LA
CALLE DE LA FERIA.
Ayer estuve en la Torre de los Perdigones, hoy comenzando
por la Resolana voy a pasear por la calle Feria.
Alegre y luminosa es una de las calles más largas y populares
de Sevilla, su popularidad al igual que el nombre, le viene por la feria
semanal o famoso mercadillo conocido como “el Jueves”, que se celebra en este
día de la semana y cuya antigüedad es anterior a la reconquista de Sevilla en
1248 por el rey Fernando III.
Su caserío es muy diverso, desde casas
sevillanas y regionales hasta bloques de viviendas modernas, entre ellos
destacan unos edificios singulares a los
que voy a prestar una especial atención.
LOS
ALTOS COLEGIOS DE LA MACARENA.
El primero de ellos, esquina con las calles Resolana y Bécquer
son “las Escuelas Públicas de la Macarena” más conocidas como “los Altos Colegios”, por estar construidos
por encima del nivel de la calle para evitar inundaciones de las riadas, muy
frecuentes en épocas pasadas.
Estamos ante el colegio público en
activo más antiguo de Sevilla, fue en el lejano año de 1892 cuando para
conmemorar el cuarto Centenario del Descubrimiento de América, la Real
Maestranza de Caballería de Sevilla, aprobó la construcción de estas escuelas públicas,
inaugurándose en 1894 presidiendo el acto el Rey Alfonso XIII con ocho años de
edad junto a su madre la Reina Regente María Cristina, y desde entonces en sus
aulas no se ha dejado de impartir clases.
Seguimos nuestro caminar hasta la Plaza
de Abastos o Mercado de la calle Feria,
uno de los más antiguos de los mercados sevillanos, data de principios
del siglo XVIII aunque reformado en diversas ocasiones.
TORRE Y PORTADA DE OMNIUM SANCTORÚM.
A continuación del mercado se
encuentra la iglesia de Ómnium Sanctórum, edificio gótico- mudéjar. Desde la
calle, además de la portada, hay que admirar la bella torre, cuyos adornos de
paños ciegos con decoración geométrica en forma de rombos, están inspirados en
los de la Giralda.
Debajo de un retablo, situado en la
fachada principal, cuyo paño de cerámica representa a la Virgen de Todos los
Santos titular del templo, un azulejo con el siguiente texto: “Real Parroquia de Ómnium Sanctórum
fundada por el Rey San Fernando en el año del Señor de 1249” nos informa de su
antigüedad.
En el interior destaca en lugar del retablo mayor, un templete moderno de columnas
salomónicas, bajo cuya cúpula recibe
culto la imagen del siglo XVI de la Virgen de Todos los Santos. Varias e
interesantes capillas, retablos,
imágenes y lienzos se reparten por sus naves, donde recordamos que tienen sus
sedes las Hermandades de los Javieres y del Carmen Doloroso.
En la nave del evangelio se encuentran los sepulcros de los
Guzmanes, de ellos hablaremos en una próxima entrada.
Salimos de este templo y unos pasos
más allá llegamos a la Cruz Verde, calle que debe su nombre a una cruz de
hierro pintada de ese color, que fue retirada en 1840 y colocada sobre la torre
de la iglesia de Santa Marina.
Y nos adentramos en el mercadillo del
“Jueves”, donde es un placer perderse entre sus “puestecillos” mirando los mil
y un trastos viejos que se ofrecen, el interesado comprador puede regatear para
adquirir libros y revista, sellos y monedas,
ropas, muebles, o cualquier objeto por
inimaginable que sea.
Las mercancías se extienden sobre las
aceras y parte de la calle dejando un espacio muy estrecho para el paso, por
ello hay un dicho popular que dice:
Échate “pá el lao, que estás
en medio como el “Jueves.
Al ser un
mercadillo de tanta antigüedad, no son pocos los “tesoros” en él descubiertos,
como cuadros, documentos o muebles de cierto mérito o valor, pero aquí solo me
quiero referir a uno muy importante, al famoso “Bronce Carriazo” encontrado a
mediados del pasado siglo por el historiador y arqueólogo Don Juan de Mata y
Carriazo, y que se expone en el Museo Arqueológico de Sevilla.
Se trata de una pieza de metal de unos
diez centímetros, que representa a la diosa fenicia de la fertilidad Astarté,
obra artística de origen tartesio
fechada en el siglo VII a. de C.
Dejamos atrás la pequeña capilla de la
Hermandad de de la Oración en el Huerto, hasta llegar ante la iglesia de San
Juan de la Palma donde se ubica la Hermandad de la Amargura y finalizo el paseo
de hoy.
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