LA PUERTA DE SOL.

LA MADRE ISABEL DE LA 

TRINIDAD.

 Hace unos días paseaba por la Puerta de Osario y visitaba el templo de los Gitanos, hoy después de recorrer parte de la muralla que desde los jardines del Valle llegaba hasta la Trinidad, me encuentro en la intercesión de la calle Sol con las dedicadas a Santa Lucía y a la Madre Isabel de la Trinidad.

En este lugar se levantaba la Puerta del Sol, puerta que por estar orientada a la salida de este astro tomaba su nombre, y que al igual que otras puertas en el año 1870 en pro del modernismo fue derribada.

Hoy no podemos contemplarla, pero si pasear por sus alrededores que tienen unas interesantes historias.

El primer tramo de la calle lleva el nombre de la Madre Isabel de la Trinidad, monja sevillana nacida en la Macarena el día 12 de Mayo de 1693, bautizada en la iglesia de San Gil, y a quien vamos a dedicar estas líneas.

Hace 300 años, concretamente en 1719 fundó el Beaterio de la Santísima Trinidad para acoger, mantener y educar a niños huérfanos y desvalidos, institución que dedicada en la actualidad a la enseñanza, tiene sus instalaciones en esta calle.

Aquellos primeros años fueron duros y faltos de caudales para mantener el Beaterio, recordar que entre sus votos estaba el de pobreza, y nuestra intrépida y valiente monja en dos ocasiones a mediados del siglo XVIII, se marcha a buscarlos a México.

La empresa no es nada fácil, sobre todo para una mujer muy lejos de su patria y con cerca de 60 años, pero todas las dificultades las soporta con humildad y por el cariño a sus niños.

En México además de recibir la corta herencia de un familiar y algunas donaciones, consigue la autorización del arzobispado para pedir a las puertas de las iglesias limosnas para su Beaterio.

Con lo recaudado regresa a Sevilla, y se entrega de pleno a sus huérfanos y necesitados. Falleció con 81 años el 8 de Mayo de 1774.

Seguimos adelante hasta la calle Santa Lucía.