LAS
CUATRO REINAS DEL REY
DON
PEDRO I DE CASTILLA.
Estos
días atrás he publicado algunas páginas sobre leyendas y tradiciones de este
vilipendiado rey.
En este paseo de hoy, siguiendo con su historia, vamos
hablar de las cuatro reinas de su reinado y de su vida personal.
DOÑA
MARÍA DE PORTUGAL.
Obviamente la primera reina en su vida fue su madre, nacida en 1313 en Evora
Portugal, y casada en 1328 con Alfonso XI rey de Castilla.
Esta reina no tuvo un matrimonio feliz, el hijo tan deseado
para suceder al padre no llegaba. En 1332 nace el infante Don Fernando que muere
a los pocos meses, y por fin en la ciudad de Burgos el 30 de Agosto de 1.334 casi
seis años después de haberse celebrado el matrimonio, viene al mundo Don Pedro que
heredará la corona.
A poco de nacer, se trasladan con la corte a Sevilla, en
cuyos Reales Alcázares el Infante se cría bajo los cuidados de su madre.
No
sabemos, sí la causa de que el tan deseado vástago tardase tantos años en venir
al mundo, hizo que el rey se echara en los brazos de Doña Leonor de Guzmán, mujer
de gran belleza perteneciente a la nobleza sevillana, que llego a darle diez
hijos ilegítimos. Uno de sus hijos, Enrique
de Trastamara hermanastro de Don Pedro, asesinará a este traidoramente en
Montiel Ciudad Real en el año de 1369, usurpando el trono al coronarse como rey.
El distanciamiento
entre los esposos, los muchos sufrimientos y humillaciones padecidas por la
reina, propiciaron un ambiente de rivalidades y odios, que culminarían en 1350 cando
muere Don Alfonso XI, y es proclamado rey el infante Don Pedro.
Doña María pasa años difíciles con su
hijo, causa que ambos se distancien, la reina se marcha a Portugal donde
fallece en Evora su ciudad natal en 1357, sus restos tal como ella dispuso, se
encuentran sepultados en el convento de San Clemente de Sevilla.
DOÑA BLANCA DE BORBON. De nobleza real francesa, nace en
1335 y casa con el rey Don Pedro de Castilla en 1353, era una joven doncella de
gran hermosura y donaire. Se casaron en un mal momento, cuando el rey estaba
perdidamente enamorado de Doña María de Padilla, tanto que al día siguiente de
celebrarse las bodas, abandona a Doña Blanca para volver a los brazos de
aquella. Presionado por su madre, la corte e incluso el Papa, vuelve Don Pedro
junto a su esposa, a la que abandona de nuevo
a los dos días, esta vez definitivamente y para no volverla a ver. Esta desventurada y joven reina es
repudiada, desterrada y presa en varios castillos, falleciendo en el de
Medina-Sidonia en 1361.
DOÑA JUANA DE CASTRO. De esta mujer de gran belleza, viuda,
perteneciente a la nobleza castellana, se encapricha Don Pedro, acosándola y
requiriéndola de amores.
Ella que conoce los devaneos del rey, le hace saber que
solo le concederá sus favores pasando por el matrimonio, y que este no es
posible al estar el rey casado con Doña Blanca.
No era Don Pedro hombre que cualquier impedimento frustraran
sus deseos. Por lo que obliga a los obispos de Ávila y Salamanca a declarar la
nulidad del casamiento, así se puede casar con Doña Juana, esponsales que se
celebran en la primavera de 1354. Consumado el matrimonio y satisfecho su
capricho, al igual que hizo con Doña Blanca, la abandona a los pocos días. De
esta breve relación nacería el infante Don Juan de Castilla.
Al separarse de ella le concede el Señorío de Dueñas al que
la reina se retira, años más tarde en 1374 fallece en Galicia, sin dejar de
titularse reina de Castilla y León.
DOÑA MARIA DE PADILLA. Julio de 1361 los Reales Alcázares de
Sevilla están acongojados y tristes, por sus estancias como un alma en pena,
vaga desconsolado el rey Don Pedro, acaba de morir Doña María de Padilla, la
única mujer que reinó en su corazón. Desde 1352 en que se conocieron han pasado
nueve años durante los cuales se amaron sinceramente, ella le fue fiel, perdonándole
sus muchas infidelidades.
En 1362 a los pocos meses de la muerte de María, el rey
convoca Cortes[i]
generales en Sevilla, en las que declara que su primera y única esposa fue Doña
María de Padilla, y que sus matrimonios anteriores se realizaron estando casado
secretamente con ella, por tanto no eran legítimos. El porqué de este
secretismo y la veracidad del supuesto matrimonio, no está claro ni confirmado.
El cardenal de Toledo los declara nulos, y siendo ratificados
por las Cortes, se le otorga a Doña María de Padilla los honores de reina a
título póstumo.
Como reina está enterrada junto a don Pedro en la cripta de
la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.
Muchos escritores alaban su belleza y bondad, nosotros nos
quedamos con los versos del Duque de Rivas:
Doña María Padilla
cuyo entendimiento claro,
del regio amante penetra
los más ocultos arcanos.
cuyo entendimiento claro,
del regio amante penetra
los más ocultos arcanos.
Celestial era su rostro
y divina su garganta,
dos soles eran sus ojos
bajo las lenguas pestañas.
Y en quien la bondad
del alma
sobrepuja a los encantos
de su peregrino rostro,
y de su cuerpo gallardo.
sobrepuja a los encantos
de su peregrino rostro,
y de su cuerpo gallardo.
Del traslado de los restos de Don Pedro a Sevilla hablaremos
en la próxima entrada, que Dios mediante será en Septiembre.
[i] EN LA CASTILLA MEDIEVAL EL REY GOBERNABA CON
UNA ASAMBLEA DE NOBLES Y PRELADOS, EN ELLAS SE DECIDIAN ASUNTOS COMO LA
DECLARACION DE GUERRA, LA SUCECIÓN O LOS IMPUESTOS ENTRE OTROS ASUNTOS.
Cuentan que repudió a Blanca porque mantuvo relaciones con su hermanastro cuando fue a recogerla a Gracia, además, la dote prometida por el rey de Francia, nunca llegó...
ResponderEliminarCuentan que repudió a Blanca porque mantuvo relaciones con su hermanastro cuando fue a recogerla a Francia, además, la dote prometida por el rey de Francia, nunca llegó...
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