viernes, 11 de septiembre de 2020

 


EL PALACIO DE MAÑARA


En mis paseos por la calle Levíes, he llegado ante el palacio renacentista de Mañara.

Edificio, que en 1623 fue adquirido por el comerciante de origen italiano Don Tomás Mañara Leca y Colomna, aquí pocos años más tarde nacería su hijo el conocido e ilustre sevillano Miguel de Mañara.

La monumental fachada principal, ante la que me encuentro, tiene la curiosa característica de que 11 de las rejas que cubren las ventanas son de gran belleza, sus distintas filigranas en el herraje son verdaderas obras maestras de la rejería sevillana del siglo XVII.

Una placa de mármol junto a la portada, nos informa que en esta casa el 3 de Marzo de 1627, nació el Venerable siervo de Dios Don Miguel Mañara Vicentelo de Leca, fundador del Hospital de la Santa Caridad.



Visto el exterior, a través de la suntuosa portada de mármol pasamos dentro, aquí lo primero que nos recibe sobre una columna de mármol, es el busto del insigne Miguel de Mañara.


Desde este vestíbulo o apeadero, pasamos al patio principal con bellas arquerías en las dos plantas y elegante escalera de doble tramo, en el centro una vistosa fuente de mármol blanco de Carrara, en la que unos mitológicos niños dioses, vierten el agua que contienen unos cántaros.

    En este ambiente es fácil imaginarse a Miguel de niño jugando y corriendo por patios y corredores, o ya de mayor estudiando, leyendo o paseando, hasta 1661 que fallecida su amada esposa, cae en una grave crisis emocional, que lo lleva meses más tarde a abandonar esta suntuosa morada y entrar en la Hermandad de la Caridad, donde vivirá como y con los pobres, entre ellos murió con fama de santidad el 9 de Mayo de 1679.

    A su muerte, sin hijos que lo hereden, comienza el declive de este palacio, pasa por varios propietarios que lo dedican a diversos usos, como fabrica de hilatura, de corcho o colegio público, también entre 1810 a 1812, es requisado por el Mariscal francés Soult para acuartelamiento de sus tropas.

    Son largos años de ruina y abandono, hasta 1989 que lo adquiere la Junta de Andalucía, que lo rehabilita manteniendo su antiguo esplendor, aspecto que en la actualidad podemos contemplar y admirar como Monumento Bien de Interés Cultural y actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía.













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