martes, 19 de noviembre de 2013

MONUMENTO AL CID CAMPEADOR.

MONUMENTO AL CID CAMPEADOR.

 

            Me encuentro ante el magnífico monumento en bronce, dedicado al Cid Campeador, esta escultura ecuestre, es una de las más conocidas por los sevillanos, y creo que no será necesario decir que se encuentra en la Glorieta del Cid  del Prado de San Sebastián.
           

           La escultura fue realizada y donada en 1929 por la artista norteamericana Anna Hyatt-Huntington, el legendario héroe, que según la leyenda ganaba batallas hasta después de muerto, se representa montado en su célebre caballo “Babieca” y enarbolando una lanza en aptitud guerrera.
            En los laterales del pedestal, están gravadas dos leyendas. Una de ellas es un elogio del escritor árabe Ibn Bassan:
EL CAMPEADOR
TERRIBLE CALAMIDAD PARA EL ISLAM
FUE POR LA VIRIL FIRMEZA DE SU CARÁCTER
Y POR SU HEROICA ENERGIA UNO DE LOS
GRANDES MILAGROS DEL CREADOR.
            
             La otra lleva el siguiente texto:
SEVILLA DORADA CORTE DEL
REY POETA MUTAMID.
HOSPEDÓ A MIO CID EMBAJADOR
DE ALFONSO VI Y LE VIO VOLVER
VICTORIOSO DEL REY DE GRANADA.
AÑO MLXXX.

            Estas últimas palabras nos están hablando, de la estancia en nuestra ciudad del héroe castellano, y  de su victoria sobre el rey de Granada, ambos acontecimientos son merecedores de que contemos su historia.

            Con la desaparición del Califato de Córdoba en 1031, el Al-Andaluz se convierte en diversas Taifas o Reinos independientes, uno de los más poderosos fue el Reino de Sevilla, que durante los años 1069 a 1091 estuvo gobernado por Almutamid el rey poeta.

     En su tiempo se alcanza un alto grado de civilización, Sevilla se convierte en la capital cultural de Al-Andaluz, donde conviven diferentes culturas y religiones.

            Como hombre amante de las letras y de las artes, era hombre de paz y contrario a la guerra, lo que le lleva a concertar un tratado con Alfonso VI rey de Castilla.

            Este pacto obligaba a Almutamid al pago de unas parias o tributos, y a cambio el rey cristiano tenía que protegerlo en caso de ser atacado por tropas musulmanas o cristianas.

            Las condiciones de este tratado entre ambos reyes, es el motivo de que venga Rodrigo Díaz de Vivar con sus tropas a Sevilla, Almutamid se había retrasado en el pago de las parias, y Alfonso VI envía a Rodrigo como su embajador para gestionar el cobro, encargo que realiza con éxito.

            Estando aún en Sevilla, llegan a la Corte noticias de que tropas del Rey moro de Granada, apoyadas por tropas cristianas al mando del Conde García Ordoñez, atacan la zona fronteriza del reino.

            Almutamid pide al Cid en base al pacto, que acuda a defender las fronteras de su reino, lo que este cumple, venciendo y haciendo prisionero  a García Ordoñez, con unas fuerzas bastantes menores que las de sus contrincantes.

            Estos acuerdos eran frecuentes entre las Taifas y los reyes cristianos, a cambio de protección,  que frenaban la expansión y la conquista, se optaba por el cobro de tributos.

   En estos días de Noviembre, ha sucedido un acontecimiento que afecta al Cid nuestro personaje de hoy, y que os quiero contar.

                                                             EL CID Y SU CABALLO VESTIDOS DE PUNTO CROCHET.

            La artista norteamericana de origen polaco Ágata Oleksiak “Olek” llega a Sevilla a presentar “Santa Agatha la torera”, un conjunto de obras realizadas en punto de crochet.

            Que mejor propaganda, autorizada por el Ayuntamiento, que vestir durante uno días al Cid y su caballo, con ropa de punto crochet en colores rojos, verdes, azules y morados.

               Aquí al terminar lo que quería contaros sobre el Cid, recuerdo que hace años, cuando la Feria de Abril se celebraba en este Prado, el monumento se conocía popularmente como “el Caballo”, por ser lugar de encuentro entre amigos y feriantes. Era habitual citarse exclamando: ¡Nos vemos en el caballo! ¡a las siete en el caballo! Etc., etc.
            Cuando la Feria en 1973 se trasladó a los Remedios, “el caballo” dejó de visitarse y su nombre popular con el paso del tiempo se fue perdiendo.

 


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