viernes, 31 de octubre de 2014

CONVENTO DE SANTA CLARA LEYENDAS.

CONVENTO DE SANTA CLARA II.
LEYENDAS.

      Como lo prometido es deuda, os dije que iba a contaros algunas leyendas de este convento y a ello voy.
    Uno de los personajes más interesante y controvertido de la historia de Sevilla es el rey Don Pedro I, conocido con los sobrenombres del Cruel o el Justiciero, siendo popularmente célebre además de por sus sentencias, por sus andanzas y amoríos.
     Este rey, del que encontraremos leyendas por muchas calles de la ciudad, estuvo según la tradición, muy vinculado a este convento de Santa Clara, por la persecución amorosa que le hizo a Doña María Coronel.
   Doña María que era muy bella, había quedado viuda, su esposo fue ejecutado por orden de Don Pedro, por haber  apoyado  a Don Enrique de Trastamara su hermanastro, que pretendía destronarlo.
     Don Pedro cuando la conoció se enamoró locamente de ella, y a la muerte de su esposo y para huir del acoso del rey entró  como monja profesa en este convento.
   Aquí se producen dos bellas leyendas populares y muy conocidas, que recogen  la fortaleza y heroicidad en defensa de su virtud de Doña María Coronel, noble dama sevillana que no dudó en  llegar hasta el extremo de desfigurarse el rostro para perder su belleza.
Una de ellas es:
      LA LEYENDA DEL LA PEREJIL
    El monarca que no era hombre que lo pararan los muros o las rejas de la clausura, manda a los soldados que fueran, entraran en el convento y se la trajeran.


     Huyendo de sus captores que la buscan y persiguen, Doña María llega a los jardines ocultándose en un hoyo que había al pie de la torre, la improvisada sepultura fue cubierta por las otras hermanas con unos tablones y tierra.
    La recién removida tierra que cubría las tablas, parecía indicar que sería fácilmente descubierta, pero aquí está el milagro que recoge la leyenda, de repente el trozo de tierra y su entorno se cubrieron de matas de perejil, que para impedir su captura igualaron todo el terreno, los soldados frustrados por no haberla encontrado, volvieron ante el rey con las manos vacías.
La otra es:
        LA LEYENDA  DEL ACEITE  HIRVIENDO.
    Don Pedro al ver que no se la traen, no se da por vencido y acude él mismo al convento, Doña María huyendo del monarca se refugia en la cocina, aquí sucede el hecho heroico que inmortaliza la leyenda, ante la presencia del rey coge un perol con aceite hirviendo que estaba sobre el fuego y se lo vierte quemándose el rostro, las hermanas corren a socorrerla, mientras, el rey abandona el convento frustrado y apagado su ardoroso amor.

     La historia recoge que a la muerte de Don Pedro en 1369 a manos de su hermano bastardo, que sería rey con el nombre de Enrique II de Trastamara, a Doña María se le devuelven todas sus posesiones, y en unas casas de su propiedad situadas en la calle que lleva su nombre, funda el Monasterio de Santa Inés donde ejerce como abadesa falleciendo a los 77 años.
    Su cuerpo incorrupto se expone a la veneración de los fieles el dos de Diciembre aniversario de su muerte.



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