LEYENDA
DEL NOMBRE DE LA
CASA
DE PILATOS.
He pasado unos días en el Museo de Bellas Artes admirando
los óleos pintados por Zurbarán, y de nuevo me encuentro en la plaza de Pilatos
ante el antiguo palacio de los Adelantados de Andalucía, actual residencia de
los duques de Medinaceli, y popularmente conocido como “Casa de Pilatos”.
Este legendario nombre, al que quiero dedicar esta página, se
encuentra muy vinculado al viaje de peregrinación que Don Fadrique Enríquez de
Ribera primer Marqués de Tarifa, realizara
entre 1518 y 1520 a Tierra Santa y Europa.
Al regreso de este viaje, Don Fadrique reconstruyó y embelleció
el edificio que habían levantado sus
padres Don Pedro Enríquez y Doña Catalina de Ribera en el siglo XV.
El imaginativo pueblo sevillano, en la
creencia de que Don Fadrique había edificado su palacio como una copia exacta
del Pretorio de Poncio Pilatos en Jerusalén, comienza a identificarlo con el
nombre de “Casa de Pilatos”.
La tradición afirma que el nombre de “Casa
de Pilatos” es por el Vía Crucis que Don Fadrique, movido por su devoción y
religiosidad, y queriendo recordar para
siempre lo vivido y sentido en los Santos Lugares, instauró en 1521 entre su palacio y
el templete de la Cruz del Campo, creyendo que era la misma distancia del
recorrido que hizo Jesús con la Cruz sobre los hombros.
En este Vía Crucis, que sería el
origen de la Semana Santa sevillana, la primera estación donde Jesús condenado
a muerte es insultado y sacado entre burlas de la residencia de Pilatos, para
iniciar su camino de sufrimiento hacia el monte Calvario, se sitúa en el
interior del palacio
Lo que hace que la voz popular comience
a llamar al palacio “Casa de Pilatos”, y así se van bautizando diversas
dependencias con nombres relacionados con el proceso a Jesús: gabinete de
Pilatos; salón de los Jueces; capilla de la flagelación donde se encuentra la
columna en la que se cree que Jesús fue azotado.
O el balcón del Ecce Homo, galería que
podemos ver desde la plaza, en ella y según la tradición, Pilatos presentó a
Jesús coronado de espinas, azotado, y cubierto con manto púrpura ante el pueblo
judío, exclamando ¡Ecce Homo, he aquí el hombre!.
En la actualidad y desde 1986 el Vía
Crucis se realiza en el interior del palacio el primer viernes de cada mes de
marzo.
Muchas son las leyendas que guarda este
antiquísimo edificio, y a ellas les voy
a dedicar el próximo escrito.
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