LA
PLAZA DE SANTA CRUZ
LA
CRUZ DE LA CERRAJERIA.
La calle Santa Teresa por la que he estado paseando,
desemboca por un extremo en la de Ximenez de Enciso y por otro lado en la Plaza
de Santa Cruz donde me encuentro.
Esta hermosa plaza, la más emblemática y que da nombre al
barrio tiene una larga historia, en su solar estuvo una de las tres sinagogas
que el rey Alfonso X el Sabio otorgara a los judíos, sinagoga que en los pogrom[i]
de 1391 en el que murieron más de 4000 judíos, y niños y mujeres vendidos como
esclavos, fue derribada y en su lugar se levantó la iglesia mudéjar de Santa
Cruz.
Por cierto en este templo en el año
1682 fue enterrado el pintor Bartolomé Esteban Murillo, cuyas cenizas como nos
recuerda la placa situada en una de sus fachadas, se encuentran perdidas en
algún lugar del subsuelo.
Entre
los años 1810 a 1812 Sevilla estuvo gobernada por los invasores franceses,
estos además del expolio artístico en que se llevaron numerosas obras de arte,
realizaron un plan urbanístico para hermosear la ciudad creando plazas y
paseos, derriban algunos conventos e iglesias, entre las que cae demolida la
parroquia de Santa Cruz.
Los franceses no construyen la plaza, durante años estuvo
el solar vacío y sin ningún tipo de construcción, hasta que a primeros del
siglo XX con la reorganización urbanística del barrio se le dio el estilo
actual.
LA CRUZ DE LA CERRAJERÍA O
DE LAS SIERPES.
Aquí, en
esta vistosa cruz de forja, conocida con estos dos nombres y que desde el
centro y rodeada de árboles y plantas domina toda la plaza, confluyen todas las
miradas, sean de turistas o sevillanos.
DETALLE
CRUZ CERRAJERÍA CON FAROL, ANGEL Y SEPIENTE.
Obra maestra de la forja sevillana del siglo XVII, es una
cruz farola adornada con motivos vegetales y florales, así como unas pequeñas
esculturas de los evangelistas en cada esquina. Los cuatro faroles los portan
unos ángeles subidos en las cabezas de unas serpientes o sierpes.
Construida por suscripción popular,
su lugar primitivo de instalación fue en la confluencia de la calle Sierpes con
las de Rioja y Cerrajería.
Y aquí viene el
problema de ubicación. La calle Sierpes, corazón de Sevilla, era lugar de paso
para personajes y monarcas en sus visitas a la ciudad, la cruz estorbaba el
desfile de las comitivas regias, así que se desmontaba y se trasladaba al
cercano, hoy desaparecido convento de las monjas Mínimas, pasado el
acontecimiento se volvía a instalar en su emplazamiento primitivo.
La última vez que se retiró fue en
1840 siendo trasladada al Museo Arqueológico[ii],
donde estuvo hasta 1918 en que el
Ayuntamiento a instancias de Don Santiago Montoto aprueba que se instale en su
lugar actual de la Plaza de Santa Cruz.
[i] PROGROM
LEVANTAMIENTO POPULAR CONTRA LOS JUDIOS.
[ii]
V ÉASE LAS
CALLES DE SEVILLA DE SANTIAGO MONTOTO.
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