martes, 5 de junio de 2018

PASEANDO POR LA ANTIGUA PAJERÍA.


PASEANDO POR LA ANTIGUA PAJERIA.

      

       Entre la calle Pajería, actual Zaragoza, y la Plaza de Molviedro, hay una serie de calles tranquilas y de poco transito, que formaron parte de la Pajería y de la  Mancebía, calles situadas en la zona de la laguna formada al desecarse el brazo oriental del Guadalquivir, que con las reformas urbanísticas del Asistente Don Pablo de Olavide y el arquitecto Don Prudencio de Molviedro en el siglo XVIII toman el aspecto actual.



          La primera por donde entramos, está dedicada a Doña Guiomar Manuel noble dama sevillana descendiente del rey San Fernando, muy generosa con los necesitados y con la propia ciudad a la que aportó caudales para mejorar sus calles.

          Para aliviar la vida de los presos de la Cárcel Pública mandó reedificarla de nuevo, llevando a ella el agua en cañerías y fuentes.

          Falleció en Noviembre de 1426, siendo al igual que sus padres enterrada en nuestra Catedral, a la que había ayudado con grandes sumas para su construcción.



CALLE FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.



          Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla 1484-Madrid 1566) sevillano, dominico, cronista, estadista, historiador, teólogo, obispo, está considerado como símbolo de la tolerancia, y precursor en la defensa de la igualdad de derechos humanos.

          La colonización de los territorios del Nuevo Mundo, se basó principalmente en “la encomienda”, institución que consistía en la concesión por parte de la corona de un determinado número de indios a un súbdito español “encomendero”, que a cambio de cuidarlos y evangelizarlos, recibían de estos su trabajo, aunque en la mayoría de los casos la encomienda se convertía en una esclavitud con mano de obra forzosa y abusos, sin ningún tipo de derechos.

          Fray Bartolomé, llega por primera vez al Nuevo Mundo en 1502 junto con su padre, años más tarde al poco de ordenarse sacerdote, renuncia a una encomienda que tenía concedida, dedicando su vida a luchar contra la opresión y la esclavitud de los nativos.

          En sus viajes por el Nuevo Mundo, como religioso trata de evangelizarlos y ayudarles a salir de la esclavitud, en España mantiene debates públicos con personas de ideas opuestas, al tiempo que escribe y manda memoriales a la corona, donde pide que se dicten leyes para una colonización pacifica y que respete los derechos de los indios.

          Entre sus muchas obras se encuentra la “Brevísima relación de la destrucción de las Indias“ al leerla se comprueba las muchas razones que tuvo para  defender a una raza oprimida.



          Esta calle de Padre Marchena esta rotulada a la memoria de nuestro paisano el franciscano Antonio de Marchena, cuyo nombre nos retrotrae a los años previos al descubrimiento del Nuevo Mundo.         

          Cristóbal Colon con su hijo Diego llega a Castilla, concretamente al Monasterio de la Rábida en la provincia de Huelva en la primavera de 1485, viene de Lisboa donde sus ideas y proyectos de llegar a las Indias por una nueva ruta, se tomaron con incredulidad y escepticismo.

          Aquí en el Monasterio encontró ayuda y comprensión de los monjes, especialmente de fray Antonio de Marchena,[i] versado en geografía y náutica que lo cree y al que confía todas sus teorías y cálculos.

          Le cuenta sus proyectos de que navegando por el océano hacía el oeste debido a la redondez de la tierra, era posible llegar a las costas asiáticas, lo que no pudo prever Colon era que en medio de ese amplio mar estaba el continente americano.

          En la corte, los científicos y consejeros reales aconsejan a los monarcas rechazar sus ideas por quiméricas e inviables, el futuro Almirante de las Indias pasa unos años muy duros llenos de afrentas y pobreza. 

          Fray Antonio, le brinda una amistad que duraría años, además de prestarle su incondicional apoyo ante los Reyes, hasta conseguir  la aprobación a sus propuestas.

          De ello da fe la carta enviada a los monarcas, ya realizado el Descubrimiento, donde les dice: “Ya saben vuestras  Altezas que anduve siete años en su corte importunándoles por esto; nunca en todo este tiempo se halló piloto, ni marinero, ni filosofo, ni de otra ciencia que todos no dijesen que mi empresa era falsa, que nunca yo hallé ayuda de nadie, salvo de Fray Antonio de Marchena, después de aquella de Dios es eterno[ii].

          Aquí para terminar, os digo que Colon descubrió América, pero sin el apoyo de este fraile no hubiera sido posible.

          Nos quedan dos calles en esta zona, una estrecha, marginal y en forma de ele, dedicada al religioso, escritor y poeta Pedro de Quirós (Sevilla 1590-Madrid 1667).

          La otra más larga zigzagueante como  una zeta, a la memoria del político y concejal del ayuntamiento Don Adolfo Cuellar (Sevilla 1925-1999) abogado muy conocido por su defensa ante los tribunales de los trabajadores sevillanos.



[i]           OTRO FRANCISCANO DE LA RÁBIDA  QUE TAMBIEN LE AYUDÓ FUE FRAY JUAN PEREZ.

[ii]    LEIDO EN LA HISTORIA DE LAS INDIAS ESCRITA POR FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.       BIBLIOTACA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario