA DOCTORA, GLORIA DE ESPAÑA, REFORMADORA INSIGNE DE LA ORDEN DEL CARMELO
EN EL AÑO DE 1576”.
Pasados unos años, las monjas se trasladan definitivamente a
su actual convento de la calle Santa Teresa en el bario de Santa Cruz.
[i] ESTO ES UNA
PEQUEÑA MUESTRA DE UN BELLO POEMA SOBRE SEVILLA Y SU PARQUE DE MARIA LUISA,
ACONSEJO QUE LO LEAIS AL COMPLETO DIFRUTAREIS..