PILATOS
Y LA LLUVIA.
El
titulo de este escrito, es porque MÍ
NIETO Manuel, ha salido esta Semana Santa como penitente en la Cofradía de la
Macarena. El subtitulo va de tormenta de lluvia sobre Pilatos.
Como todas las mañanas de Viernes Santo, me encuentro en la
Resolana para ver pasar la Macarena, aquí en donde estuvo nuestra antigua casa,
saludo y charlo con antiguos convecinos,
a la espera que llegue la procesión.
Este año mi ilusión es mayor, ya que mi nieto va
acompañando a la Virgen.
Ya ha pasado la Cruz de Guía, estandartes y nazarenos del
Señor, el “paso” de la Sentencia, acompañado por el vaivén del mar de plumas de
los “armaos” se encuentra “arriado” a la altura de donde me encuentro.
En este impresionante “barco”, el Señor de cara a la
multitud con la mirada baja, se muestra tranquilo y sereno, como inocente que
es, de la sentencia que lo condena.
Detrás en su trono de procurador romano de Judea, Poncio
Pilatos cabizbajo, como si la cosa no fuera con él, ha pedido agua para lavarse
las manos, agua que en una palangana le ofrece un esclavo negro.
Al mencionar el agua, me ha venido a la memoria un curioso
suceso de una Madrugada, que en uno de sus libros nos narra el sacerdote y
escritor Muñoz y Pavón[i].
”Empezó a llover torrencialmente, cuando iba el “paso” de la Virgen por la
Plaza del Salvador, y pudieron meterlo en la parroquia para que no se mojara.
El “paso” del Señor que representa la sentencia de Pilatos,
iba por la mediación de la calle Cuna, que retrocediera para guarecerse en el
Salvador, o avanzara hasta llegar a la iglesia de la Universidad, tendría que
ponerse hecho una sopa.
El prioste se subió al “paso”. Con unas cuantas capas que
le facilitaron cubrió perfectamente la sagrada imagen, y hasta algunos de los
sayones y judíos. Iba a bajarse del “paso” dando por terminada su faena, cuando
aquí que le dice a grandes voces el Mayordomo:
-Pero ¿ y Pilatos, hombre?
-¿¿ Pilatos…?? Por mi
parte que la beba en pie…
¿ No quería agua…? ¡ Pó
que se jarte!
Ya marcha el Señor de la Sentencia con sus “armaos” hacia
el Arco, nazarenos de la Virgen van pasando, y ¡ahí está! ¡ahí viene mi nieto!,
lo conozco por su forma de caminar, parece cansado, claro que lo está, ha sido
un valiente al hacer el recorrido completo de más de doce horas, pero ya le
queda unos metros para la entrada, y despedirse de la Virgen hasta el año que
viene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario