LA
IGLESIA DE SAN ESTEBAN.
PORTADA
DE LA CALLE SAN ESTEBAN.
En
días pasados alargué mi paseo hasta Santiponce para visitar el Monasterios de San Isidoro del
Campo, hoy de nuevo de paseo por la ciudad, me encuentro en la calle San
Esteban ante la iglesia del mismo nombre.
Esta
iglesia, al igual que otras que hemos visitado a lo largo de estas páginas, fue
en el siglo XIV reedificada en arquitectura gótico-mudéjar, estilo que se caracteriza:
por un templo de una nave con tres cuerpos separados por pilares, el central
más alto y ancho que los laterales, techumbre de madera de artesanado mudéjar,
torre de ladrillos, portadas adosadas de cantería con arcos ojivales y
elementos decorativos almohade.
Antes de pasar al interior, me recreo
contemplando las dos portadas góticas. La que da a la calle San Esteban se
remata con una hornacina con la figura del santo titular, y tiene una característica que la hacen única y es que
el arco ojival exterior está adornado con puntas de piedra en forma de
diamantes.
DETALLE PORTADA SAN ESTEBAN. PUNTAS DE DIAMANTES.
Estas
puntas de diamantes, hacen crecer la dificultad que la Hermandad de San
Esteban, cuya sede se encuentra en este templo, tiene para sacar en Semana
Santa al Señor de la Salud y Buen Viaje y a la Virgen de los Desamparados.
Y
todos los años, la abnegación, amor y esfuerzo de los hermanos costaleros, producen
el prodigioso milagro de ponerlos en la calle para iniciar su Estación de
Penitencia.
Concretamente
el el “paso” de la Virgen, una portada de menores dimensiones que el palio, convierten
esta salida en uno de los lugares más interesantes y clásicos de la Semana
Santa sevillana.
En esta misma
fachada se encuentra la ventana por la que durante todo el año se venera al
Cristo de la Salud y Buen Viaje, popularmente “el Cristo de la ventana”.
Antiguamente los
viajeros que partían por la Puerta de Carmona, se detenían para rezarle y pedirle
un buen viaje.
Sigo por el exterior hasta la calle
Medinaceli, en ella antiguamente había un arquillo o pasadizo por el que los
Duques accedían desde su palacio a la iglesia.
Aquí a los pies del templo, se
encuentra la otra portada gótico-mudéjar, presidida por una escultura del
Salvador y a los lados bajo dosel las figuras de San Lorenzo y San Esteban, la
belleza de esta puerta se completa con unas figuras geométricas propias del
arte islámico almohade que parecen encajes, como los que adornan las iglesias
de Ómnium Sanctórum y San Marcos y con mayor esplendor la Giralda[i].
DETALLE
DE LA PORTADA DE LS PIES.
Antes de entrar al
templo, contemplo la torre y el gótico ábside hexagonal, con contrafuertes y
almenas dentelladas.
TORRE Y ABSIDE DEL TEMPLO.
En el interior
destacan las pinturas del Retablo Mayor dedicadas a la vida de Jesucristo y
otros santos, algunas de ellas como las de San Pedro y San Pablo atribuidas al
genial Zurbarán.
Diversas capillas y
retablos se reparten por el templo, como las dedicadas a San José, a Santa Ana,
a la Virgen de la Luz, y la Sacramental, cubierta con una semiesfera de
yeserías fechada en 1676, y presidida por la Inmaculada.
Salgo de la Iglesia declarada en 1968
Monumento Bien de Interés Cultural, y continúo calle abajo en dirección a la
Puerta de Carmona, y a la izquierda a pocos pasos, entro por una callejuela muy
curiosa, larga y estrecha, de trazado irregular en forma de zeta, que resulta
que es una barreduela sin salida, ni ruidos ni tráfico, parece encontrarse uno en época
medieval[ii].
[ii] [ii] LLRVA EL NOMBRE DE VIRGEN DE LA LUZ POR LA
IMAGEN QUE SE VENERA EN LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN. .
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