jueves, 7 de agosto de 2014

BARRIO DE SAN JUAN DE ACRE.

BARRIO DE SAN JUAN DE ACRE.
          Es curioso, paseas por Sevilla, y pasas por lugares y calles que no te dicen nada, pero indagas un poco y te encuentras que estas pisando una parte importante de la olvidada historia de nuestra ciudad.
           Es el caso de un pequeño enclave situado junto a la Puerta de San Juan[i], entre la calle Guadalquivir, y el final de las calles Santa Clara y Lumbreras.
        Este reducido entramado de calles con sus huertas e iglesia, que formaron el barrio de San Juan de Acre, y que actualmente llevan los nombres de Mendigorria, Pizarro, Álvaro de Bazán o Clavijo, fue concedido por el Rey Fernando III y ratificado por su hijo Alfonso X, a los Caballeros de esta Orden Hospitalaria, por su colaboración en la Reconquista de Sevilla.
             Dentro de la ciudad formaba un compás independiente, en los límites del barrio a la entrada de sus calles, tenían todas un arquillo en cuyo frente aparecía la cruz de San Juan en vidriados azulejos.
             Fijaos si fue importante, que su territorio estaba gobernado por un prior nombrado por la Orden, tenía jurisdicción propia, o sea que juzgaban sus propios jueces, tanto civiles como religiosos, las fuerzas de orden público no podían entrar a prender a nadie,, además gozaba de fueros y privilegios, como el de no pagar impuestos.
               Esta privilegiada jurisdicción, fue anulada a mediados del XIX por la Desamortización de Mendizábal, integrándose sus calles en el conjunto de la ciudad.
              En la actualidad este antiguo barrio, (por el que tan solo  transitan sus residentes), sigue siendo recordado en algunos de sus edificios, la Fundación Hospitalaria Orden de Malta, a la que pertenece la de San Juan, levantó hace unos años un comedor social al que dio el nombre de San Juan de Acre, una placa recuerda al Priorato de San Juan.
              En el interior del moderno Polideportivo Mendigorría un enmarcado texto con fotos, nos narra la historia del barrio.
           Y al final de la barreduela Clavijo, (así lo indica una placa) en el suelo se recrea parte del pavimento de la antigua calle Franquillos, así llamada por las franquicias que tuvieron desde el siglo XVI los tejedores de seda que vivían en esta zona.
       Sí dais un paseo por esta parte de Sevilla,  os encontrareis con una historia de más de 700 años.






[i]  EN LA PROXIMA ENTRADA COMENTAREMOS SOBRE LA PUERTA DE SAN JUAN DE ACRE.

2 comentarios:

  1. ¡Que maravilla de ciudad!, cuantos tesoros cobijan sus calles, sus casas, iglesias y conventos, ignorados por la mayoría de los sevillanos¡Que pena!, que nuestras autoridades no hayan difundidos, potenciados estos tesoros, que son los que da identidad y prestigio a una ciudad. Estamos todavía a tiempo de correr esa oscura cortina que los ocultan

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